La Retorcida

Segundo Beso

Viví un beso dulce una vez. Uno que guardo y modifico, es un beso que altero en mi memoria, uno que revivo cuando dudo del mundo y del destino, por que ese beso se sintió tanto como el destino y las estrellas, que me estremece solo pensarlo. 

El sol estaba en lo más alto en ese momento, pero dentro de la oscura habitación, cerramos las cortinas para intentar encapsular la noche, extenderla solo un poco más, para ti y para mí. Luces de colores suplantaron a las estrellas y el televisor nos iluminó como si de un rayo de luna se tratase.
Nos escondimos bajo las mantas, intentando ocultarnos del mundo, ser fugitivos de la vista y sus testigos. Sentí que en el mundo solo exisitiamos tu y yo. 

Tu rostro y el mío a escasos centímetros, podía sentir tu aliento cada vez que me hablabas. Me aferré a tu cuerpo, enjaulandote entre mis piernas. No quería perderte. Esta unión era tan frágil y era tan fácil para tí escapar de mí. Te deseaba tanto que dolía. 

Tus palabras dulces viajaron hasta mis oídos y caí en esa espesa nube que turbaba mi razón. Con un nudo en la garganta y mis manos entre tus cabellos, roze la punta de mi naríz con la tuya y bajo tu pedido, posé mis labios sobre esta. 

Un acto simple que podría juzgarse como inocente, pero había más. Solo fue el inicio de lo que yo creí que no podría pasar. Me atreví a mover mis labios sobre los tuyos y te dí pequeños besos torpes que solo presumían mi inexperiencia. 

Por un momento dudaste y yo creí que te alejarías, pero inesperadamente abriste la boca y me recibiste como a una invitada. Yo no supe como seguir, no me esperaba llegar tan lejos. Se hizo evidente para tí y no me molesté en negarlo. 

Mi maestro, fuiste paciente y me enseñaste poco a poco como proseguir, tuve miedo de no poder complacerte, pero era yo la que no se sentía complacida. Quería más, quería explotar en chispas como las películas me habían mostrado. Tus labios rodearon los míos y sentí como disfrutabas de mi forma. Me bebiste como si fuera lo más delicioso que habías probado y yo dejé de ser activa, te dejé tomar de mí lo que quisieras. Deseaba más, mucho más. Quería entrar profundamente dentro de tí y hacer mi hogar en el rincón mas oscuro y oculto de tu cuerpo. Mientras tú boca seguía girando lentamente entre los bordes de mis labios, probando la extensión carnosa parte por parte. Tu mano dudosa se arrastró por mi cadera, vacilante sobre que camino tomar. La sentí desear instalarse en mi trasero y así apretar mi carne, pero finalmente se decidió por mi cintura baja y ahí fue en dónde se quedó, acariciando mi piel con el dedo medio, surcando suvemente, trazando la pequeña porción de mi columna vertebral, tocandome cuidadosamente como si fuera de cristal. 

Tus ojos no podían habrirse por el cansancio y de todos modos no había luz suficiente, pero estoy estoy segura que de poder, estarían viéndome como siempre lo haces. Estoy segura de que tienes sentimientos por mí, lo sé. Estoy loca pero puedo notar perfectamente como me mirás con adoración, como sonríes cada vez que aparezco. De vez en cuendo sueltas palabras que son mas que una confirmación. Me tocas con cuidado, me tratas con cuidado, aveces incluso me hablas con cuidad. Son ligeros susurros sobre mi oído de tu voz grave, un poco ronca, gutural como un ronroneo, raspando tu garganta seca por nuestra cercanía. es imposible que no sientas nada por mí, me doy cuenta. ¿Tu lo sabés? Creo que no tienes ni idea. 

Crees que soy la única que es obvia, la única que se derrite cuado te ve o que te extraña a cada minuto. Pero sé que sufres, me extrañas, me llamas, me piensas, lo sé. Sé también que deseas conocerme, tienes curiosidad por mí y lo que pienso. Te gusta mi voz, te gustan mis movimientos y lo dulce que soy. Te doy miedo, puedo verlo. Escapas de mí y admiras mi fortaleza cuado me muestro inflexible, cuado expreso mis pensamientos tan libres y sinceros como el viento, cuado llamo tu atención con solo caminar. ¿Puedes apartar tus ojos de mí? Lo dudo, por que caíste tanto como yo, de eso estoy segura. 

Si no me quieres, ¿entonces por que eres así? ¿Por que me abrazas tan gentilmente mientras lloro? ¿Por que me consuelas con tanta dulzura? No sabes que hacer. Si te digo que te amo, que te quiero con cada parte de mi cuerpo, entras en pánico, tienes miedo, ya sé. 

Si dudo de mí no importa, pero si menciono a otro hombre te molestas, eres muy obvio y no lo sabés. 

«Esto es nuestro y solo nuestro» 

Lo declarastey lo detesto, quiero mucho mas que solo una falsa noche, pero si interrumpo el único momento en el que puedes ser honesto conmigo y contigo mismo, te enojas e intentas ignorarlo. Es ahora el único tiempo en el que te permites adorarme, en dónde puedes permitirte acariciar mi mejilla con cuidado, rozar mis labios y verlos con tanto deseo. 

Vuelves a besarme, deseas que me calle y deje de mencionar lo que nos rodea ¿También esperaste esto? Deseabas por solo un segundo probar de lo que estoy hecha, permitirte hundirte en mí. 

¿Por que me tienes tanto miedo si me deseas con la misma fuerza? 

Puedo sentir que lo disfrutas, se escapan de tus labios muy pequeños gruñidos masculinos de placer. Los oigo solo por que estoy tan cerca que apenas logro distingir tu cuerpo del mío, ¿Por que te escondes hasta de ri mismo?, tambien le temes a mostrate, a delatarte. Tienes tanto miedo a sentir, a que te cuiden. Me tienes miedo por que soy lo que deseas, lo que no deberías querer. 

Tu boca se sumerge en la mía, absorbes mi lengua y yo la tuya. Siento tus dientes, el calor de tu aliento y tu saliva entrando en mi boca, debería darme asco pero trago sin miedo, si es tuya no siento el mas mínimo desagrado. Si eres tan mío como yo tuya, si el aire lo compartimos, asi como la carne y el sabor. Tocarte se siente tan bien que podría hacerlo para siempre. Sé que no quieres pensar en nada, que solo deseas sentirme, aunque sea solo un momento. Pero debo parar, tal vez no quieras pensar en el mundo pero yo sí, por que el peso de tus decisiones es tan fuerte que no me permite disfrutar. Yo soy libre, no soy como tú. Necesito libertad para disfrutar, no me conformo con fugarme, yo necesito volar. 

— ¿En qué estás pensando? 

— en tí 

— en mí o en besarme. 

— los dos. 

Tengo dudas, no te entregué mi corazón, simplemente lo robaste. Darte mi espíritu y mi cuerpo por voluntad propia es demasiado, pero deseo hacerlo solo si te vuelves mío. ¿Que gracia tiene darte todo si no obtengo lo mismo a cambio? Pero no puedes, no puedes darme todo por que tienes miedo, mucho miedo de que te abandonen y así perderlo todo. Perderme a mí y perderte a tí mismo. 

Haces bien en tener miedo, tal vez si no fueras una fruta tan esquiva y prohibida, me hubieras perdido hace mucho tiempo. Supongo que así soy, también escapo de quienes quieren enjaularme. 

¿Deseas enjaularme? Hay un rayo de deseo, la secreta comprensión de que así es... Solo un poco. Pero te niegas con todo lo que tienes, por que para encerrar debes aceptar ser un compañero de celda y tu espíritu aún es joven y libertino. Recorres la constante búsqueda del hedonismo, pero tu placer es tan superficial que no consigue llenarte de estáis. Puedo perdonarte por ser joven pero no la desconsideración o el abandono. Piensas demasiado en el futuro para ser alguien que carece tanto de él. 

Fue suficiente, no habrá mas contacto. Dices que no puedes parar cuando empiezas a disfrutar, emulas que si deseas tenerme ya no podré arrepentirme. Pero te demuestro mi control y mis límites. Yo no soy como tus "otras" que se dejan dominar, deseo hacerlo, juro por Dios que casi quisiera poder sublevarme, pero soy un espíritu libre y nada puede detenerme si así lo deseo. 

— Si yo te digo que pares, paras. ¿Ves como si puedes detenerte aunque quieras seguir? 

— ahora si, pero si yo no quiero parar... 

— si yo quiero, vas a parar. 

Caes en la verdad, tienes mi estado de salud mental, mi ánimo y mi cuerpo por mi voluntad, pero si yo deseara alejarme, podría escapar de tus manos. Me obedecerias por que no está en tu naturaleza forzarme, es otra de las cosas que amo de ti. Sabes que tengo tanto poder sobre tí como tu sobre mí y me temes. Tienes miedo de mí y de cualquier juego de poder en el que no puedas ganar. 

Eres tan extraño. El aire se pone frío a nuestro alrededor. No podríamos estar juntos aunque quisieramos y queremos. No se puede. 

Queremos lo mismo, nos deseamos, pero tenemos demasiado miedo. Yo soy valiente, puedo intentarlo, pero eres demasiado cobarde como para poner todo lo que tienes en juego. 

Me deseas pero no tanto como para ser destruido por mí y podría, pero deseo tanto protegerte. 

Podría funcionar, pero no será, por que no te arriegaras por mí y yo no puedo encadenarme a alguien que no daría nada por mí. Te amo, pero amo mucho más ser yo misma y es algo que no puedo ser cuando tengo la cabeza pesada de tanto pensar en tí. 

Sigo atada, te peinso y todavía te amo. Sé que todavía piensas en mí pero intentas no hacerlo, te lastima saber que me perdiste por tu crueldad y tú cobardía. 

Una vez me tuviste entre tus brazos y me confesaste que debía alejarme, que no eras bueno para mí, dijiste que no te merecía. Me negué a creerlo, pero lo volviste cierto con tus propias manos. Pudimos ser algo pero al final no fuimos más que un buen "quizás". 

Todavía sueño con encontrate algún día, con reencontrarnos en el futuro, en un momento en el que yo ya no tenga tanto miedo de mí misma, tanto dolor. Un tiempo en el que te conozcas mejor, en el que los caminos de la vida te hayan vuelto mas fuerte, mas valiente. 

Sueño con un "algún día", uno muy lejano. Pienso que seguiré mi vida y tu la tuya, que con el tiempo creceremos, cambiaremos y seremos curtidos por la vida. Creeremos que ya no hay absolutamente nada que temer, que cada posibilidad se ha cortado de cuajo. Entonces sin pensar, el mundo nos juntará otra vez, nos pondrá enfrente y ya no habrá mas escapatorias, retiradas o palabras filosas. Que tal vez podamos volver comenzar con titubeantes y aterrorizadas palabras comunes, con recuerdos del pasado y música de Spinetta de fondo. Tal vez algo de alcohol para bajar la guardia y un gran segundo primer beso que nos confirme que aún hay una pequeña chispa en el interior, que aún hay esperanza de encender esa llama que en el pasado no dejamos que nos consumiera. 

Sería tan hermoso que fueras mi destino.



#2909 en Thriller
#7924 en Otros
#2391 en Relatos cortos

En el texto hay: realismo magico, thriller psicolgico

Editado: 03.12.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.