La Revolución Del Ejército I: Los Experimentos Malditos

Capítulo 10

Ya habían pasado algunas semanas desde que la habían llevado a ese lugar, que la habían alejado de su familia, que ya habían comenzado los experimentos en su cuerpo, ya eran varios días desde que los entrenamientos habían comenzado y Naila seguía en un estado de no poder creer todo lo que estaba pasando a su alrededor, y es que apenas había tenido tiempo de procesar todo lo que ha pasado en su vida en esas pocas semanas.

Cuando vinieron algunos militares a llevarse al resto de los integrantes de los experimentos, se sintió en paz, por suerte al estar sola no tendría que entrenar, excepto si era por cuenta propia, cosa que Naila no haría, se tomaría esos días para pensar y dejarse sentir sus emociones, ya que en el tiempo que llevaba ahí, solo había podido hacerlo durante las noches en la azotea.

La chica Snorb no sabía que hacer, lo que más quería era irse y volver con su familia, pero luego recordaba al gobierno, no deseaba quedarse ahí y ayudarles con la guerra, además que los experimentos la ponían nerviosa, no saber qué repercusiones tendría en ella, la asustaba.

En la primera noche que paso sola se fue a la azotea, que prácticamente se había vuelto su lugar favorito en ese lugar, no era un lugar donde sentía que estaba segura, pero sí sola y eso le daba tranquilidad. Cuando llegó arriba se hincó y comenzó a ver a la luna que hoy estaba más brillante que nunca, se quedó observando esa linda imagen antes de cerrar los ojos.

En Cerillan no había religiones, ni en ninguna parte de Zodarte, se confiaba en lo que tú podrías hacer como persona y no en entidades omnipresentes, y es que consideraban que si alguien con tanto poder permitía lo que ocurría, entonces no era muy diferente a una persona común y corriente, pero si tenían algún que otro ritual, más que nada se hacían con el nacimiento de un niño, un temp nuevo y cuando alguien moría.

— Ilse… mi pequeña y adorable hermana, primero que todo, perdón por haber fallado, y es que no te protegí como debía, te fallé y espero puedas perdonarme algún día, tú eras mi responsabilidad, mantenerte a salvo era mi trabajo, que estuvieras con vida, eso era lo que debía hacer, pero fallé miserablemente.

Estaba a punto de romper a llorar, pero se contuvo, por ahora — espero que ahora estés mejor, por suerte ya no tendrás que pasar hambre ni frío, y no tendrás que ver lo cruel de este mundo, solo decirte que fuiste una excelente hermana, nos diste alegría y trajiste calidez a nuestro hogar que ninguno podrá llenar, gracias por sacarnos tantas sonrisas en momentos tan difíciles. 

Su voz se rompió, carraspeó y continuó, no sin antes dejar que una lágrima cayera — siempre te recordaré, intentaré que mis pensamientos sobre ti sean positivos y llenos de energía, pero no puedo prometerte que no te lloraré y sufriré tu partida, te deseo lo mejor Ilse, en mi vida fuiste extraordinaria.

Al acabar se inclinó hasta apoyar la frente en el suelo, se quedó en esa posición mientras comenzaba a llorar, al principio era un sollozo suave, hasta que se convirtió en un llanto incontrolable, luego de un rato se incorporó y se sentó abrazándose a sí misma recordando a su pequeña hermana correr por la casa o cuando salían, recordarla gritando y siendo amigable con todo el mundo.

También recordó aquellas veces que intentó enseñarles a escribir y leer, solo con un pequeño palo y la nieve que se juntaba en el invierno, la pequeña era la más entusiasta de todos y siempre que podía intentaba que su hermana le enseñará cosas nuevas, pero hasta los conocimientos de Naila eran limitados y pronto, con la responsabilidad de proporcionarles comida, la enseñanza quedó de lado.

Naila pasó los siguientes dos días sola, estuvo en paz, solo se levantó para ir a buscar algo de comer en durante las mañanas y cada vez que debía ir al baño, por suerte últimamente sus alucinaciones se concentraban en estar llena de sangre, ya no veía el cuerpo de Ilse tirado por todas partes.

Al final la chica necesitaba tiempo a solas, no tener que hacer nada, ni preocuparse de nada más que de ella, se le complicaba un poco, ya que su mente siempre iba a su familia, pero por lo menos ya no sentía que estaba a punto de explotar como antes.

Cuando llegaron los demás chicos todo volvió a la normalidad, en especial los entrenamientos, porque todos se encontraban en la sala de entrenamiento listos para seguir.

— Bueno hoy haremos algo diferente, ya que todos empezaron con los experimentos y que ya llevamos unas semanas entrenando, se me ocurrió que tengas su primer enfrentamiento — Naila no entendía los pensamientos del teniente, además que se notaba emocionado con su proposición, eso le molestaba, al final para ella solo buscaba una excusa para verlos peleando, por pura diversión.

— Himba

Según el teniente, las parejas estaban conformadas por rendimiento, pero al final eran por edad, los menores iban a pelear primero, luego los mayores y por último, Naila y Creyl, ya que por el criterio del hombre los dos últimos eran mejores que el resto, la chica no dijo nada como lo llevaba haciendo las últimas semanas, solo se sentó y esperó su turno con paciencia.

Primero comenzaron los menores, Menry y Zohan, ambos se notaban incómodos y asustados, al parecer ninguno se quería golpear y se notó aún más cuando el teniente dio la orden de comenzar la pelea, ninguno movió un solo músculo, solo se quedaron viendo sin saber qué hacer, la situación los estaba superando y la cosa se ponía peor cuando el teniente comenzó a presionarlos de que comenzaran la lucha.



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En el texto hay: cienciaficcion, amor, poderes

Editado: 10.03.2024

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