A Ziehen no le agradaba la idea de estar en una habitación solo, le traía recuerdos, pero de los malos, era como si su mente se teletransportara de nuevo al orfanato, donde se había quedado solo en un cuarto por ser el hijo de un traidor.
Era un espacio donde podía haber cuatro niños compartiendo el lugar sin problemas, pero al final solo era él, y es que los únicos niños que tenían la posibilidad de estar en algún orfanato eran aquello que tuvieron padres que pelearon en la guerra y que por diferentes motivos nadie podía cuidarlos, eso hacía que todos los niños del lugar estuvieran del lado del gobierno.
En un inicio los niños jugaban con él, y hasta algunos dormían en la misma habitación, eso fue así hasta que se supo la razón por la cual el chico se encontraba ahí, en un inicio intentó volver acoplarse y jugar con ellos, incluso diciendo cosas con las cuales no estaba de acuerdo, pero con el paso del tiempo prefirió desistir, quedándose solo.
Que estuviera en ese cuarto básicamente era la prueba de que los experimentos iban en curso, en un inicio no se había tomado esto muy en serio, ya que no veía nada muy concreto, pero ahora, ya era parte de estos y esperaba que valiera la pena su decisión.
A los pocos días Ziehen y los demás los dejaron volver a la habitación, se sentía muy cansado y es que por alguna extraña razón los experimentos le drenan toda su energía, era como cuando enfermaba y su cuerpo no tenía fuerzas para nada, exactamente así mismo se sentía ahora, y tal parece que no era el único, así que decidió dormir lo que más pudo.
Cuando despertó ya era la hora de la once, por lo que debía ir a comer algo, de lo contrario debería esperar hasta la mañana siguiente, en el trayecto al comedor se puso a pensar cómo se acercara a la chica Snorb y a Creyl, ambos pasaban harto tiempo juntos y además sabe que no comparte ninguna experiencia con ellos, por lo que no sabía cómo empezar una conversación sin que fuera sospechoso.
En la comida estuvo perdido en sus pensamientos, solo pensando que haría, que excusa usaría, incluso llegó al punto de no saber muy bien de lo que le hablaba Zohan, era como si el chico dejara de existir por ese momento, se disculpó varias veces por no escucharlo, hasta el punto de que el menor decidió dejarlo tranquilo e irse a sentar con Arivel y Menry para conversar.
Cuando iba saliendo del comedor, el teniente muy disimuladamente le entregó un papel en la mano.
Ven más tarde, a eso de medianoche, necesitamos hablar contigo.
Le encantaría poder decir que no, pero no le quedaba más remedio que quedarse despierto para ir con el teniente y suponía que con el gobernador también.
Ziehen se sintió mal por el menor y además ya había llegado la hora de dormir, por lo cual tendría que empezar a planear una forma de acercarse desde la mañana, de todas formas, fue donde Zohan para disculparse una vez más por haberlo ignorado hace un rato.
— ¿Ya vas a dormir? — preguntó el mayor al acercarse a la cama de Zohan, quien estaba arreglando las frazadas que había desordenado en la tarde en su siesta.
— Ja, aún me siento un tanto cansado, aunque igual podría correr por aquí y por allá — el chico no se notaba molesto con el mayor, se veía del mismo, animó de siempre — ¿Me ayudas? — el mayor asintió y comenzó a ayudarlo — no me gusta nada que tenga que ver con ordenar, es pura pérdida de tiempo para jugar — Ziehen solo sonrió.
— Los siento — habló de pronto, ya casi habían terminado, el menor lo miró — no fue mi intención ignorarte en la cena, solo que estaba muy metido en mis pensamientos.
— No te preocupes, debe preocuparte mucho eso que estás pensando — terminaron de arreglar las frazadas — ¿Qué es? — preguntó sentándose en la cama, dio unas palmadas para que el mayor se sentara junto a él — tal vez pueda servir de ayuda.
— Me gustaría acercarme a Naila y Creyl, siento que los hemos apartado todo este tiempo, sabemos que no fue con maldad, pero tal vez ellos no lo vean así — estaba disfrazando la realidad, aunque en cierta parte había dicho la verdad, pero no necesariamente con lo que había sentido que los habían apartado, por él, ni siquiera se hubiera acercado — y no sé, puede que no sean tan terribles como pensamos, el problema es que no sé cómo hacerlo.
— Te da miedo — comentó un tanto bajó el menor, a lo que Ziehen asintió — yo también tendría miedo de acercarme a ellos, en especial luego de lo que vimos el otro día, eso fue impresionante a la vez que aterrador, pero te encuentro la razón — de pronto Zohan comenzó a mirar el techo perdido, el mayor creyó que hasta hay había legado la conversación y es que cuando el chico hacía eso luego se iba a otro tema — tal vez puedas acercarte pidiendo ayuda.
— ¿Cómo?
— Ellos son buenos peleando, tal vez puedas pedirles que te enseñen y así comenzar una relación — sinceramente no le parecía una mala idea, de hecho, hasta le agradaba, aunque lo mejor sería hablar con uno primero y luego con el otro — aunque a todos nos vendría bien una ayuda, somos muy malos — el chico se comenzó a reír — creo que nunca había peleado con alguien, si lo hubiera hecho habría perdido, menos mal que siempre estaba trabajando — Zohan comenzó hablar de cualquier cosa solo, siempre hacía eso cuando se hablaba de un tema serio mucho tiempo, comenzó a mirar el techo — ahora que lo pienso, tengo mucho tiempo libre, ¿Debería ocuparlo en algo?, no, me gusta no tener que hacer nada.