Naila jamás pensó que podría pasar, pero extrañaba que Ziehen fuese a la azotea y se sentara junto a ella, quería que el chico volviera para que le siguiera haciendo compañía, pero también entendía por qué no iba.
A ella no le molestaba que le preguntara de su vida y hasta estaba dispuesta a contarle cosas, pero no le agradaba que siempre preguntará y que cuando ella lo hacía él se quedara callado o cambiara el tema, solo esperaba que en algún momento pudiera entender eso y que volvieran a hablar, la chica Snorb no lo iba a buscar, a fin de cuentas era él quién debía sentir la seguridad de volver a conversar con ella.
También habían dejado de entrenar, de todas formas, Naila se levantaba a la misma hora e iba al gimnasio a entrenar sola, o tal vez solo esperando que apareciera Ziehen, ya ni ella lo sabía.
— ¿Y si al final no hacen nada? — Hace un tiempo los jóvenes empezaron a tener conversaciones grupales, aunque cada uno sentado en su cama, sus conversaciones no eran de temas muy variados, ya que la mayoría de las veces se centraba en los experimentos, tampoco es que buscaran otros temas en común, pero estaban intentando crear una relación.
Naila lo intentaba un poco, más que nada por los menores, para que no se sintieran solos, pero si fuera por ella no querría escuchar esas conversaciones y menos cuando Arivel hablaba, aún recordaba ese día cuando la golpeo.
— El gobernador no perdería el tiempo con seis chicos para que al final no resultará en nada Zohan — Arivel, el último tiempo no apoyaba tanto al gobierno como en un principio, eso llamaba la atención de Naila — claro que funcionara, pero no sabemos cómo.
— Y ¿Si somos los primeros en esto? — pregunto Menry en un tono bajo.
— No creo que seamos los primeros — Ziehen pocas veces hablaba, pero cuando lo hacía daba pequeños atisbos de la información que tenía — debe haber más, solo que no lo desean decir.
— ¿Por qué? — preguntó de pronto Creyl — ¿Por qué se guardarán esa información?
— ¿Y si aún está en fase de prueba? — esta vez Menry habló más fuerte — eso explicaría por qué no sabemos de otros grupos, tampoco es como que veamos a otros como nosotros.
— O porque deben estar peleando en la guerra — dijo Arivel.
— Tal vez solo no nos quieren dar más información — comentó Naila — aún no somos parte oficial del ejército, básicamente no somos de fiar para ellos — la chica no estaba equivocada, pero tampoco estaba en lo correcto, el gobernador no le iba a dar información a gente con la que sabe que no puede contar, eso ya los dejaba a todos fuera, pero ser parte del ejército no te garantiza información, sino más bien altos mandos o personas que mostraran fidelidad cien por ciento a Zodarte y a Brais.
— Puedes ser — dijo Zohan — entonces ¿Cuándo seamos parte del ejército tendremos acceso a información?
— No creo que sea necesariamente por esa razón — dijo Ziehen — es más, pienso que ni siquiera estar en el ejército nos garantiza algo — todos se quedaron callados mirando al joven Merte, y es que esa opción si se les había pasado por la cabeza a todos los presentes, solo que no eran capaces de decirlo en voz alta, ya que significaba que sus tratos con el gobernador no tenían validez ni importancia, por lo que sus familias y vidas estaban en constante peligro.
— Ya es hora de comer y tengo mucha hambre — dijo Zohan luego de unos minutos en un tenso silencio — ¿Quién me acompaña? — salió de la habitación con una sonrisa, seguida de los demás, las últimas fueron Naila y Arivel, esta última detuvo el andar de Naila en medio del pasillo, está la miró extrañada.
— Sé que no tuvimos el mejor comienzo — empezó hablando Arivel, se veía tranquila — soy muy consciente de lo que te dije ese día, pero debo saber algo, ¿Qué tan real son tus opiniones?
— ¿Perdón? — Naila no entendía la pregunta, y es que a pesar del incidente meses atrás, ambas habían llegado a un acuerdo silencioso de no meterse con la otra, el hecho que Arivel le estuviera hablando era extraño.
— Necesito saber que tan real es tu opinión con respecto a todo lo que pasa, ¿Qué tan genuina eres?, o poniéndolo de otra forma ¿Qué tanto puedo confiar en ti?
— Mi opinión con respecto a todo esto es muy clara Arivel, desde el día uno fui transparente al decir que este lugar no me agrada, ni el gobierno, ni el ejército y ni siquiera el gobernador Brais, ¿Respondí a tu pregunta? — Naila estaba tensa, no sabía con lo que podía salir Arivel, estaba preparada para lo que fuese si la chica empezaba atacar, para lo que no estaba preparada es que la chica la soltara y sonriera de una manera amigable, eso la desconcertó mucho.
— Creo que a fin de cuentas este lugar no me parece tan malo — y sin decir nada más dejo a Naila sola en mitad del pasillo.
La chica Snorb no entendió nada de esa pequeña interacción con la peli naranja, estaba tan confundida que se quedó parada en medio del pasillo intentando asimilar lo que acababa de pasar, luego de un rato volvió a caminar para ir a comer, pero se mantuvo en silencio pensando en las palabras de Arivel.
La peli naranja se veía tranquila, como si la reciente conversación no le afectara en lo más mínimo.
— Está loca, primero trata mal a mi familia y ahora quiere saber si puede confiar en mí, no la entiendo.