La Revolución Del Ejército I: Los Experimentos Malditos

Capítulo 21

Ziehen:

Yiosht, me han contado que estás bien y estás en un buen lugar, espero que te estés adaptando, hace amigos así cuando no podamos vernos, tengas compañía y no te sientas solo.

Eso es algo de lo que me preocupo estos días Ziehen, y es no poder volver a verte hijo, siento que te deje solo, por esa razón estaría muy contento de que tuvieras amistades que perduren toda tu vida, para que te acompañen y tengas razones para seguir de pie.

Yiosht, sé que tal vez todo se ve muy oscuro, pero te aseguro que todo mejorara y si eso ocurre y no estoy presente en tu vida, solo quiero decirte que estaré orgulloso en el hombre que decidas convertirte, sé que tienes un gran corazón y sé qué harás grandes cosas por nuestro planeta, lamentablemente no puedo decirte mucho, ya que tengo la leve sospecha que revisan mis cartas, por lo que también temo que ninguna de ellas llegue a tus manos pronto.

Ziehen, por favor sé fuerte y hasta te pediría que me olvides, pero sé que eso puede resultar difícil, aunque inténtalo, rehace tu vida y avanza dejándome atrás, créeme que si eso llegara a pasar no me sentiré dolido, de hecho, me sentiré bien.

Sí, nunca olvides que te amo mucho.

Ti agmoti.

Tu padre.

Ziehen había tenido dudas por muchos días, luego de que el teniente lo encontrará en la sala de monitores, este se lo había llevado a una sala donde estaba Brais, lo que vino después fue malo. 

Brais lo mandó a que le dieran una lección, fueron cuidadosos de no darle en partes visibles hasta que llegó el entrenamiento del día siguiente donde prácticamente lo golpearon donde quisieron.

Por algunos días tuvo que ir a la enfermería para que lo curaran, si agradecería que Arivel lo ayudara y no dijera nada, la chica fue la primera que lo vio luego de lo sucedido, no pregunto nada, solo lo ayudo a llegar a la enfermería día tras día y a ocultar lo que le sucedía, gracias a ella nadie más se dio cuenta de su situación.

A pesar de los golpes y del trato infame que había hecho con el gobernador, no se arrepentía de lo que había hecho, aunque hubiera deseado conseguir más información, pero estaba bien.

El trato con Brais consiste en seguir e informar los cambios de sus compañeros, pero en específico de Naila, en el caso de que alguno tenga un poder y no se informa como debe, Ziehen tiene la obligación de decirle al teniente para que la persona involucrada sea llevada a control.

El chico estuvo preocupado por eso por varios días, había días que decía que lo haría y otros que se rehusaba por completo, pero ahora estaba seguro, el teniente le había entregado una segunda carta de su padre, justo después de que Naila se fuera a su dosis.

Al tener la carta en sus manos se fue directo a la habitación para leerla, cuando la acabo tomó una decisión con lágrimas en los ojos que no los traicionaría y es que sabía que ponía a su padre en riesgo si no hacía lo que el gobernador quería, pero hasta el mismo le estaba pidiendo rehacer su vida y la única forma que tenía para hacerlo era estar con estas personas.

Le dolía tener que elegir entre sus compañeros y su padre, pero hasta él estaba perdiendo la fe de ver a su padre otra vez.

— No preguntaré de donde sacaste esa carta — comentó la peli naranja entrando al cuarto, estaba sola, cuando Menry estaba en sus entrenamientos, Arivel solo iba al cuarto a esperar que la menor saliera — no quiero saber si nuestras familias pueden enviarnos ese tipo de cosas.

— ¿No te gustaría recibir algo? — preguntó Ziehen guardando la carta 

— La verdad es que no — la chica se tiró en su cama para acostarse — ¿Cómo te sientes? — pregunto luego de un rato en silencio

— Bien, ya apenas quedan algunos moretones — y alguna que otra herida que ya estaba cerrada y sanando bien.

— Qué bueno, no quiero que los chicos vean esas cosas.

— ¿Tú no eras la que estaba a favor de todo esto? — preguntó extrañado Ziehen.

— Jamás estuve de acuerdo en que golpearan a alguien, además ambos sabemos cómo de verdad funciona todo esto — no comprendió lo que estaba diciendo — No deseo ni que Menry y Zohan sepan lo cruel que puede llegar hacer el ejército.

— No creo que podamos ocultarles ese tipo de cosas.

— No es ocultar, es omitir — Aún no terminaba de comprender a Arivel y es que la chica era confusa — si lo piensas bien, ambos han vivido en vidas miserables, saben cómo es la vida en realidad a pesar de sus edades, pero lo que me importa es que sigan siendo niños y conserven esa felicidad que nosotros ya no tenemos, aunque sea por un tiempo más.

— ¿Quieres que sigan y puedan ser niños?

— Sí, por lo cual hagamos su estadía aquí más amigable — la chica lo miró con una sonrisa y él se la devolvió.

Ziehen se quedó pensando por un buen tiempo sobre la conversación que mantuvo con Arivel, y le encontrara razón en algo, a pesar de que Menry y Zohan eran los menores, no tenían problema al opinar en conversación que eran un poco más fuertes de lo normal y además los chicos te podían llegar a dar una buena visión de los hechos, eso demostraba que a pesar de no tener muchos años entendían muchas cosas.



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En el texto hay: cienciaficcion, amor, poderes

Editado: 10.03.2024

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