Todo en lo que podía pensar era en el dolor, y aunque deseara pensar en algo más no podía, en su mente todo era dolor.
Su cuerpo lo sentía pesado, en todos estos meses jamás sintió algo igual, si deseaba moverse, aunque sea un dedo le dolía todo el cuerpo, la chica pensó que eso sería momentáneo, y lo fue, pero lo que más la complicaba era que su poder deseaba salir con una fuerza abrumadora.
Puede que en ese momento supiera por qué detenían los experimentos luego de que te manifestaste, lo cierto es que no era precisamente por esa razón, Naila se sentía más fuerte como si su poder ganara fuerzas para convertirse en algo más poderoso y peligroso, los experimentos alteran tu genética y una vez que lo logran modificar deben parar los experimentos, ya que si sigues puedes provocar no solo problemas en tu sistema, sino también en tu físico.
Efectivamente, gracias a esa quinta dosis, Naila sería más poderosa y hasta podría mejorar mucho más rápido de lo que lo estaba haciendo, pero debía parar si no quería tener efectos adversos, por lo cual más tarde que temprano debería decirle al ejército que tiene poderes.
Luego de que se la llevaran de vuelta a la habitación, la chica deseaba descansar, pero el dolor y su poder completamente descontrolado se lo impedía por completo, Creyl ante de los entrenamientos la vio para saber de ella, Naila solo le pidió que en la tarde salieran pronto, ya que de lo contrario explotaría.
Cuando llegó la noche ambos jóvenes salieron y se ocultaron en el bosque, apenas la chica se vio a salvo, dejo salir su poder, esta vez su nube era el doble de grande, intentó volverla sólida y sin problema alguno lo hizo, luego recordó lo que deseaba hacer con su poder, sin previo aviso entró en su nube negra y se imaginó andando por los pasillos del complejo.
Aunque tardó más de lo que pensaba, lo logró, de pronto ya no estaba en un lugar oscuro, estaba caminando por los pasillos del complejo del ejército, vio algunos soldados pasar y conversar para luego irse a sus habitaciones para descansar, siguió y llegó a su habitación, vio a los chicos dormir, salió y se dirigió a la azotea para luego bajar al bosque, cuando se vio fue extraño.
Y es que cuando transportaba su conciencia por la oscuridad se veía de forma nítida por la oscura noche, y cuando veía luz esta era cegadora, si intentaba acercarse su conciencia perdía fuerza, quería seguir, pero considero que había sido suficiente por hoy.
Naila no podía más de la felicidad y de forma inmediata le contó a Creyl, esté, se veía muy feliz y orgulloso por la chica, y es que estaba superando su miedo sin apenas darse cuenta.
También aprovecharon de hacer un plan de contingencia cuando al chico le tocara su quinta dosis y es que sabían qué ocurriría, la chica quedó en guardarle bastantes artilugios del comedor para cuando el chico llegara pudiera absorber y usar, este a pesar del miedo estaba emocionado, luego de ver a Naila usando su poder tenía ganas de saber cómo podría evolucionar el suyo, así que de forma rápida comenzó a pensar en formas de cómo usar su poder.
Esa noche fue larga y no fue porque los chicos lo decidieron así, estaban tan entretenidos practicando y hablando que se les pasó el rato que cuando acordaron ya debían ir a acostarse para estar bien al día siguiente.
Pasó una semana y era el turno de los demás, excepto Menry, de recibir su dosis. La chica se hizo cargo de la menor mientras Arivel estuvo fuera, algo que le agrado que hiciera el ejército fue enseñarle a la menor a leer y escribir, Naila sabía, pero hace mucho que no practicaba, Menry estaba contenta, ya que tenía alguien con quien practicar su lectura y escritura, hasta la pequeña le entregaba hojas para que Naila la acompañara en sus deberes.
Por primera vez, a pesar de que los demás estaban con sus dosis, las chicas tuvieron entrenamiento, pero fue mucho más tranquila, Naila decidió enseñarle algunos trucos a la menor, básicamente para tener chances de salir a salvo en alguna pelea, la menor se lo agradeció mucho.
Cuando el resto del grupo volvió, Naila sabía que seguir el plan, Creyl por suerte mientras no absorbiera materia estaba bien, aun así, sentía dolor y es que su cabeza lo estaba matando y buscaba de forma inconsciente materia para usar, de todas formas, el chico pudo descansar más que Naila.
— Gracias por cuidar a Menry — la relación con Arivel era cada vez más cercana y era agradable.
— No tienes por qué agradecer — Naila estaba de pie al final de la cama, mientras la chica estaba sentada — además quedamos en cuidar a los pequeños — se quedaron en silencio.
— Sabes — comentó de pronto la chica Ylleta — el otro día me puse a pensar y llegué a la conclusión que siento celos de tu familia — Naila la miró extrañada — tu reacción cuando dije, lo que dije la otra vez, es clara respuesta que se llevan bien y son unidos, yo con mi familia no soy así, solo se preocupa que sigamos los pasos de mi padre — Naila se acercó y se sentó a su lado.
— No debes seguir los pasos de tu padre Arivel — Naila puede que no entendiera esa presión, ya que jamás la tuvo, pero intentaba ponerse en su lugar — haz lo que tú quieras y sé feliz — la mayor la miró.
— ¿Te puedo confesar algo? — preguntó la mayor, Naila asintió — jamás quise unirme al ejército, de hecho, me da miedo la guerra y morir, pero era esto o seguir en casa con mi madre, estar con una mujer que te odia y te lo repite a cada momento o estar aquí, prefiero estar aquí, lejos de ella — la chica deseaba preguntarle cosas, pero los menores entraron en la habitación, Menry se acercó a la mayor.