La Revolución Del Ejército I: Los Experimentos Malditos

Capítulo 26

Tuvo mucho miedo, miedo de dejar todo atrás y no solo a su familia, a sus nuevos compañeros también, pero a pesar de tener miedo de ya no poder estar junto a ellos, sabía que, si no quedaba otra opción más que morir, lo haría, las manifestaciones de poderes son peligrosas, jamás sabes lo que va a pasar, Arivel era la perfecta muestra de eso.

Tal vez si ambas no se hubieran acercado tanto el último tiempo, sabía que no se hubiera intentado sacrificar, pero ya le tenía apreció y cariño, verla mal le dolía, y es que la mayor podía verse dura y fría, pero al final era muy sensible.

Por varios días Arivel le pidió disculpas y aunque Naila le dijo que no lo siguiera haciendo, no paró, una forma que la chica se detuvo fue cuando le pidió ayuda y es que en ese momento Ziehen había ido a buscar su comida, Naila quería ir al baño y Arivel le ayudó a llegar.

Cuando la mayor dejó de disculparse Naila se sintió en paz, por fin Arivel había entendido que no podía hacer nada en ese momento, lo mejor de todo es que está ahora ya sabía cómo usar su poder en un grado muy básico, si a ella no le gustaba llamar a esas entidades y hasta se le dificulta un poco, pero todos siempre la animaba que pronto ya no sería problema.

Arivel de vez en cuando ayudaba a Ziehen con algunas cosas que tuvieran que ver con Naila, pero no muchas y es que el chico temía que algo le pasara mientras no estaba, por lo cual lo hacía pasar mucho tiempo juntos.

Naila ya se encontraba mucho mejor y es que ya habían pasado cerca de dos meses y medio desde lo ocurrido, el médico de todas maneras le dijo que tuviera cuidado, que a pesar de que la herida se viera sana por fuera aún podía estar sanando por dentro, la chica había sido muy consciente con su tratamiento aparte que tuvo un excelente ayudante.

Algo sí llamó su atención y es que supuestamente le tocaba su sexta dosis, pero en ningún momento los fueron a buscar, ni a ella, ni a nadie.

Mejor para ella, algo menos en que preocuparse, la chica Snorb estaba muy agradecida con Ziehen, y es que el pobre chico apenas se despegaba de ella, en especial su periodo más crítico, por varios días la llevó en su espalda hasta la enfermería para que le curaran y cambiarán el vendaje que tenía en su abdomen, cuando ya pudo comenzar a caminar él la seguía de cerca, porque a veces se cansaba o perdía el equilibrio.

Ziehen estuvo ahí y tal vez otros pudieron haber dicho que era muy empalagoso, pero a Naila no le molestaba, no por tener su atención sino más bien porque disfrutaba de su compañía, cuando el chico volvió a su cama de siempre Naila extraño verlo a su lado, a veces en la noche estiraba su brazo para hacerle cariño en la cabeza, le gustaba hacer eso y ya no podía hacerlo más.

Al tenerlo lejos y pensar en que ella pudo irse, le hizo reaccionar y darse cuenta de sus sentimientos por el chico, no entendía muy bien en qué momento comenzó a gustarle, pero no le molestaba, si le causaba nerviosismo y es que no sabía si el chico sentía lo mismo, tampoco quería estar detrás de alguien si este no estaba ni un poco interesado en ella, además le asustaba ser rechazada.

Los días que se sintió mejor, Ziehen estuvo extraño, le hablaba, pero luego se iba dejándola sola. Estuvo distante por algunos días, hasta que de pronto este volvió a como era antes. Naila deseaba preguntarle que le paso, si había hecho algo que le molestara o que, pero nunca se atrevió, al final decidió hacer como si nunca hubiera pasado nada.

Hoy era la celebración de temp nuevo, eran de las pocas celebraciones que había en el planeta y que eran de forma simultánea en cada ciudad, de normal cada ciudad creaba alguna festividad, pero pocas eran en conjunto como está, debido a esto el teniente les aviso que no tendrían entrenamiento ni hoy ni mañana, que podrían descansar sin problema y hasta podrían salir de las instalaciones.

Ya era segundo temp nuevo en ese lugar, aunque el primero pasó sin pena ni gloria, ya que dio justo con la segunda dosis de ella, además que todos en la habitación en ese tiempo no se llevaban bien, ahora era diferente y la verdad es que también era más agradable ahora.

El plan inicial de Naila era descansar en la habitación, pero Ziehen al parecer tenía pensado otra cosa.

— Aprovechemos de salir — dijo, los demás estaban en la habitación, pero en sus cosas — hoy se permite, sería una linda oportunidad.

— ¿A dónde quieres ir? — preguntó ella.

— Vi que algunos soldados le permitirán ir a Termachot para estar con sus familias y otros solo a pasear, podemos ir con ellos y ver la ciudad, ¿Qué te parece? — Ziehen se veía muy animado y eso la animaba a ella — decide pronto, que en unos momentos salen.

Aal — dijo con una sonrisa, antes de irse le dijeron a los demás donde estarían para que no se preocuparan, fueron al lugar de aterrizaje y se fueron en una de las aeronaves a Termachot.

Naila jamás se había subido a una de esas naves, o por lo menos no estuvo consciente, así que tenía un poco de miedo, pero el chico la calmó, al llegar a la ciudad se les avisó a qué hora debían regresar, al bajar Naila quedó maravillada por lo hermoso que era el lugar, era completamente el opuesto de Cerillan.

Termachot era de las pocas ciudades donde no se veían afectadas por las altas montañas de Zodarte, si había algunos cerros, pero esta estaba construida en una pequeña planicie, la ciudad principal estaba llena de lujos, todo lo contrario a la ciudad natal de Naila, pero a pesar de eso la chica estaba maravillada por la arquitectura, jamás pensó ver edificios tan grandes con tanto glamour.



#960 en Ciencia ficción
#6709 en Otros
#1068 en Acción

En el texto hay: cienciaficcion, amor, poderes

Editado: 10.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.