La Revolución Del Ejército I: Los Experimentos Malditos

Capítulo 34

El día había llegado, luego de casi una semana los chicos ya estaban listos para irse, lo cierto es que tuvieron que arreglar todo un plan en pocos días y es que si se demoran más Ziehen estaría en peligro de muerte. Lo peor fue buscar una forma de guardar algunos suministros como comida o materia para Creyl, también medicamentos y demás, pensaron en robarle mochilas al ejército, pero pronto descartaron la idea, por lo cual decidieron tomar una de las sábanas que había en la cama y hacer un saco.

Comida, materia y medicamentos fueron tomando de a poco durante las noches, esa fue misión de Zohan, Arivel y algunas veces fue Creyl junto con Menry, Naila también ayudaba, principalmente, en asegurarse que los lugares estuviesen vacíos.

También se preocuparon de llevar ropa, no solo para ellos sino también para Ziehen, Naila se había preocupado de vigilarlo estos días, por suerte el chico respiraba y podía caminar, aunque con mucha dificultad, mientras la chica lo vigilaba, él muchas veces fue golpeado, a pesar de lo que había sucedido la chica Snorb no era capaz de verlo y prefería volver luego.

Esto se los dijo a los demás, por lo cual Arivel, cuando toco entrar a la enfermería, busco un medicamento que le ayudará al chico a por lo menos moverse con menos dolor durante su huida, de lo contrario podrían atraparlos, de todas maneras, Creyl se había ofrecido para llevarlo en caso de que se encuentre muy mal.

Ya estaba todo listo, solo faltaba que se hiciera más de noche, lo cierto es que prefirieron una hora donde la gran mayoría del ejército estaba dormido, donde la vigilancia era poca y si los intentaban buscar pues se atrasaran debido a que estarían durmiendo.

La idea era salir de la forma más sigilosa posible, el mejor de los casos sería que nadie se diera cuenta de su ausencia hasta la mañana cuando les tocará entrenar, así tendrían mucho tiempo de ventaja y lo necesitaban ya que Ziehen estaría herido y ellos irían a pie, el ejército tenía sus naves.

Llegada la hora, todos se levantaron de sus camas, tomaron los sacos improvisados con una sábana, Naila no iba con nada encima, ella se debía preocupar de sacar a Ziehen, esa era la prioridad en aquel momento.

— Nos vemos en el bosque — Dijo Creyl antes de salir de la habitación, afuera debían hacer el menor ruido posible — cuídate.

— Ustedes también, nos vemos afuera — todos asintieron, salieron de la habitación y se separaron, los demás iban a salir por la azotea con la ayuda de Creyl, y Naila iría a las celdas.

Naila comenzó a caminar a su destino, trataba de ir lo más rápido posible, pero tampoco podía correr, de lo contrario haría mucho ruido, así que llevó una caminata un tanto más rápido de lo habitual. El trayecto desde la habitación hasta el ascensor que usaría para bajar se le hizo eterno, cuando vio aquel artefacto se permitió suspirar y es que había estado muy tensa todo el trayecto, espero hasta que este se abriera y bajará, cosa que también le pareció una eternidad, en ese instante le resultaba curioso como cuando estaba tranquila no tomaba tanto en cuenta los tiempos, ahora sí.

Cuando llegó abajo, que era donde estaban las habitaciones donde se quedaban luego de los experimentos, comenzó a caminar por el largo pasillo que daba a las escaleras, cuando llegó ahí se puso su nube oscura para poder ver mejor porque todo estaba en una penumbra que resultaba bastante complicado ver qué había a tu alrededor.

Empezó a bajar las escaleras de manera lenta, estando muy atenta a si alguien aparecía, Naila estaba lista para pelear y no dudaría en usar su poder en estos momentos, al llegar abajo se topó con unas puertas metálicas y antes de abrirlas vio si había alguien cerca que pudiera atacar cuando cruzara.

La chica pudo divisar a cinco soldados que deambulaban por el lugar, pero ninguno estaba cerca, intentando que la puerta no hiciera ruido, la abrió lentamente hasta sentir que la ranura era lo suficientemente grande para que ella pudiera pasar, en el lugar de las celdas también estaba bastante oscuro por lo que no dejó su nube de oscuridad en ningún momento.

Pegada a la pared se fue acercando donde se encontraba Ziehen, en su trayecto vio a uno de los soldados, por suerte este no la vio y Naila pudo seguir su camino, antes de llegar a su destino vio pasar a otro guardia, pero este al igual que el primero no la vio, rápidamente camino donde se encontraba el chico, al llegar a la celda lo vio que estaba acostado en la cama, mirando a la pared.

— Ziehen — dijo lo más bajo que pudo la chica, todo para que el chico la escuchara — oye — volvió a decir, este se movió, pero no se giraba, deseaba lanzarle algo, pero podía asustarle — oye — dijo un poco más fuerte, si seguía así la iban a encontrar, como último recurso usó su nube, la hizo densa para golpearlo, el chico se levantó bastante asustado.

La chica lo podía ver a la perfección, podía ver sus heridas y en el estado deplorable que se encontraba Ziehen, pero este no la veía porque estaba bastante oscuro, Naila olvidó que tenía su nube.

— ¿Quién está ahí? — su voz sonaba ronca y baja, verlo así de mal le afectaba mucho a la chica.

— ¡Cállate! — gritó uno de los guardias desde algún lugar, en ese instante la chica despertó y puso su nube alrededor de Ziehen para que la viera, este al verla, se quedó sorprendido y hasta una pequeña lágrima comenzó a caer por su rostro, se acercó a rastras a los barrotes con un rostro de incredulidad, Ziehen creía que estaba soñando.



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En el texto hay: cienciaficcion, amor, poderes

Editado: 10.03.2024

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