"Ya enviamos a los mensajeros con la receta para curar la escrófula dentro de dos días Sodoma podrá comenzar a elaborar la cura" informo Dozon
"Veré a los médicos, quiero saber un poco más de esta receta"
"Por aquí mi príncipe" junto a Dozon descendimos hasta la bodega, el lugar se utiliza regularmente, como almacén de comida, pero debido a la escrófula este lugar fue cambiado para permitir la elaboración de posibles curas, toda la comida fue guardada en otra área del navío
"Mi príncipe" dijo uno de los médicos en cuanto entré"
"Me gustaría saber un poco más de la cura"
"Claro mi príncipe" el médico me guio primero hasta unos morteros "Primero debemos moler las raíces de Loto y las flores del juramento, una vez molido lo colocamos dentro de aquel caldero, revolvemos doce veces y luego dejamos que hierva durante media hora, pasada la media hora colocamos la hierbabuena y el romero, revolver otras cuatro veces para luego dejarlo reposar por dos días, si la dosis y la elaboración fue correcta, la medicina deberá cobrar un tono dorado como el de la flor del juramento"
"¿Hace cuanto que este caldero está en reposo?" pregunte en cuanto vi un caldero con un líquido dorado"
"Lo comenzamos a preparar hace dos días, luego que usted nos entregará la receta, esperaremos una hora más antes de dar la primera dosis"
"Muy bien, quiero que me mantengan informado, Dozon, iremos a la mansión del bey, deseo hablar con los administradores de la ciudad"
"Ordenaré que traigan su caballo" después de montar mi caballo nos dirigimos junto con mi guardia a la mansión del bey.
"Bienvenido príncipe Arthur, como usted pidió los administradores lo esperan en la biblioteca" comentó un sirviente.
"Llévanos con ellos" le ordené luego de desmontar mi caballo.
"Por aquí" en cuanto ingrese a la biblioteca los administradores comenzaron a saludarme y a agradecerme por la ayuda que estoy proporcionando.
"Les di el tiempo más que suficiente, ahora, díganme cómo surgió esta enfermedad" les dije a los administradores los cuales intentaron obviar el tema cada vez que les preguntaba.
"Perdone príncipe Arthur, el Califa dio órdenes expresas de no dar esa información"
"Su califa, sigue enfermo, al igual que el bey de Sarabia, por esa razón no deberán preocuparse" a los administradores no pareció convencerles ese hecho.
"Ocurrió durante la excavación de un túnel secreto, el túnel tenía como objetivo otorgar una salida del alcázar en caso de una rebelión, pero durante la excavación, los zapadores abrieron la entrada a una cámara antigua, el califa estaba convencido de que en el interior debía de haber algún tesoro de las antiguas civilizaciones, pero, cuando se abrió la cámara principal nos encontramos únicamente con un único demonio de seis patas, a diferencia de las ya vistas en todo el continente, este demonio liberó una especie de polvo el cual cegó momentáneamente a los soldados, ante el riesgo que ella proporcionaba el califa ordenó bloquear el túnel y no hablar nunca más de ese suceso, pero, hace casi cuatro meses uno de los soldados que exploró la cámara cayó enfermo, pensamos que sería una simple enfermedad, pero se extendió y enfermo a más"
"El califa nunca sabrá que me dieron esta información, pero el Califato deberá pagarle a los doce reinos todo el daño ocurrido, otro asunto del que quería hablar, a quien le pertenece este oasis" les pregunté mientras señalaba un oasis cercano a Sodoma
"Creo que es propiedad de Lord Darío, es descendiente de una antigua familia real, por lo tanto, el califa no tiene derecho sobre él"
"El califato también deberá pagarle una buena suma, él ha proporcionado ayuda con suministros médicos desde que llegamos a Sarabia"
"No se preocupe príncipe"
"¿Cómo se encuentra el bey?"
"Mejorando, en cuanto se le dé la primer cura que creen, se mejorará"
"Le diré lo mismo que le dije al bey, estoy aquí para ayudar a esta gente, el bey recibirá la cura, pero lo hará en cuanto sea posible, tenemos a muchos enfermos los cuales están más graves que él, por lo tanto, ellos tienen prioridad"
"Entendemos, lo sentimos" dijeron falsamente los administradores, por esa actitud decidí dejarlos solos "Regresaré al puerto"
Los días pasaron y los médicos comenzaron a suministrar la cura, ante las dudas decidí mantener a los infectados en cuarentena por otras dos semanas
Luego de días de espera, mis médicos me informaron que la cura sirvió, los residentes ya podían abandonar el área de cuarentena, con la enfermedad controla y siendo casi erradicada decidí ordenar que llamaran a algunos médicos y que prepararan el navío y los galeones para regresar a Bizandria "Mi príncipe, su navío ya está listo para partir" informó el capitán
"¿La bodega está cargada?"
"Si mi príncipe, además, uno de los galeones llevará plantas autóctonas del Califato, como lo ordenó"
"Abandonaremos Sarabia mañana, cualquier solicitud que tenga el bey, rechácenla" con los médicos trabajando y con los galeones con suministros anclados en el puerto, no tenía porque preocuparme si algo ocurría, por esa razón decidí regresar.
"Como ordené mi príncipe" respondió el capitán, al amanecer, la flota zarpó dejando atrás la ciudad de Sarabia, tras tres semanas de viaje, los médicos que regresaron conmigo y los marineros, se encontraban emocionados por poder regresar a sus hogares después de estar más de dos meses lejos.
A pocos días de cumplirse la cuarta y última semana de viaje, fuimos recibidos por dos galeones pertenecientes a Mirza, los cuales se unieron a la flota, los días pasaron y más galeones se unieron a la flota, estábamos a solo dos horas de llegar a puerto cuando se comenzó a escuchar la campana del puerto, los barcos mercantes eran devueltos al puerto, mientras que los marineros maniobraban los barcos para despejar el puerto para la llegada de mi navío, los ciudadanos se reunían en el puerto comercial y sobre las murallas, con el único propósito de verme regresar, después de ver el castillo, la catedral, incluso los muros, la nostalgia volvió a mí y sentí felicidad.