Los meses que siguieron desde la inauguración del jardín botánico fueron tranquilos, el año se acercaba a su fin cuando otro incidente ocurrió en la ciudad "Mi príncipe, secuestraron a la sobrina del vizconde Conti" informó Dozon en cuanto ingresó a la sala del trono, todos los consejeros, administradores y soldados de alto rango observaron a Dozon
"¿Que ocurrió?" Pregunte sorprendido
"El capitán ha enviado unidades a la mansión Conti, pronto traerán el informe"
"No será necesario, que ensillen mi caballo, iré personalmente a la mansión"
"Mi príncipe, no es recomendable que abandone el castillo" comentó un consejero al cual ignore y camine hasta la habitación de Nadia.
Golpee la puerta y espere respuesta "¿Arthur?"
"Si soy yo ¿puedo ingresar?"
"La puerta está abierta" en cuanto me respondió, ingrese a la habitación, ella estaba sentada en uno de sus sofás, tenía un libro rojo rubí en su mano
"Nadia, ha ocurrido un incidente con la familia Conti, me gustaría que me acompañes"
"¿Qué ocurrió?" Pregunto sin comprender
"Secuestraron a la sobrina del Vizconde"
"Sylvie que preparen mi carruaje"
"Ahora mismo mi Lady" Sylvie abandonó la habitación rápidamente después de escuchar la orden, Nadia por su parte se puso de pie y colocó el libro de vuelta en el librero
"Arthur, podemos ir" comentó Nadia, juntos caminamos hasta la entrada del castillo, mi caballo y el carruaje estaban listos en cuanto llegamos, luego de ayudar a Nadia a subir a su carruaje, monte mi caballo y marchamos hasta la mansión, los soldados ya se encontraban registrando la mansión y buscando cualquier pista que diera con el paradero de Cristina
"Lord Cristóbal ¿qué ocurrió?" le pregunté con genuina preocupación
"Mi príncipe, mi sobrina, ella fue secuestrada, la tomaron mientras compraba en la calle del mercado, porque le tiene que pasar eso a ella de todos" las lágrimas de Lord Cristóbal, no parecían lágrimas normales, parecían lágrimas guardadas por muchos años, rompiendo cualquier norma posible, me acerque a él y lo abrace
"Por favor mi lord, llore y deje que todos sus lamentos salgan, Nadia, puedes ir a ver como está su familia" le indique a Nadia
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En cuanto ingresé a la mansión, los guardias recorrían cada habitación, sala y pasillo intentando encontrar solo una pista, entre ellos un guardia se dio cuenta de mi presencia y se detuvo "Su majestad la duquesa Nadia Müller" informó el guardia, lo que provocó que todos los soldados se detuvieran y me reverenciaran
"Don... ¿Donde están la baronesa y sus hijas?" Consegui Preguntar
"La baronesa y sus hijas están en la habitación de la señorita Cristina" respondió un soldado el cual se dispuso a guiarnos, luego de aceptar comenzamos a subir las escaleras, pasamos frente a la oficina de Lord Cristóbal y observe al capitán interrogando a los sirvientes, pasamos frente a tres puertas cerradas hasta llegar a la habitación de Cristina, desde aquí se escuchaba el llanto de la baronesa, en cuanto ingresé me encontré en una muy hermosa habitación blanca, con muñecas, adornos y joyería, todos estos lujos contrastaba con la tristeza que se veía en la madre de las hermanas Gevherhan y Atike, las dos hermanas intentaban consolar a su madre la cual lloraba mientras sujetaba un vestido que debía de ser de su sobrina, lo sujetaba con tanta fuerza que algunas partes se habían dañado
"¿Ladys?" Pude decir mientras me acercaba a ellas, la menor de las hermanas me observo primero y sorpresivamente me abrazó, ella se presionaba contra mi y sentía como sus lágrimas mojaba mi vestido, ella era dos años mayor que yo, pero ahora se veía tan débil y necesitada de consuelo, Gevherhan observo a su hermana e intentó acercarse, pero sus piernas le fallaron y cayó al suelo, Silvie la ayudó a levantarse mientras lloraba "¿Necesitan algo de mí?" Pregunte luego de dos minutos enteros escuchando a la madre y a las hermanas llorar
"Mi sobrina, eso es lo que quiero, quiero recuperar a mi querida y desafortunada sobrina, ella ya ha sufrido suficiente en esta vida para que ahora le ocurra esto" grito la baronesa mientras tomaba algo y lo lanzaba por la ventana, en el proceso la rompió, esto provocó que soldados y guardias aparecieran en la puerta para saber que ocurrió.
"Mi señora, no siga hablando, la duquesa no tiene por qué saber eso, el go..." hablo una sirvienta hasta que fue detenida por la baronesa, a la sirvienta pareció que estuvo por revelar la identidad del hombre cuando fue interrumpida por la rabia de la baronesa
"Tú cállate, todo es culpa de ustedes y de ese hombre, su bolsillo no estaba lo suficientemente lleno, también debía secuestrar a mi sobrina, nosotros la acogimos en nuestra casa, por el cariño que le teníamos a mi cuñada y cuñado, quería darle el amor que ya no recibiría y ustedes aparecieron, ustedes son los culpables de todo esto, largo, largo de aquí" gritaba la baronesa, mientras lanzaba múltiples elementos a las sirvientas, los guardias no comprendían lo que ocurría, pero les ordenaron a las sirvientas abandonar la habitación
"Baronesa ¿qué está ocurriendo?" le pregunté preocupada, algo más había ocurrido aquí, esto no era solo un secuestro
"Mi sobrina, fue secuestrada por la serpiente, ellos siempre la han querido, nosotros la protegimos como mejor pudimos, pero ese hombre, ese hombre siempre estuvo presente, nos amenazaba si hablábamos, nos dijo que perderíamos nuestros títulos si hablábamos con sus majestades, pero no me importa nada de eso, quiero recuperar a mi sobrina, por favor mi duquesa, dígame que hará lo posible para encontrarla y traerla de regreso, no puedo perder a alguien que críe como si fuera mi propia hija" las lágrimas y el llanto de la baronesa era de un dolor muy profundo
Quería decirle que todo estaría bien que recuperaríamos a su sobrina, pero no podía hacerle esa promesa, no podía jugarle algo que no sabía si sería posible "Se lo prometo baronesa, de ser necesario movilizaré a todo el ejército, pero encontraré a su sobrina" dijo una persona detrás de mí, en cuanto me volteé, observe a Arthur, él estaba parado en la puerta de la habitación, no sabía cuánto había escuchado, pero era seguro que sí alguien podía encontrarla era él.