El 3 de enero de 1994, La Sabaneta se convirtió en un escenario de guerra. Una disputa entre bandas rivales desató la peor masacre carcelaria en la historia de Venezuela. En pocas horas, más de 100 reclusos fueron asesinados de las formas más brutales imaginables.
El inicio del conflicto
Todo comenzó como una disputa por el control de la prisión. Dos grupos de internos, liderados por distintos pranes, se enfrentaron por el dominio del tráfico de drogas y las extorsiones dentro del penal. Durante días, las tensiones crecieron hasta que, aquella madrugada, estalló la violencia.
La masacre
Los ataques fueron coordinados. Reclusos armados con fusiles, machetes y granadas tomaron sectores de la cárcel y comenzaron a ejecutar a sus enemigos. Los testimonios describen escenas de horror:
Los sobrevivientes relatan que el suelo del penal quedó cubierto de sangre y que el olor a carne quemada tardó días en desaparecer.
La reacción de las autoridades
A pesar de los gritos y las explosiones, la Guardia Nacional Bolivariana no intervino de inmediato. Durante horas, permitieron que los pranes resolvieran el conflicto "a su manera". Cuando finalmente ingresaron, la masacre ya había terminado.
El gobierno intentó minimizar el impacto del evento, reportando una cifra oficial de 108 muertos, aunque testigos aseguran que el número real fue mucho mayor.
Testimonio de un sobreviviente
"No era una pelea, era una cacería. No podías correr, no podías esconderte. Si estabas en el bando equivocado, estabas muerto."
La masacre de 1994 mostró al mundo lo que realmente ocurría en La Sabaneta: una cárcel donde el Estado no tenía control y donde la vida humana no valía nada.