La madre del universo
Solamente la obscuridad absoluta existía,
en aquel vacío fue donde un fulgor apareció,
en aquel antiguo día, fue cuando nació la materia,
en toda dirección universal, ella la expandió,
cubriendo con su nacimiento cada punto cardinal.
El vacío perdió su existencia\
y cedió el paso al universo,
a un universo recién nacido\
y en el que un ente femenino\
entonces acto de navidad hizo.
Emergió de la obscuridad,
aquella hermosa entidad,
que fue dotada de feminidad,
la madre del universo es.
Los seres humanos le atribuyen de forma absoluta\
el encarnar a la perfección la bondad y la hermosura,
«Nyávtliter» los humanos la llamaron, la gata creadora.
El primer latido
Al instante, la madre del universo\
entonces creó al ente del tiempo,
lo formó a partir de su mismo ser,
fluyendo el tiempo por primera vez.
Fue dotado, desde su nacimiento, de varios dones,
facilidad en el cálculo, darle memoria buena,
precisión, responsibilidad y amor por el orden,
un ente repleto de lógica y sabiduría.
La envidia es caótica y para ciegos, causa inconsciencia a lo que vendrá,
te hace actuar de manera irresponsable y con las consecuencias sin calcular,
por eso aquel ente nació odiando la envidia, ergo por tonterías se da.
«Koney», el coyote del tiempo, es como los humanos llamaron a dicha entidad.
El primer respiro
Había entonces un universo
tan vacío y a la vez tan lleno,
por eso creó otro ente nuevo,
el ente del aspecto gaseoso,
el responsable de las nebulosas\
y los grandes planetas gaseosos.
Le gusta la limpieza, esperanza, independencia, inocencia y pureza.
La perversión ensucia, hace mezcolanzas con lo puro, corrompe la inocencia,
hace dudar de la fe y promueve hacia las cosas mundanas tener dependencia,
por eso, desde un inicio detestó la perversión, aborreció aquel pecado.
«Áneon», el quetzal del aire, fue esa la manera en que los hombres la llamaron.
El primer pestañeo
Aun si el universo era rodeado de gas,
invisible seguía, mundo sin poder admirar.
Inmensidad reinada por inmensa obscuridad,
¿cómo se llegaría un mundo así apreciar?
Por eso fue creada la primera onda,
para mostrar todo por donde se asoma,
encarnada en una entidad divina\
que falsedad o mentira aborrecía,
pues ser sincero, serio e inteligente,
eso es aquello que sí la regocija.
Para siempre jamás odiará a la antítesis de la verdad,
desde su nacimiento hasta el final, odiará la falsedad.
Los humanos nombraron como «Febis» a ese ser de claridad,
la llama de la luz, el refulgente destructor de obscuridad.
La chispa detonante
En un universo rebosante de nebulosas,
la madre quiso que diesen brillo de forma propia,
energía para trasladarse les otorgó\
que en energía eléctrica se convirtió,
volviéndolas así plasma, ergo las ionizó;
fue gracias a todo ello que «Żevkah» emergió,
que con el animal del ciervo se le asoció,
aquella entidad el rayo representaría.
La dotaron de buen ánimo, de gran empatía,
y, de todas, ellas era la más extrovertida,
por eso desde nacer, la soberbia odiaría.
El que lo consume todo
En su afán de crear la primera estrella,
la madre fusionó gases en una esfera,
el oxígeno y el plasma reaccionaron;
nació el fuego, la combustión se ha creado,
De aquel experimento surgió un ente varón\
con alas de fuego, el halcón de la ignición.
La madre lo dotó de gran poder y fuerza vital.
Detesta la pereza, pues va en contra de su ser.
Los hombres lo nombraron «Avragni» a esta deidad.
La divinidad que personifica el fuego es él.
De cero a uno
Nyávtliter quería crear su primera estrella,
creó para ello entonces una nueva fuerza,
en la que para poder energía emanar,
en poco tiempo ellas se debían trasladar.
Así fue como surgió la temperatura y su ente con ella.
La madre la dotó de una mente objetiva y gran paciencia.
Y así, liberando gran calor, se creó la primera estrella.
La ansiedad muy pronto de su desagrado se hizo propia,
es la falta de paciencia y de tener la mente caótica,
con ella caerás en la subjetividad sin evidencia.
Los hombres a la lechuza de hielo la llamaron «Réaska».
Los pies en la tierra
Las estrellas, sin embargo, siempre se separaban,
no había nada que las mantuviese atadas,
por lo que se crearon las curvas en el espacio,
atrayendo así los gigantes a los enanos.
Con altruismo y bondad fue creada\
una deidad nueva, y destinada\
a regir lo que su madre creó.
Por su naturaleza, la insolidaridad odia,
por eso siempre erradicarla está en su búsqueda.
Los humanos le pusieron por nombre «Ciċeli»,
el elefante del peso, a aquella diosa.
Tierra firme
Los planetas comenzaron a crearse a base de gas,
mas careciendo de un núcleo, no duraban casi nada.
Tener material sólido ahora era la prioridad\
de la madre para así tener el mundo que deseaba.