La Señorita del Castillo

PARTE 1

 

                          LA SEÑORITA  DEL CASTILLO

 

Me encantaba la idea de poder tener nuevos vecinos, uno como que se cansa de mirar los mismos rostros. Sí, nuevas caras alegría mi corazón.

Yo vivo en un acomodado lugar y sí, me voy a  quejar, porque falta más de lo que quiero, ¿qué alguien que vive en un lugar bueno no se puede quejar? ¡Pues yo sí que me quejo! ¿Y qué es lo que quiero? ¡Pues más!

Perdón me salí del tema, pero eso me hace recordar, y ya entrando nuevamente al tema,  ayer que salí de compras con las malditas esas,  mis amigas, una de ellas comentó que se incorporarían a nuestro entorno una nueva familia, que según había averiguado iba a ser numerosa, con mucho dinero. Sí…eso me alivió. También me dijo que esperaba que fueran de buenos rostros, porque vecinos feos iba a ser muy desagradable, “qué horror, ver gente fea por la mañana, no, qué asco” dijo. Discrepé con ella, no importa si son feos, eso no tiene nada de  malo, con tal que sean agradables es suficiente. Después del shopping fuimos a la casa de Antonella, les diré algo de ella, cuando tiene algo nuevo, no para de presumirlo la muy maldita, habla y habla, no para. La tarde fue normal, como cualquier otro. Somos en total cinco: Louise, Antonella, Steysi, Marie y yo. Y cada cierto tiempo salimos, incluso viajamos. Aunque al interior del país, aún estamos coordinando para irnos al extranjero, aunque no nos impide nada la verdad, tenemos mucho dinero. Solo nos falta la voluntad.

Regresando a  mi casa noté que el cielo estaba hermoso, era de noche, las estrellas se veían tan fascinantes, estaban tan cerca de mí que pensé que podía tocarlas, pero la realidad es que están a tantos miles y millones de años luz, pero aun así no deja de sorprenderme que  podamos verlas. ¿Cómo es que la gente no lo aprecia tanto como debería de ser?, me pregunté, ¡Si están ahí! ¡Estando tan lejos nos iluminan! ¿Por qué no es tan importante para la mayoría?  Me seguí preguntando.

Supuse que al tener la dicha de ver el cielo tan hermoso, es porque algo bueno pasaría.

 

 

Me desperté, la empleada hizo el desayuno para mí y solo para mí, subí mi alcoba, me senté un rato a disfrutar del sol, caso muy contrario de la maldita esa, les comento, de  Steysi, está más pálida y blanca la muy exagerada, piensa que si un rayo de sol llega hacia ella, ¡pum! Ya se quemó, es que es una exagerada de verdad, la odio, literal.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.