El legado,la aceptación capitulo #3

Ana se sentó en su habitación, rodeada de recuerdos de su madre. Miró una foto de ambas sonriendo juntas.

De repente, recordó una conversación que había tenido con su madre. "Mamá, ¿qué quieres que haga cuando tú no estés?", había preguntado. Su madre sonrió y dijo: "Quiero que sigas adelante, que hagas realidad tus sueños".

Ana se sintió inspirada. Quería cumplir el legado de su madre.

Comenzó a trabajar en un proyecto que siempre había querido hacer: una fundación para ayudar a niños huérfanos.

Pero pronto se dio cuenta de que no era fácil. Enfrentó obstáculos y desafíos.

Ana estaba trabajando en su fundación cuando recibió una llamada de un abogado. "Hola, Ana. Me llamo Alejandro. Quiero hablar contigo sobre tu proyecto", dijo.

Ana se reunió con Alejandro en un café. Era un hombre apuesto y educado, con una sonrisa cálida.

Alejandro resultó ser un experto en derecho de familia y ofreció su ayuda para establecer la fundación. Ana se sintió agradecida y aliviada.

Mientras trabajaban juntos, Ana comenzó a sentir una conexión con Alejandro. Pero se recordó a sí misma que no estaba lista para amar de nuevo.

Ana y Alejandro trabajaron juntos durante varias semanas, estableciendo la fundación y ayudando a niños huérfanos. Ana se sintió agradecida por su ayuda y apoyo.

Un día, mientras trabajaban en la oficina, Alejandro se acercó a Ana y le preguntó: "¿Cómo estás? ¿Te sientes bien?" Ana se sorprendió por su preocupación y se sintió conmovida.

"Estoy bien", respondió. "Gracias por preguntar". Alejandro sonrió y dijo: "Me importas, Ana. Quiero asegurarme de que estés bien". Ana se sintió una conexión con él que no había sentido antes.

Más tarde, Alejandro la invitó a cenar para celebrar el progreso de la fundación. Ana aceptó, y durante la cena, se sintió cómoda y relajada en su presencia.

Pero cuando Alejandro la llevó a casa, Ana se recordó a sí misma que no estaba lista para amar de nuevo. Se despidió de él y entró en su casa, sintiendo una mezcla de emociones.

La duda-

Ana se sintió confundida después de la cena con Alejandro. Le gustaba su compañía, pero no sabía si estaba lista para amar de nuevo.

Se recordó a sí misma que su madre había muerto hacía apenas unos meses y que todavía estaba en duelo.

Pero Alejandro era diferente. Era amable, comprensivo y apoyaba su proyecto.

Un día, mientras trabajaban en la oficina, Alejandro se acercó a ella y le preguntó: "Ana, ¿puedo hablar contigo un momento?" Ana se sintió nerviosa, pero asintió.

"Quiero saber si te sientes cómoda conmigo", dijo Alejandro. "Me gustas mucho, Ana. Me gustaría saber si hay una posibilidad para nosotros". Ana se sintió sorprendida.

No sabía qué responder. Le gustaba Alejandro, pero no sabía si estaba lista para una relación.

"Lo siento, Alejandro", dijo finalmente. "Necesito tiempo para pensar". Alejandro asintió y se alejó.

Ana se sintió culpable por haberle decepcionado.

Más tarde, recibió un mensaje de texto de Alejandro: "No te preocupes, Ana. Entiendo. Estoy aquí para ti, cuando estés lista". Ana se sintió conmovida por su comprensión.