"Nadie me entiende" es algo que he escuchado muy seguido. Nadie entiende tu personalidad, tus motivaciones, tus deseos, etc. Actúan sin tener consideraciones hacia tus sentimientos, no muestran un poco de empatía hacia ti...
¿Hablas en serio?
Como si fueras el protagonista de alguna película.
Aunque... viéndolo bien... supongo que eso te crees. Mas, ¿quién soy yo entonces? No soy ni el personaje secundario de tu película. Ni siquiera soy tu reflejo al cual la cámara apuntaría en algún punto mientras te contemplas
No, no soy nadie importante. Soy solo una sombra.
Literalmente.
Sí, he usado la palabra correcta.
Alguien podría preguntarse qué se sentirá ser una sombra.
No...nadie preguntaría eso, pero si hay alguien que realmente quiere saberlo, lo diré: se siente mucho frío y extremadamente solo. El frío se me cala hasta los huesos la mayor parte del tiempo... esa frase sí es metafórica. La soledad me hace querer desvanecerme durante semanas y meses seguidos.
Quizás piensen que como las sombras están sujetas a sus dueños, que estamos rodeados de la calidez y la gente que los rodean a ellos. Si bien es cierto, no siempre es tan satisfactorio como se creería. Las sombras no conversamos. Bailamos, interactuamos y jugamos siempre bajo el control de alguien y esto sucede únicamente cuando hay suficiente luz para que nuestra figura esté bien plasmada sobre algún lugar. Cualquier cambio de esta iluminación nos desfigura o nos elimina completamente. Nuestros dueños siguen disfrutando de la vida, pero nosotros nos desvanecemos para sumergirnos en un sueño del que no sabemos cuándo iremos a despertar. El momento en que despertamos, ya toda diversión se ha ido y debemos acoplarnos a lo que vive el dueño, ya sea solo para un acto mundano como abrir la puerta del carro, entrar a la escuela o caminar en el parque en donde nos mezclamos con otras sombras y nos perdemos en ellas.
Eso es algo odioso. No sentimos dolor, pero sí perdemos la consciencia.
Sin embargo, lo que menos soporto es el tiempo en pareja. Aunque no sintamos dolor, sí experimentamos el deseo, ¿suena paradisiaco, no es así?, pero como sombra, no necesariamente estarás enamorado de la sombra de la pareja de tu dueño, así que ser obligado a besar y a abrazar a alguien que tú no has escogido es lo peor que te puede suceder.
Me pregunto si existe una sombra que haya experimentado el acto del amor. Supongo que sí y yo quiero ser una de ellas.
Con ese pensamiento en mente, me preparé para hacer algo que solo he escuchado que sucedió una vez en un libro: me preparé para desprenderme de mi amo.
Sabía que la sombra de los gatos podían separarse con facilidad de sus dueños (estos seres parecen ser capaces de hacer lo que les plazca) pero jamás vi una sombra de una persona suelta, así que no sabía si era del todo posible.
Dió miedo, dió mucho miedo, pero mi deseo por libertad fue mayor y me ayudó a que una tarde de verano, de esas en que las sombras sienten menos frío, mientras mi amo compraba un helado para él y su pareja, separé un pie primero. Me detuve, sintiendo mi corazón palpitando con fuerza. Quizás pensarán que una sombra no puede tener un corazón, pero eso es todo lo que mueve a un romántico.
Esperé que nadie lo notara. ¿Qué crees? Nadie lo hizo, así que separé el otro pie y di un paso lejos de mi amo, me uní a la sombra de un árbol para que ninguno viera extraño a una sombra suelta. Pero de nuevo, la conversación continuó sin que alguien me pusiera atención. En el parque escuché risas de niños y a un lado las bocinas de los carros sonaban por el tráfico usual del día lunes.
El único ser que notó mis movimientos, fue la sombra de la pareja de mi amo. Miedosa ante lo que estaba sucediendo, no hizo nada por detenerme y se limitó a copiar los movimientos de su dueña. No sé si fue mi percepción únicamente, pero me pareció ver la sombra más tensa y aunque sus acciones seguían exactas a aquellas que imitaba, sus extremidades lucían rígidas y poco naturales.
Poco tiempo fue el que tuve para notar todo ello pues mi ansiedad me inundaba por la posibilidad de que alguien se percatara de mí, pero pronto aminoró mi pánico. Aunque hubiese una persona que notara una sombra suelta, ¿qué haría al respecto? ¡Ahora que yo era libre!, ¡ninguna persona podía tocarme o hacerme nada!
Di un salto para mostrar mi emoción y aunque algunas miradas se posaron momentáneamente en mí, corrí de alegría alejándome de todos y dejándolos con sus propias especulaciones que en nada me afectaban.
Corrí unos metros hasta estar totalmente alejado de mi dueño, al otro lado del parque y di veinte saltos seguidos sin mostrar un atisbo de cansancio como lo hubiera hecho si estuviera pegado a una persona. Mi alegría fue tan inmensa, que sentía que podría alzarme del suelo y volverme 3D de repente. ¡Era libre! ¡Podría irme a donde quisiera! Y Podría encontrar finalmente el amor.