La Sonrisa De SofÍa

COMO LA PRIMERA VEZ

Tuve la esperanza que mi vida al lado de Manuel, tuviese un giro de 180 grados y que de nuevo fuésemos amantes apasionados entregado nuestros corazones con toda disposición, dispuestos a ser felices. Tuve la irreal esperanza en que la vida al lado de mi esposo se tornara más amable, fui muy ilusa al esperar eso. Creí en la sinceridad de las disculpas de mi esposo, pensé aquel almuerzo al que me había invitado, sería la solución a nuestros problemas y sería el momento para dialogar y hacerle caer en cuenta de sus errores. Al día siguiente me levanté motivada, tomé las rosas que él me llevó la noche anterior y tras arreglarlas las dejé en un florero para adornar la mesa del comedor, estaba perpleja mirándolas y suspiré al creer que todo cambiaría.

Ese día Manuel salió muy temprano al trabajo, más de lo habitual, precisamente para adelantar sus labores y así almorzar con tranquilidad. Fue muy cariñoso al despedirse fue muy romántico y me convenció de su cambio al jurarme el amor más puro y sincero. Estuve emocionada toda la mañana y dediqué gran parte de ella a arreglarme y verme radiante para él, para que no tuviera ninguna queja y quedara fascinado con mis encantos.

Al terminar de alistarme me miré al espejo y me di cuenta de lo hermosa que era, aunque eran evidentes los moretones que tenía en mi rostro. Sin importar lo malogrado que éste estuviera, tenía que salir a la calle, Manuel no me permitiría que cancelara nuestra cita. Estuve pensando en la actitud de mi esposo, me di cuenta que era muy noble al reconocer su error y al tener la valentía de querer remediarlo.

Terminé de maquillarme y me arreglé para quedar preciosa. Esa mañana tomé la decisión de permanecer todo el tiempo impecable con tal de satisfacer a mi esposo, me vería todo el tiempo arreglada, sin importar que me mantuviera en el apartamento durante todo el día sin salir. Él estaba todo el día en el trabajo, esforzándose y dando todo de sí para darme la condición de vida que me estaba dando y lo correcto era que al llegar a casa viera a su esposa siempre radiante y sexy.

Vestí un precioso vestido rojo el cual hacía una perfecta combinación con mi cuerpo delgado y estilizado y mi cabello oscuro y largo. Aún me quedaban unas horas disponibles antes de salir a mi encuentro con Manuel, en aquel restaurante de Chapinero al que tanto me encantaba asistir en compañía de mi esposo. Miré la hora y eran las once de la mañana, me atacó la curiosidad por un recuerdo que llegó a mí de la noche anterior cuando estaba conversando con aquel hombre de barba que conocí en la tienda de arte. ¿Quién era Bob Ross?

Tomé mi celular y empecé a buscar información sobre aquel pintor del que tanto me habló aquel chico. Los videos sobre aquel artista eran bastantes pintorescos, era un hombre muy feliz, amable en su manera de expresarse. Todos sus videos me encantaron, era un hombre blanco, su cabello lo llevaba en afro y siempre se expresaba con gran optimismo.

En todos los videos que vi de él, hacía cuadros de paisajes, de todas las estaciones, con preciosos colores. Incluido el hermoso amarillo cadmio y los colores que dijo Juan Manuel, azul cobalto y rojo carmesí. Amé de inmediato el espíritu de ese hombre, irradiaba gran nobleza y amor por la naturaleza. Lo que dijo Juan era verdad, aquel hombre era muy positivo e incluso tenía la costumbre de adoptar ardillas.

Al buscar información en internet sobre aquel pintor, me di cuenta de la opinión de muchas personas que miraban sus videos e incluso de algunos críticos de arte. Las opiniones estaban bastante divididas. Así como existían unos que pensaban que era un hombre con un talento estupendo, estaban los detractores que afirmaban que no se requería de gran destreza para poder realizar cuadros tan básicos.

Pude darme cuenta que en su mayoría, muchos de los que criticaban el trabajo de Bob Ross, eran artistas que se dedicaban a lo abstracto y que para algunos críticos, quienes se dedican a esto, es porque no tienen el talento de retratar con belleza la realidad que los rodea, y utilizan este método tan subjetivo con la premisa que es una visión distinta a la natural, siendo evidente en muchos casos que es solo una excusa oculta en un discurso sin sentido al no tener talento, pero todo es cuestión de gustos y enfoque.

En lo personal, debo confesar que el trabajo, los trazos, la técnica, el espíritu de Bob Ross, me dejó fascinada y pienso que esa es en realidad, la finalidad del arte, pintar con el alma, con sentimiento y con talento, de no ser así, cualquiera sin la más mínima instrucción podría hacerlo y dejaría de ser arte, dejaría de ser bello y de transmitir algo. Es eso precisamente lo que hace que nos cause fascinación cuando vemos algo, que con talento se le ha puesto el alma.

Después de mirar varios videos y de investigar un poco más sobre él en internet, miré por curiosidad la hora y me di cuenta que el tiempo se me pasó de manera acelerada mientras miraba los videos de Bob Ross, un excelente pintor. Ahora comprendo por qué causó tanta fascinación en aquel joven que conocí en la tienda de arte. Se me hizo bastante tarde, me entretuve más de lo necesario, por lo que tuve que salir apresurada del apartamento para llegar a tiempo a encontrarme con mi amado Manuel. Me puse una vez más aquellos enormes lentes de sol que cubrían una gran parte de mi rostro (con los que parecía una mosca), me di cuenta que hice un gran trabajo al ocultar las heridas con el maquillaje.

En la avenida había un trancón terrible, eran las dos y cuarto de la tarde, yo aún estaba metida en aquel taxi esperando llegar, no debí darle más tiempo del necesario al mirar esos videos, pero en realidad quedé fascinada con el estilo y destreza de aquel encantador pintor. Como el trancón no avanzó y no quise arruinar la cita con mi esposo, tomé la decisión de bajarme del taxi e irme caminando hasta el restaurante, aún quedaban unas cuantas cuadras para llegar por lo que tuve que caminar bastante apresurada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.