La teoría de 3+1

17. AVRIL: PARTE II

16 de octubre

AVRIL: PARTE II

Abro los ojos cuando el fuego abrazador en mi pecho me obliga a moverme de mi posición. Con dificultad, mis ojos cansados alcanzan a visualizar el interior de un auto para posteriormente, descubrir el movimiento de la ciudad alrededor de este. Las ciudades no se mueven… ¿O sí?

—¿Donnan, la ciudad está moviéndose? —pregunto de repente, creo que sueno como una idiota.

—¿Qué? —Su cabeza se gira con velocidad hacia mí—: Estás despierta. Avril, no vuelvas a dormirte, Avril… —balbuceo un poco porque el sueño comienza a apoderarse de mi de nuevo.

Avril, Avril, Avril. 

Mi nombre suena repetidas veces y cada vez se escucha más extraña que la anterior ¿Cómo es que a mi madre se le ocurrió llamarme como un mes del año? Todo es culpa de mi hermana y de sus gustos musicales de adolescentes.

Una mano sobre mi rostro me hace ladear la cabeza al otro lado, evadiendo el contacto. Tengo un enorme calor encima que me hace sentir empapada en sudor, pero a la vez, a mis huesos tiemblan del frío.

La palabra drogada es lo último que revolotea en mi cabeza antes de caer dormida.

Despierto de golpe en plena madrugada o eso es lo que creo cuando el enorme ventanal a mi lado me proporciona una asombrosa vista de una ciudad aun dormida. La vista del océano al otro lado de la fila de edificios está en calma y todo sería como en una escena de novela romántica sino fuera porque recuerdo que no tengo de ni idea de lo que pasó.

Me incorporo sobre el suave colchón, uniendo los codos en las sabanas mientras miro alrededor. La oscuridad me hace frotar mis ojos para desperezarlos y lograr distinguir y averigüar mejor dónde rayos estoy.

La ansiedad forma una sensación extraña en mi estómago y me recorre el cuerpo entero al no poder adivinar donde es aquí. Aparto las sabanas. Estoy descalza, pero no tengo tiempo de ponerme a buscar mis zapatos; en su lugar, me dispongo a buscar el móvil.

Lo encuentro sobre la mesita de noche a un lado de la cama. Son casi las dos de la mañana, tengo como mil notificaciones que van desde llamadas perdidas a mensajes de texto provenientes de Donna y Vic. Cuando me propongo leerlos, un ruido acapara mi atención.

Mis ojos viajan hasta la puerta de la habitación. Busco cualquier cosa que me sirva de arma y termino agarrando un globo terráqueo. Camino con lentitud hasta ella y la abro despacio.

Una luz proveniente de una puerta en el pasillo me indica que hay alguien adentro. Camino vacilante, con las dudas y el nerviosismo a flor de piel. Tomo una profunda inhalación y avanzo sosteniendo con firmeza el globo entre mis manos.

De un segundo a otro, la luz se apaga. Alguien sale, quedándose parado frente a mí. Ambos, sorprendidos, lanzamos un grito inesperado de sorpresa.

—¡AHH!

—¡AHH!

Estoy segura de que los grito se escucharon por todo el departamento.

—¿Y tú quién demonios eres?

—Eso debería preguntarte yo —replico a la defensiva.

Su mirada cae en el objeto entre mis manos.

—¿Pensabas golpearme con eso? —Lo señala.

Avergonzada, bajo el objeto y lo escondo en mi espalda.

—Por supuesto que no —niego.

—Oye, yo vivo aquí y no tengo idea de cómo llegast… —Unos pasos por las escaleras llama la atención de ambos.

Una figura aparece por las escaleras en espiral y me asusto por un segundo antes de que una sonora voz ronca llegue hasta mis oídos.

—¿Por qué hay tanto escándalo? —Un Donnan con cabello revoltoso restriega sus dedos sobre sus ojos. Cuando me ve, sus ojos se abren por completo y da dos largas zancadas hacia mí—: ¿Avril, te sientes bien?

—¿Avril? ¿Ella es Avril? —pregunta el tipo señalándome. Parece atontado por un segundo, luego se echa a reír.

—Donnan… —comienzo a decir—: ¿Qué hago aquí?

—¿No lo recuerdas? —pregunta y yo niego; no obstante, varias imágenes llegan a mi cabeza pasando frente a mis ojos de manera fugaz.

—Me drogaron —declaro, recordando sus palabras. Eso parece detonar algo en mi cerebro. Estaba tan concentrada en averigüar dónde estaba que no noté el leve dolor en mi cabeza ni siquiera la cantidad de sed que siento ahora mismo.

El chico a nuestro lado, silba.

—Eso si es una sorpresa —Tanto Donnan como yo volteamos a verlo—. Mis disculpas, mi nombre es Seth, Seth Cooper Preston. Aspirante a modelo de ropa deportiva, tengo una maestría en romper corazones y soy primo de este idiota —Da dos palmadas sobre el hombro de Donnan y si no estuviera tan aturdida aun soltaría una carcajada.

—Avril Hall —Es todo lo que puedo pronunciar.

—Ahora lo sé, estaba muy emocionado de conocer la chica que ha doblegado este corazón de piedra —Ladea la cabeza hacia Donnan y este se aparta de su toque—: Aunque no seas la única que…

—Bien, basta. Vete a dormir, deja de fastidiar —expresa Donnan intentando sonar iracundo, pero el tono de su voz destella diversión.

Antes de que pueda pronunciar palabra alguna, Donnan toma mi mano y me conduce escaleras abajo. Lo sigo sin protestar porque lo único que quiero ahora mismo es un enorme vaso de agua.

Al llegar a la cocina, suelta mi mano y camina directo al refrigerador. La radiante luz golpea mis ojos aun adoloridos, lo siguiente que veo es a Donnan tendiéndome una botella de agua mineral.

—Necesitas tomar agua —indica, insistiendo en su acción.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.