La teoría de 3+1

23. VICTORYA

19 de octubre

 

VICTORYA

 

—No se imaginan lo obsesionada que estoy con estos productos, los uso todo el tiempo porque los amo. Las texturas y la sensación que te deja sobre la piel es increíble —Termino el video con un acercamiento al logo de la marca, para luego guardarlo y editarlo más tarde. Tuve que recorrer media ciudad para venir a esta tienda con la que estoy colaborando y hacer una toma de todo el local que, cabe destacar, tiene las paredes de color marfil con enredaderas de verdad cayendo sobre estas y es el lugar perfecto para una fotografía.

—¿Victorya? —Una dulce voz a mis espaldas me hace girar solo para ver a una de mis nuevas personas favoritas en todo el mundo: Alice Preston.

La madre de Donnan se acerca a mí, ambas nos saludamos con un beso de mariposa en la mejilla. Le dedico una mirada cargada de entusiasmo que oculta un millón de sentimientos y es que, no he podido olvidar el beso con Donnan, solo han pasado un par de días, pero continúa vigente en mi cabeza.

No he querido decirles a las chicas aun, porque necesito tener todo seguro primero, pero creo que estoy enamorándome de Donnan.

Sé que mi madre lo llamaría obsesión, pero no es así. Me encanta cada faceta de él; su cabello, sus ojos, su fascinante personalidad divertida. Y esa sensación que se crea dentro de mi cuando estoy a su lado.

Alice me toma de ambas manos y casi quiero soltar un suspiro. Mi futura suegra parece ser la persona más encantadora del mundo al igual que su hijo.

—Nunca esperé encontrarte aquí —pronuncia, para luego esbozar una sonrisa—. Pero no sabes cuánto me alegra verte.

—Lo mismo digo, para mí es un placer verla siempre—Observo las bolsas en uno de sus brazos—. Vine hasta aquí porque soy embajadora de la marca y necesitaba tomar unas fotos. Me encanta este lugar.

—Lo sé ¿No es divido? —Da un rápido vistazo a parte del local antes de enfocar la mirada en mi de nuevo—: Ya que estás aquí y si no tienes nada que hacer ¿Te gustaría ir a tomar un café conmigo? —pregunta y yo no puedo ocultar mi entusiasmo.

—Por supuesto.

 

El café que Alice eligió no quedaba tan lejos de la tienda. Los dueños son franceses y el lugar tiene ese toque armonioso de París con mesas al aire libre y platillos tradicionales exquisitos, me recuerdan a todas aquellas veces que he estado en esa ciudad con mi madre.

—Tu mamá nos habló tanto sobre ti durante años que cuando te vi parecía que ya te conocía —Coloca la taza de café sobre la mesa de nuevo mientras yo le agrego un poco de edulcorante a mi té.

—¿En serio? —Sueno incrédula. Nunca pensé que mi madre hablara sobre mí con sus amistades, al menos, no tanto. Me enderezo sobre la silla y finjo que no estoy sorprendida—. La verdad es cuando mis hermanos eran más pequeños mucho de sus amigos ni siquiera sabían que tenía hijos varones —admito recordando la cantidad de veces que eso sucedió.

—El mayor está grabando una serie de televisión ¿No? —asiento.

—Sí, y el menor se gradúa de medicina el próximo año.

Muerdo mi labio inferior porque no he hablado con ninguno de los dos en varios días y no me había percatado de lo mucho que los extraño, después de todo, son mis hermanos.

Nuestra relación se ha tornado distante en los últimos años por una u otra cosa, cada uno ha estado tan concentrado en sus asuntos que nuestra familia ha dado un salto más allá de lo distante. Tal vez por eso mi relación con Donna y Avril se volvió tan estrecha, porque la mayoría del tiempo mis padres estaban de viaje y mis hermanos revoloteando por algún lado del mundo, así que la mayoría del tiempo estaba sola.

Lo admito sin prejuicios ni penas: No sé qué haría sin esas dos chicas en mi vida.

—Donnan también se gradúa el próximo año —La sola mención de su nombre hace revolotear mariposas por todo mi cuerpo—. Hablando de eso… —Abre mucho los ojos al recordar algo y busca su teléfono en su pequeño bolso—: Oh, debo irme tengo que llevarle unas cosas a mi hijo —Vuelve a guardar el teléfono y saca un billete para dejarlo debajo de la taza. Luego, eleva la mirada y con una amable expresión me pregunta—: ¿Te gustaría acompañarme? No tardaré mucho y me gustaría seguir conversando contigo.

¿Ir a la casa de Donnan Preston con su madre?

Parece una locura.

Me gustan las locuras.

—Por supuesto —sonrió—. No hay problema.

 

 

—Mi hijo vive con mi sobrino y su mejor amigo —Introduce una llave en la cerradura—. Disculpa si el lugar está desordenado, ya sabes cómo son los jóvenes. Aunque Donnan siempre ha sido una persona ordenada, mi hija lo era más… —Su voz se apaga un poco al decir esto último. Es la primera vez que la escucho mencionar a su hija—. Sufría de TOC y le gustaba ordenar todo a la perfección.

—Lo comprendo, yo vivo con mis mejores amigas y una de ellas también sufre de TOC —comento casual.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.