La teoría de 3+1

24. AVRIL

19 de octubre

 

AVRIL

 

Voy a matarlo, voy a disfrutarlo y luego voy a desaparecer de la faz de la tierra.

Ya tengo todo planeado; me iré a Alaska a convivir con los esquimales, probablemente muera del frío, pero qué más da, de esa forma solo mis amigos y familiares más cercanos asistirán a mi funeral. Sé que mi hermana me reviviría para volver a matarme ella misma y por eso no está invitada. También voy a encargarme de que nos entierren en el mismo panteón con una simple y sencilla descripción en las lapidas.

Descansa por traición y muere por pendejo.

Joder, pero ¿Qué me pasa?

Juro que casi se me sale el corazón cuando vi a Donna sosteniendo la gorra de Donnan. Las palabras se atascaron en mi garganta y mi respiración se volvió irregular. Si mis sospechas son ciertas; me gusta el mismo chico que a mi mejor amiga y ¡Joder! ¡Eso no está bien!

Sobre todo, cuando sé lo sensible que es Donna con este tipo de cosas. Por eso estoy dispuesta a averigüar esta noche si Donnan es el mismo chico que le gusta a ambas y si es así… no sé qué voy a hacer.

Hundo mi rostro en la almohada esperando a que como por arte de magia, la situación se resuelva y todos terminemos felices para siempre.

Por favor Avril. ¿En serio? Deja de leer tanta ficción.

 …No puedes escapar de la realidad…

Las palabras de Donnan retumban en mi cabeza y quisiera tenerlo de frente para lanzarle un puñetazo. Aunque creo que, si lo tengo ante mí ahora mismo, haría todo menos eso.

Aparto el rostro de mi almohada solo para observar el techo de mi habitación y de inmediato aparece de nuevo la imagen de Donnan frente a mis ojos.

Sal de mi cabeza, Donnan.

Me siento y empujo todos los papeles y libros de mi cama para no estropearlos y poder estudiar más tarde, a pesar de que no necesite ni un repaso más para mi examen del próximo martes. Ahora mismo estoy tan agobiada que solo quiero acurrucarme sobre mi cama todo el resto del día.

La puerta de mi habitación se abre, Vic entra usando ropa deportiva y llevando una botella de agua en la mano, Summer viene detrás de ella.

—¿Sabes que necesitas? —Alzo la mirada incitándola a que continúe—. Hacer ejercicio conmigo.

—Vic, lo intenté, no tengo coordinación —Expulso una risa por lo bajo al recordar aquel día que salí a correr con ella. Cabe destacar que me dejó sola porque corría muy lento y terminé con un dolor de piernas nada normal.

—Ni equilibrio —Agrega dándome la razón—. Pero eso no es excusa, puedes aprender. Te noto tensa ¿Dónde está mi alegre Avril que disfruta de la vida sin importar qué?

—Creo que esta semana se fue a la isla de pascua —murmuro.

—¿Por qué a la isla de pascua?

—No lo sé, fue lo primero que pensé. El otro día estaba viendo un documental sobre los Moáis en el que decía que eran mucho más altos de lo que se veían, que todos observaban al centro de la isla y los ojos apuntaban hasta el cielo y…

—Sí, si ya entendí. Solo quería hacerte hablar y que recuperas tu semblante.

 Sonrió de forma inconsciente porque su táctica ha funcionado.

—A veces se me olvida tus poderes de persuasión.

Alza los hombros, alardeando.

—Es un don. Ahora, sabes que tengo una cena mañana con la que podría ser mi futura suegra y por supuesto su hijo y el resto de su familia.

—¿Ese tipo con el que tu madre quiere que salgas?

—El mismo.

—¿Cuándo dejaras tanto secreto y nos dirás quién es?

—Si todo sale como lo planeo, mañana les contaré todo. Quiero que sea impactante.

—Victorya Moon queriendo marcar tendencia ¿Quién lo diría? —Enarco una ceja.

—Tus palabras —Me apunta con la boca de la botella—. En fin, me voy, nos vemos luego —Da media vuelta y desaparece por la puerta, pero un segundo después asoma su cabeza y dice—: Por cierto, solo quiero advertirte que Donna no parece estar de buen humor, así que ya sabes.

Hago un gesto con los dedos hacia ella.

—Que el cielo se apiade de nosotras.

 

 

¿Yo? ¿Avril Hall nerviosa?

Sí, claro que sí, ni que fuera Victorya Moon.

Con toda seguridad puedo decir que soy una persona muy extrovertida, me encanta conversar todo el mundo sin importar sin lo conozco o no. Suelo ser de esas personas a las que no les interesa lo que los demás digan sobre ella y siempre intento ver el lado bueno a las cosas.

Pero ahora mismo… ahora mismo lo único que quiero hacer es enterrar la cabeza bajo la almohada. Mis nervios burbujean lava caliente desde mis entrañas, chispeando todo mi entorno, y eso se debe que voy a ver a Donnan Preston de nuevo.




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