La teoría de 3+1

35. AVRIL: PARTE I

22 de octubre

 

AVRIL: PARTE I

¿Dormí?

No.

¿Me levanté muy temprano para despedir a Donna y prepararle unos panecillos para el camino?

Sí.

¿Recibí un mensaje de buenos días de Donnan?

Sí.

¿He visto a Vic?

No

No sé con exactitud a qué hora llegó anoche, solo sé que, en cuanto sentí el chasquido de la puerta principal, ni siquiera logré moverme de la cama. Creo que una especie de energía llamada cobardía me petrificó sobre mi colchón; de todas maneras, deduje que sería mucho mejor hablar con ella al día siguiente, cuando ambas estuviéramos con la sensatez encendida.  

Apoyo mis antebrazos sobre la isla de la cocina e inclino todo mi cuerpo hacia adelante, con una taza de café en una mano, un panecillo en un plato y el móvil en la otra. Estoy muy intranquila y lo único que puedo hacer es ver videos en TikTok para intentar relajarme, pero el destino no quiere que lo haga porque lo único que hace es enseñarme una y otra vez videos de amigas bailando y haciendo otro tipo de cosas divertidas lo que me lleva de regreso a Donnan y sus tres chicas.

¿Se habrá dado cuenta de que somos amigas?

¿Qué tan cercanos son Donnan y Victorya?

¿Cómo es realidad la relación entre Donna y Donnan?

Unos pasos ahogan el ruido de la música baja. Bloqueo la pantalla con prisa, al tiempo que levanto la mirada para ver a una despampanante Victorya Moon ante mí, luciendo fresca y lista para comenzar el día.

—Buenos días —Saluda con ese tono de voz enérgico tan peculiar que la caracteriza.

—Buen día, Victorya —El nombre completo sale de forma inconsciente.

Nunca la llamo así.

La sonrisa falsa que se traza en su rostro despierta un revoltijo en mi estómago. Ella no me quita el ojo de encima mientras camina un paso dentro del área, toma una manzana roja del frutero llevándosela a sus labios y le da un pequeño mordisco aristocrático que me hace querer reírme.

—Llegaste tarde —Me atrevo a decir, luego de carraspear mi garganta.

—¿Disculpa?  

—Anoche… Era tarde.

—Ah, sí —comenta, indiferente. Como si nada hubiera pasado.

Nos sumimos en un silencio demasiado incomodo, uno en el que jamás habíamos estado. Continúa masticando y deglutiendo la manzana, mirándome expectante; sus ojos recorren mis pálidos brazos descubiertos como si se trataran de una cosa extraña. Vivimos en California, pero eso no quiere decir que tenga que estar bronceada como ella todo el tiempo.

Aunque conozco era mirada, sé lo que significa.

Muerdo la punta de mi lengua y respiro profundo.

—Vic sé que quieres decir algo, solo… dilo —Sueno suplicante.  

Se relame los labios.

—¿Desde cuándo lo conoces? —pregunta, directa, sin rodeos. Así es Victorya Moon.

—Desde hace poco más de un mes.

—¿Y no pensabas decírnoslo? —Alza una ceja.

—Tú tampoco nos dijiste nada —replico.

—Te conté que me gustaba alguien.

—Pero no dijiste su nombre.

—Tú tampoco.

Me enderezo.

—Victorya, no vamos a caer es este juego. Ninguna de las dos dijo nada, jamás pensamos que…. —Guardo silencio.

Ella ríe de forma sarcástica, interrumpiéndome.  

Oh no, esa Victorya no. No otra vez.

—¿Qué nos gusta el mismo chico? —Alza una ceja.

—Que ambas lo conocíamos. Fue falta de comunicación.

—Sí, tienes razón… —Muerde otra vez lo que queda de la manzana, lanza las semillas a cubo de basura, tomándose su tiempo antes de proseguir—: Y ahora ¿Qué?

Y ahora ¿Qué?

—¿Eh?

—Sí, ahora ¿Qué hacemos? —Rodea la isla, deteniéndose junto a mí—: ¿Cómo hacemos para fingir que no nos gusta el mismo chico?

—¿De verdad te gusta? —pregunto, incrédula. Porque puede que me haya dicho un montón de veces que sí, pero Donna y yo siempre pensamos que lo que en realidad tenía era un capricho con el hijo de los amigos de sus padres.

Y bueno, es comprensible. Solo hay que verlo y es suficiente para caer bajo su encanto.

 Vic me observa con gesto trastornado.

—Dime que no dijiste eso —Menea la cabeza, negando—. Te he contado muchas veces lo mucho que me gustaba. ¿Cómo…? ¿Por qué dices eso?

Suspiro.

—Lo siento ¿Si? Es que en las últimas semanas Donna y yo te hemos visto más que enamorada, encaprichada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.