La teoría de 3+1

58. DONNAN

11 de noviembre

10:45 am

DONNAN

—¿Quieren explicarme qué estamos esperando? —pregunta Seth.

—Que alguien se apiade de nosotros y se digne a atendernos.

—Los policías ni siquiera están haciendo algo, míralos, están ahí comiendo donas como si no hubiera una chica desaparecida desde hace dos días. Lo único que hicieron fue tomarnos una simple declaración.

—No creen que sea real, creen que se fue por voluntad propia dada las circunstancias.

—¿Y por qué debemos esperar aquí a pocos metros de tus dos novias?

Resoplo.

—Seth, por favor. No es gracioso.

Alza las manos en señal de inocencia.

—Solo digo que podríamos ir a buscarla, ellas deben tener una idea de donde está.

Niego y doy un vistazo rápido a las dos chicas que se encuentran sentadas a pocos metros de nosotros. Ambas con gesto preocupado. De pronto, Avril saca tu teléfono y frunce el ceño al mirarlo. Acto seguido, alza la cabeza hacia nosotros.

Me alarmo.

—Donna acaba de enviarme un mensaje.

Seth es el primero en levantarse conmigo siguiendo sus pasos.

—¿Qué dice? —pregunta Victorya.

—Solo hay una ubicación —gira la pantalla hacia nosotros para enseñarnos una fotografía de Google Maps.

—¿Esta en alguna parte de la zona oeste?

—Un momento, creo que es donde es.

 

—Esto no me gusta —murmuro—: No me gusta para nada.

—A mí tampoco —comenta Seth.

Los cuatro miramos a través de las ventanas del auto.

—Quédense aquí —digo, abriendo la puerta de copiloto. Seth del lado del piloto hace lo mismo.

 Ambos trotamos hacia el establecimiento manteniendo la cautela. Escucho un portazo a mis espaldas y los siguiente que escucho, es el grito de Avril seguido de un disparo.

—¡DONNA!

Mi vista viaja hacia la dirección de su mirada y ahogo un jadeo.

No.

No.

Los cuatro corremos al interior del establecimiento, con la imprudencia caracterizada por el miedo de perder a alguien. Subimos por las escaleras de emergencia a tropezones. Victorya sostiene el móvil contra su oreja para llamar a emergencias.

Nos detenemos de golpe cuando llegamos a la tercera planta del establecimiento. Avril intenta adelantarse, pero la tomo por el brazo evitando que quede de frente con él.

Gregory sostiene a Donna contra su cuerpo y presiona la boquilla de un arma contra su sien.

—Creí que se perderían la diversión —Sonríe de lado.

 

AVRIL

Donna no llora, no emite ni siquiera un quejido cuando Gregory reafirma su agarre. Por otro lado, mis manos tiemblan gracias al nerviosismo que me recorre todo el cuerpo, quiero darme la vuelta y regresar a la normalidad, pero mi preocupación por mi amiga es mucho más grande que mi miedo.

Victorya me observa con los ojos oscurecidos y las pupilas dilatadas. Está asustada, ambas lo estamos.

—Vaya, vaya, pero si tenemos más compañía… —La voz de Gregory canturrea como eco—. Pensé que te perderías el espectáculo, mi querida Avril, pero veo que incluso has traído a tu otra amiga. Lástima, mi amigo se habría divertido bastante con ella ¿No es así, Victorya?

Ella lo encara como solo Victorya Moon puede hacerlo.

—Así que tú eras el de los chistecitos.

—No me digas que no te gustaron, sé que sí —Gregory ríe por lo bajo, luego clava la mirada en Donna. Su rostro está tan pálido que, si no fuera por el agarre de Gregory, no podría mantenerse de pie ella misma. Y solo me hace falta darle un ligero vistazo a sus ojos para comprender que la han lastimado.

Reprimo las lágrimas que amenazan con derramarse por mis mejillas.

Donnan da un paso al frente.

—Gregory, ellas no tienen nada que ver con lo que pasó entre tú y yo.

—¿Sabes que es molesto? —pregunta con desgana—: Que te arrebaten a lo que más quieres en el mundo. La gente se vuelve loca por la perdida, Preston. Tu padre me quitó a los míos injustamente. Tu hermana fue un blanco fácil, pero no es suficiente.

Un quejido gutural se forma en mi garganta.

¡Gregory fue el responsable de la muerte de Alondra!

Veo a Donnan tambalearse hacia atrás. Luce desconcertado. Durante mucho tiempo creyó que él había sido el responsable de la muerte de su hermana. Claro, no contó que un demente como Gregory estuviera detrás del provocado “Accidente”.

—La patrulla llegará en diez minutos, hay que hacer tiempo —me susurra Vic.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.