La tortura eterna

06.

Megan y Francisco estaban en la escuela, en todo el día no habían visto a Julián, pero no le dieron mucha importancia. A la hora de comer Francisco se acercó a Irene y Mateo los vio mal.

 

—Irene —dijo Francisco—, ¿podemos hablar?

 

—Te la están bajando Mateo— dijo Santiago.

—Cállate— dijo Mateo.

Irene y Francisco caminaron lejos de ellos, se sentaron en unas sillas.

—¿De qué querías hablar?— Preguntó Irene.

—¿Está pasando algo?

—No entiendo, ¿a qué te refieres?

—No sé, cambiarnos aquí sin conocer a nadie es extraño, además, no he visto a Julián, ¿sabes algo de él?

Irene se puso nerviosa.

—Creo que estás exagerando. Julián se cambió de escuela, no deberías hablar más de eso, tendrás problemas.

—¿Por qué? ¿Qué pasa realmente?

Irene realmente mentía y no sabía qué más inventar para que Francisco no sospechara.

—¡Francisco!— Gritó Megan.

Francisco fue corriendo hasta donde estaba Megan. Irene sintió un gran alivio.

—Quisiera ayudarlos— susurró Irene.

—¿Quieres terminar como Julián?— Preguntó Nicolás.

Megan estaba llorando.

—¿Qué le hicieron a mi hermana?

—Mateo tiró la comida de Megan— respondió Emma.

—¿Por qué lo hiciste? ¿Ella qué te a echo?

—Me desagrada el olor de su comida— respondió Mateo.

—No tenías porqué tirársela. Ahora cómprale algo o dale tu comida.

Mateo le compró algo y Megan sonrió. Francisco se sentó junto con su hermana.

>>¿Te gusta?

Megan asintió.

 

••••
 

Francisco estaba en su casa haciendo la tarea. Sacó una libreta, se cayó una hoja y la recogió.
 


 

Empecemos con este juego.
 


 

¿Te gusta el lugar, cierto? Pues déjame decirte que todo es mentira. En realidad nada existe. No pasará mucho tiempo para que tú y tu hermana mueran, ¿y sabes qué? Tu querida madre no se dará cuenta.
 


 

De seguro ya comenzaron los sueños, pues... Dentro de poco serán más comunes y no podrás dormir, ni siquiera decirle a nadie. Nadie te dará respuestas, todos van a ignorar te, te dirán cosas como "estás exagerando" o "tienes mucha imaginación", así que ni te esfuerces.
 


 

En tus sueños verás cómo han muerto personas y eso solo son recuerdos, pero no evitarán nada, todo eso ya pasó. Veamos cuánto tiempo aguantan vivos.
 


 

Posdata: No puedes mostrarle a nadie la carta, ¿por qué? Simple, nadie puede leerla.
 


 

Francisco tiró su mochila del susto.
 


 

—Cariño —dijo Sharon—, si quieres puedes tomarte un descanso, pero no tires tus cosas.
 


 

Sharon recogió la mochila.
 


 

>>Por cierto, ¿por qué arrancaste una hoja en blanco?
 


 

—No está en blanco, tiene algo escrito.
 


 

—No, aún no cariño. Vamos, recoge tus demás cosas.
 


 

Francisco recogió sus cosas sin creer cómo Sharon no podía leer la carta.
 


 

—Mamá.
 


 

—¿Qué pasa cariño?
 


 

—¿Te sientes segura aquí? ¿Te gusta el lugar?
 


 

Sharon sonrió.
 


 

—Cariño... Sé que te asusta un poco el lugar porque es algo nuevo, pero ya verás que nos acoplaremos, tranquilo.
 


 

—¿Segura?
 


 

—Claro que sí cariño, ¿por qué la pregunta? ¿Sabes algo?
 


 

Francisco quería decirle de la carta, pero pensó que no le creía, así que prefirió guardarlo hasta que fuera el momento adecuado.
 


 

—Por nada mamá.
 


 

Sharon abrazó a Francisco. Ya se habían dado cuenta de que algo pasaba, pero creyeron que no era importante, así que lo ignoraron y no hablaron de eso.
 


 

••••
 


 

Ya era de noche y todos dormían. Francisco estaba un poco nervioso y estaba atento a cualquier ruido. Megan se paró de su cama.
 


 

—¿A dónde vas Megan?
 


 

—Al baño.
 


 

—¿Quieres que te acompañe?
 


 

—Ya estoy grande, ¿tienes miedo hermano?
 


 

—Claro que no tengo miedo, solo lo decía por si tú lo tenías de ir sola al baño de noche.
 


 

—Puedo ir sola hermano.
 


 

Francisco en realidad tenía miedo de que algo les pasara a su familia, pero no quería preocupar a Sharon.
 


 

—No te tardes.
 


 

Megan fue caminando hasta el baño. Tenía una gran visión, así que no le era difícil caminar en la noche. A medio camino de regreso se topó con Emma.
 


 

—Mami está dormida, ¿cómo entraste?
 


 

—Sígueme.
 


 

Emma tomó de la mano a Megan y salió corriendo hasta el bosque. Emma le dió a Megan una cajita y le puso un collar.
 

>>Por ningún motivo te vayas a quitar el collar. Dentro de la caja hay dos collares; uno para Sharon y uno para Francisco, también hay una carta y una dirección. No dejes que nadie te quite la caja. No toques la dirección, ni siquiera vayas ahí, guárdala en un closet o debajo de tu cama. Mañana lee la carta y si no me ves en la escuela... Al leer la carta sabrás.
 

Emma abrazó a Megan. Esa era la última vez que podría hacerlo. Emma dejó a Megan en su casa. Megan guardó la caja entre sus juguetes y se durmió.



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En el texto hay: muerte, famila, casa

Editado: 16.12.2020

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