Mi respiración era entrecortada
a medida que aquel chico apretaba mi culo y se frotaba desesperado contra mí. Nuestras bocas se devoraban con deseo y sin pudor alguno. Un gemido salió de mi boca cuando sentí su mano adentrarse en mis panties, acariciándome con agilidad. Estaba al borde del éxtasis y ni si quiera me había penetrado aún. Me era imposible seguir su ritmo cuando estaba tan centrada en mi propio placer. Podía decir con seguridad que este chico solía ser un casanova que no busca nada serio, aquellos que solo buscan a chicas que estén dispuestas a tener encuentros casuales sin compromiso. Pero eso no tiene nada de malo ¿Verdad?.
Tenía que aprovechar está noche a como diera lugar. No supe en que momento pase de estar en una cita fallida a encontrarme aquí, con un perfecto desconocido con el que tuve suerte de coincidir esta noche. No sabía en que pensaba cuando decidí aceptar pasar a su departamento. Bien pudo ser un asesino en serie, o un secuestrador, que se yo. Claro que aquello no cruzó por mi mente cuando me propuso "ir a un lugar más cómodo, dónde pudiéramos estar solos", como su departamento por ejemplo. Aunque una cosa era clara, yo había aceptado porque en el fondo sabía que probablemente podría tener un poco de acción está noche, como un poco de sexo casual.
Estaba ansiosa, necesitaba ésto y no podía ser con Marlon porque no deseaba que me tocará después de enterarme que se acostaba con otra mujer. Quizás este chico si era el indicado, no para enamorarme pero si para cumplir mi propósito.
Con ambas manos desabroche su cinturón y me las ingenie para desabrochar el botón y bajar la cremallera de su pantalón. Metí mi mano dentro de su pantalón y frote su muy palpable erección. El soltó un gemido complacido con mi acción.
—Eres una chica muy traviesa...
Besó mi cuello dejando algunas marcas que a este punto poco me importaba que fueran visibles o no.
Estaba cegada por el deseo y no pensaba detenerme por nada del mundo hasta lograr mi cometido.
Me giro completamente hasta que quede mirando la pared, completamente de espaldas a el. Levantó con prisa mi vestido y bajo mis panties en un hábil movimiento y después de asegurarse de que estuviera preparada me penetró comenzando un ligero vaivén con sus caderas.
Sus movimientos eran lentos y yo deseaba que continuará, que me hiciera olvidar por lo menos un momento al imbecil de Marlon.
—¡Oh sí!...
La situación de Marlon estaba volviendome loca por completo, quizá el echo de no verlo en un largo tiempo también este influyendo en mi comportamiento con respecto a lo que estaba sucediendo. Aquella noche que discutimos en mi casa el pasó solo un día sin llamarme ni mandarme algún mensaje. Luego volvió a buscarme y salimos pero me marché en la primera oportunidad que tuve. En estos días no he sabido nada de él, ya no me paseó por sus redes sociales como solía hacerlo.
Lo más probable es que este siendo consolado por aquella chica y a decir verdad en este punto ya ni si quiera me importaba.
....
El encuentro con aquél chico duro lo que debía y luego de ello le pedí que me llevará a mi casa. Creí que luego de enredarme con un desconocido me sentiría mejor pero fue todo lo contrario. Una sensación de vacío invadió mi cuerpo en cuanto mi encuentro con Daniel terminó. Me sentía extraña. No me sentía yo misma para ser exacta. Me sentía al borde de la locura y ni hablar de la tristeza que se había apoderado de mi en un instante.
—¿Todo bien?.
Lo miré tratando de actuar normal.
—Si, ah... Yo creo que lo mejor será que continúe sola mi camino.
—¿Alguna razón en especial?.
—Solo recordé que tengo que hacer una parada en casa de una de las amigas de mi abuela que vive por esa calle...— mentí señalando una calle al azar.
—¿Segura?.
—Si, de verdad.
—¿Nos vemos luego?.
—Tal vez.
El chico se acercó a mí y me besó la mejilla. Se alejo mientras se despedía de mi con una mano.
Esperé en mi sitio hasta que Daniel desapareció por completo de mi vista. Suspiré mientras de la bolsa de mi cazadora sacaba una cajetilla de cigarrillos y mi encendedor. Prendí uno y luego me volví a guardar la caja comenzando a caminar.
Me sentía tan culpable.
Me preguntaba constantemente si Marlon quizá se sentía igual que yo, sabiendo que me engaña con otra mujer. Lo más seguro era que no, pero mi optimismo y aquel amor que sentía por el me decían a gritos que si, que el también lamentaba fallarme. Mucha gente pasaba por mi lado, y he de admitir que una envidia enorme me albergaba al mirar pasar parejas sonrientes y enamoradas. Deseaba internamente que ninguna de esas parejas tuviese problemas como el que yo tengo ahora con Marlon, nadie merece ser traicionado de esa manera.
Muchas veces hablé con Marlon acerca de nuestro futuro, porque claro; yo quería una vida con él.
Me veía siendo madre de sus hijos, nuestros hijos. Cuando me enamore de el creí estúpidamente que viviríamos el cuento del; vivieron felices para siempre, ahora no estaba segura de que eso realmente llegase a pasar. Mi futuro con el hoy era cosa de olvidarse.
—¿Podrías regalarme lumbre?—. Una voz femenina me preguntó a lo lejos.
Saque el humo del cigarrillo y comencé a buscar con la mirada el punto de dónde había provenido esa voz.
Logré ver una figura femenina acercarse a donde yo me encontraba. Logré mirarla apenas se acercó y casi que no me la creo. ¡Era la chica del centro comercial!. Una sensación de nerviosismo me invadio sin que yo pudiera hacer algo para detenerlo. Mis manos sudaban constantemente.
Ella traía un cigarrillo en la boca.
—¿Tú, tú eres...?—. Ella me interrumpió antes que pudiera terminar de formular mi pregunta.
—Nelly, soy Nelly.
Su sonrisa era encantadora.
—Iba a decir, la chica del centro comercial.
Se quitó el cigarrillo de la boca dejándome admirar la simpleza de su rostro. Su cabello era largo y brillante. Su rostro estaba libre de impurezas y sus ojos tenían la capacidad de hipnotizar a cualquiera que se atreviera a hacer contacto visual con ella.