Me sentía demasiado perdida, mis pensamientos era un lío. ¿Que debía hacer ahora?. No quería lastimar a Mayte, la pobre tenía suficiente sabiendo que su novio la engaña y si se entera que yo soy esa chica lo más probable es que quiera echarme de su vida. Lo más sensato era hacerle saber que yo era esa chica a la que buscaba aunque eso implicará que dejáramos de vernos. Mi mente trataba de razonar conmigo y hacerme entender que lo mejor era alejarme y olvidar lo que pasó, Mayte es una buena chica y no merece algo así. ¿Debía decírselo a Sasha?.
¿Se molestaría ella conmigo? O peo aún, ¿Me delataría?.
El nerviosismo me llevó a morderme las uñas con inquietud. Trataba tranquilizarme pero no podía, no importaba si yo no sabía quién era la novia de Marlon. Mi deber era mandarlo al demonio y no lo hice, ¡Pero que estúpida soy!.
Tenía demasiadas ideas en mente pero lo mejor debía ser que pensará con cabeza fría y tomara una decisión lo antes posible.
Mayte me agradaba e incluso podía decir que le tenía cierto apreció. Habíamos pasado noches maravillosas juntas, había demasiada química entre ambas. Todas y cada una las recordaba con precisión, nuestra visita a la heladería, nuestra ida al parque y sobre todo la noche en que salimos a bailar salsa.
Chequé mi celular por un momento y sentí cierta decepción de ver mensajes de Marlon y una chica que recién había conocido. No había ni uno si quiera de Mayte.
>>¿Podemos vernos hoy?. Te esperaré en la cafetería donde nos vimos la última vez<<.
Suspiré con desgano y me fui directo al baño para tomar una ducha. Preparé la tina tal cual debiera de ser y en cuestión de segundos deje que la calidez del agua y la espuma me abrigaron. Estaba muy relajada en verdad.
Tome mi celular sin importar que pudiera caerse a la tina y mandé un audio a Marlon para poner fin a nuestros encuentros, yo no podía seguir involucrandome con el tipo que estaba dañando a una buena persona. Lo bloqueé de todas mis redes sociales y luego arroje el celular nuevamente.
En cuanto terminé de asearme me apresure para cambiarme. Tome mis cosas y salí con dirección a casa de Mayte, mi mente no terminaba de procesar una respuesta para mí problema. Me debatía internamente sobre decirle o no, no estaba segura de cuál sería su reacción. Era algo noche y aún así no me interesaba el peligro que pudiera correr en la calle, solo tenía en mente una cosa.
"Resolver esta situación cuanto antes".
Estaba a un par de calles de la casa de Mayte y mi móvil vibró dentro del bolsillo. Rodé los ojos por un momento pensando que quien llamaba era Katia, la chica que acababa de conocer pero para mí sorpresa era Mayte.
Me chupe los labios con nerviosismo, aclaré mi garganta y conteste su llamada.
—Debo imaginar que has estado extrañandome, ¿No es así?.
Intenté sonar lo más tranquila posible. Escuché una risilla del otro lado de la llamada.
—Si, y la verdad es que mucho.— el estómago se me encogió en segundos —¿Puedo verte?. Bueno digo si es que no estás en nada importante.
Por lo menos ambas conservamos las ganas de vernos la una a otra.
—Te sorprenderá mucho saber que justo antes de que me llamaras yo planeaba hacer lo mismo para verte, estoy cerca de tu casa. ¿Puedes salir?.
Hubo algunos segundos de silencio. Luego ella respondió:
—Claro, ¿Cuánto te falta para llegar?.
—Estoy a un par de calles, ve saliendo por favor.
—Genial, ahorita te veo.
Ella me colgó y yo volví a guardar mi móvil. Los suspiros no me habían abandonado en todo el camino, me sentía afligida y la angustia no me dejaba estar en paz.
—Un cigarrillo ayudará...—saque de mi chamarra un cigarrillo y lo encendí esperando que eso pudiera tranquilizarme un poco.
Tan inmersa en mis pensamientos me encontraba que un loco casi me arroja con su camióneta. Le grite un par de insultos al sujetó y este en respuesta saco una mano por la ventanilla y me mostró el dedo de en medio, estaba furiosa pero debía relajarme.
Me detuve un momento para observar a Mayte que ya me esperaba en la banqueta mientras revisaba su celular. Suspiré sintiéndome inquieta de pronto y avancé aunque debo admitir que por un momento Cruzó por mi mente la idea de regresar por donde vine, pero no había escapatoria ya estaba aquí.
Mayte se percató de mi presencia y de inmediato dejo lo que estaba haciendo para levantarse y esperar a que terminara de acercarme. Sonreí porque en verdad me alegraba verla.
Le di una calada al cigarrillo y luego exhale el humo. Era la primera que me sentía nerviosa por verla, me daba vergüenza tener que mirarla a los ojos.
Ella me devolvió la sonrisa, estaba por saludarme pero la calle con un beso mordaz que la tomo desprevenida.
—¿Me extrañaste?.— le pregunté de nuevo pues deseaba oírlo de sus labios.
—Solo un poquito...
Tire la colilla de cigarro luego de darle una última calada. Acaricie su rostro dejando besos por toda su cara y aunque aquello le sorprendió en ningún momento se opuso.
—Yo también te eché de menos Mayte...
acepte con sinceridad mientras ella me miraba fijamente.
—Solo lo dices para no hacerme sentir mal, seguro tienes a muchos y muchas tras de tí y yo solo soy una más del montón.
Tragué saliva y me quedé pensativa unos segundos mientras la miraba con culpa. Ahora me sentía incluso peor y entonces me pregunté, ¿Realmente este era el momento para decirle?. Ella me miró como si se estuviera retractando de lo que había dicho, así que sonreí y mire el otro extremo de la calle.
Sentía la mirada de Mayte clavada sobre mi cuello y creía saber porque. Regresé mi mirada a ella para que dejara de mirar la marca roja de mi cuello. Estaba casi segura de que ella intentaba descifrar mi comportamiento, pues usualmente no siempre estábamos tan calladas. Por un momento creí que me preguntaría qué pasaba pero lo que me preguntó me tomo por sorpresa.