Prólogo

Durante los primeros días de Agosto del año 2016 una extraña enfermedad surgió aparentemente de la nada, en cuestión de días cerca del 40% de la población mundial la padecía y este numero solo iba en aumento, yo no fui la excepción, aparentemente a nadie le sorprendió, mi cuerpo siempre fue débil y propenso a enfermar, pero aun así maldigo a mi mala suerte, pues lo único que siempre le había pedido a esta vida es tiempo, tiempo que brutalmente se me a arrancado de las manos.

¿Qué me queda? Esto es mas de lo que puedo soportar, el solo abrir los ojos me requiere un esfuerzo que muchos no estarían dispuestos a realizar, se que mi tiempo se ha agotado, sin embargo no me arrepiento de mi vida.

Apenas y dejare algunos seres queridos detrás, pero se que sabrán sobreponerse, incluso sus vidas serán más fáciles al no tener que cargar con mi cuerpo moribundo, el cual, han arrastrado ya por 20 años.

 Estuve realmente cerca de los 21, es extraño que piense en eso ahora que no creo pasar de esta noche, pero supongo que si hay una parte de mí que la enfermedad no pudo tocar, esa es mi mente. De verdad quería que llegara ese día, imagine cientos de veces la fiesta que mi madre me prometió, el banquete, la música y a Yamileth, pero todo eso se quedara en un "hubiera sido".

Estoy muy cansado, utilizando un control remoto coloco la cama en posición horizontal y cierro los ojos, pero apenas y noto diferencia alguna, primero fue el andar, después el olfato y ahora es la vista la que parece haberme abandonado del todo.

—Maldición —digo en voz baja antes de quedarme completamente dormido.