La última canción

Capítulo 4.

Noche mágica.

Parte 2.

Legarda.

—no soy el caballero de la noche para poder protegerte de los villanos —la canción por si sola cuenta tantas cosas que la emoción no se puede dejar de sentir en toda la atmosfera—, ni siquiera puedo leer tu mente, no eres fácil de leer como un cartel, intento decirte todo lo que quisieras escuchar, pero...

El sonido de la guitarra, el escuchar todas esas voces que cantan a todo pulmón la canción. Solo me hace querer imaginar que todo tarde o temprano terminara y todas esas emociones y sensaciones se terminaran y tendrá que reinar la paz.

—Yo solo quiero ser tú héroe. Porque sé que puedo ser todo lo que tú necesitas en esta vida, sí solo tú supieras que eres lo único para mí, como el oxígeno que respiro, sería increíble, yo siempre he creído en el destino, puede que tan solo sea un chico ordinario para ti con un alma...

Poder escucharlos y no terminar de creerme que todos se saben la canción al derecho y al revés, solo provoca la necesidad de querer que ellos canten la siguiente parte de la canción.

—¡Más fuerte! —grite para así poderlos animar un poco más.

Pero si tú eres lo único para mí,

Entonces yo puedo ser tú héroe, seré tú héroe, seré tu héroe,

—Siempre has sido tan increíble, una clase de regalo, siempre que me necesites yo estaré ahí para ti para convertirme en tu héroe, así que puedo esperar, esperar, esperar, esperar por ti, y así poder ser tú héroe. —Hice una pausa antes de gritarles—: ¡Canten!

Porque sé que puedo ser todo lo que tú necesitas en esta vida,

Sí solo tú supieras que eres lo único para mí.

Comencé a tocar mi guitarra como loco. Disfrutando de las voces que cantan, de las personas que brincan y se cantan frente a frente. Mientras sigo tocando Padme, se me acerco y juntos finalizamos con un solo la canción.

Me pecho sube y baja, la corriente de emociones corre sin frenesí por mis venas, Volví a colgar el micrófono listo para volver a hablar. Por lo visto no solo nosotros estamos disfrutando del concierto.

—Muchas gracias, los amamos —los gritos me dejaran al final de la noche sordo de eso no tengo la menor duda.

Puede sentirla. El olor de su sangre llego hasta mi nariz. Sus nervios y los golpecitos que siempre da contra cualquier tipo de superficie Kate con sus uñas me hicieron sonreír como idiota. Cuando comenzó a salir con un hermoso vestido de color negro completamente ajustado un con una gran abertura en una de sus piernas el público comenzó a gritar, a suspirar y algunos claramente se comenzaron a sacar de onda. No tuve que hacerle presentación ya que le hice una pequeña reverencia con la mi mano y ella comenzó a cantar:

—Déjame contarte una historia, sobre un chico y una chica, él se enamoró de la persona incorrecta, cuando ella está lejos, él no siente nada más que una gran vació en su pecho —su timbre de voz es como el de un ángel. Tiene potencial y que mejor forma que demostrarlo frente a más de mil personas.

La note sonreír como nunca. Sus peculiares ojos cafés claro se encontraron con la míos mientras sigue cantando.

—Pero ella ya estaba herida, y eso la cegó, porque ella nunca pensó que el amor entraría de nuevo su frío corazón, ¿sabías que te amaba? ¿o no estás consiente?

—Tú eras la sonrisa de mi rostro, y no sé irá a ningún otro lugar, estaba ahí para hacer feliz, estaba ahí para verte sonreír.

—Había querido decirte esto, desde hace bastante tiempo, ¿qué te haría enamorarte de nuevo?, sé que tienes muros de hielo alrededor de tú vació corazón... —si definitivamente tiene la voz de un ángel.

No tienes por qué alejarme nunca más,

Mi amor,

Yo sé que tú puedes volver a volver, a menos que...

Puedes volar a menos que te dejes caer,

Sé que tienes miedo, de lo que me pueda pasar,

Porque tenemos un gran lazo que no querías romper,

Yo tampoco la quiero perder.

Seguimos cantando, mientras se deja llevar por la canción comenzando a bailar sutilmente sin dejar de sonreírle al micrófono que tiene pegado a sus labios. Camina hacia el público alborotándolo y después regresa hasta dónde estoy yo y un silencio se hace entre todos, después continuamos la letra de la canción que resta sin perder el contacto visual que hemos tenidos desde que nos conocimos. Esa confianza que no tiene nombre y tampoco mereciera tenerlos, pero simplemente la tenemos hasta que finaliza la canción me da un beso en la mejilla y entonces al separarse de mí ella habla:

—¡Muchas gracias! —grito con mucha emoción olvidándose de los nervios.

—¡Un fuerte aplauso para Kate García! —grité yo para despedirla como se merece.

El público grita, las luces se comienzan a bajar un poco dejado todo el lugar en completa oscuridad menos unas luces que estemos detrás de nosotros. Puedo sentir y escuchar el corazón de todas las personas latiendo con frenesí, quien fuera ellos para poder comprender que tan importante es hacer que el corazón lata con tanta fuerza que se les quiera salir del corazón.

Sin más bla, bla, bla, comencé a cantar la siguiente canción:

—El silencio, querida, ha sido un año muy difícil, y los monstruos no se aprovechan de sus víctimas inocentes, solo confía en mí, cariño, confía en mí, cariño, ha sido un año muy difícil sin tu amor —humo comienza a salir del suelo y una luz blanca me ilumina solo a mí en todo el escenario, que dramáticos son los mundanos, pero me gusta que sean así—, soy un hombre que tienes tres miedos: inestabilidad, inseguridad y lágrimas de cocodrilo, solo confía en mí, cariño, confía en mí cariño...

Esta canción es... simplemente importante.

Nunca podría explicar que me hace sentir, pero creo que se puede reflejar en la forma que la interpreto.




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