Qué dure para siempre.
Legarda.
El día o mejor dicho la tarde por fin a llegado, por desgracia me toco ir al aeropuerto por mis dos mujeres favoritas en toda la faz de la tierra. Por las dos únicas mujeres que gracias a su estúpida idea hoy en día estoy cumpliendo un sueño más. Y dejando atrás los rotos para así poder sanar los nuevos.
No me desagrada tener que estar rodeado de tantos mundanos, pero tampoco es como que me gusta tener que estar percibiendo el olor de su sangre cálida haciendo que mi hambre se abra y quiera terminar con todas las almas que se encuentran a mí alrededor.
—Zoé llamando a Luke al plante tierra, Zoé llamando al amor de mi vida a la tierra —noto como la pequeña Zoé me pasa sus manos por enfrente de mis ojos intentando despabilarme.
—¿Me has dicho algo? —pregunte en cuento regrese a la tierra.
—Por desgracia mía no te ha dicho nada —dice Alex abrazándome y yo regresándole el abrazo—, te he estado echando mucho de menos, Lu.
Por fine me vuelvo a sentir en casa.
—Yo también te he estado echando bastante de menos, Alex. Bueno en realidad a las dos —le aseguro aferrándome más a ella. Sintiéndola más cercas. Obligándome a volverme a guardar ese rico aroma que ella tiene como fragancia.
Mientras nos saludábamos y les ayudaba a llevar sus maletas a la camioneta ellas me venían comentando sobre algunos de los cambios a los que se han tenido que someter y aunque no les gusten se están comenzando a acoplar a la perfección (según Zoé la rebeldía es la mejor opción, pero no de parte de ella sino de otros que si la pueden disfrutar). Una vez dentro de la camioneta polarizada pude sentir que ellas querían decirme algo. Yo solo intente relajarme un poco más, me agrada bastante sentirlas tan cercas, pero al mismo tiempo tan lejos de la realidad en la que vivimos.
—Lu —me llamo Zoé.
—¿Mmm?
—¿Recuerdas a Alana? —como no me voy a acordar de ella, es la pequeña más loca que hemos conocido en toda nuestra vida. Tan apegada y tan leal a todos los cambios que en algún momento nos tuvimos que someter bajo esa mirada fría y llena de oscuridad.
—Claro que la recuerdo, ¿por qué?
La sentí dudar.
Pero aun así si ella duda es por qué no quiere decirme algo importante que para ella es algo sin tanta importancia. La conozco muy bien.
—Solo quería asegurarme de que tu mente no ha sido afectada por todas esas luces que salen de las cámaras y todos los reflectores —su voz salió un poco más relajada.
—Dilo —me apresure a decir sin más preámbulos.
—Te pareces tanto a ella, Lu —dijo Alex con la cabeza recargada sobre mi pecho.
—Todos tenemos un poco de ella dentro de nosotros, Alex, eso siempre debemos de recordarlo. Por algo es que nos encargó que no saliéramos al mundo, pero aun así nosotros le hicimos caso omiso y hemos salido al mundo dejando que nos conozcan por quienes éramos antes y no por quienes somos ahora, ocultando la verdad de lo que somos en realidad. No por miedo sino por lealtad.
Las dos saben que no miento y que siempre encontraran un poco de verdad dentro de mis palabras aunque sea poca y no con todas las personas que me rodean, pero siempre con ella será de esa manera así como se que Alex sabe algo importante sobre Alana que no nos quiere decir pero que más tarde que temprano nos lo tendrá que decir es imposible que nos oculta algo de ella sabiendo que tanto los tres como ella también fuimos criados por Darleen o mejor dicho hizo un gran esfuerzo por no matarnos y nosotros no matarla después de todo, su paciencia siempre fue bastante grande pero también bastante peligrosa hasta para ella misma.
El camino de regreso cada quien se lo paso sumergido dentro de su mundo, Alex contestando algunos mensajes de texto de no sé quién pero no dudo que sea a Dorian ese hombre no la deja respirar en ningún instante y a veces llego a creer que la asfixia con tanta posesividad sobre ella pero bueno cada quien acepta lo que cree merecer recibir y se que Dorian la trata como la reina que es Alexia Baker aunque a veces sea un poco pesado, yo solo sigo esperando el día en que regrese y le arranque la cabeza por ser todo un cabrón con ella y con las demás. Mientras que Zoé tiene su cabeza recargada sobre mi pecho con los ojos cerrados murmura algunas cosas por lo bajo en la lengua viaje que solo pocos conocemos en la actualidad, pero solo puedo entender «golpea quiebra arruina carne sangre huesos golpea quiebra». Vivir en un mundo en dónde solo pocos pueden llegar a sobrevivir es duro bastante diría yo, pero no me puedo dejar de imaginar que tan dura es la vida que debe sobrellevar Alana con todos esos monstruos a su alrededor, pero sobre todo el peligro que corre junto a ellos dentro de una realidad que nadie conoce.
—Lu —me llama entre susurros Zoé.
—¿Mmm?
—¿Recuerdas como va la canción que Leen nos cantada para asustarnos cuando éramos pequeños? —esa canción un la puedo escuchar en mi cabeza para robarme el sueño cada que la recuerdo, pero ahora más que miedo es terrorífica cuando no quieres hacer caso y te amenazan con esa canción o lo solía hacer.
—Claro que la recuerdo, nena, aun me atormenta por las noches —le confieso con toda la seriedad del mundo.
—¿Crees que sea verdad? —Está vez es Alex quien le dedica una mirada extrañada. Claro que todos conocemos el verdadero origen de la canción más nunca nos han explicado cual es su factor sorpresa ya que tenemos pocos conocimientos de la creación y un poco de su contexto y solo eso nada más. Nunca tuvimos el suficiente tiempo de preguntárselo.
—Cuando la guerra se desato y el caos se abrió paso dentro de ella las muertes de todas esas personas hicieron que una extraña oscuridad se propiciará sobre la guerra y comenzaron a salir monstruos de entre esa oscuridad que ya saben quién es —Alex es la única que no la menciona o no al menos frente a nosotros— y entonces ya el mundo no estaba seguro y por esa razón por la que los mando a otra realidad en un mundo alterno al nuestro en donde se pudieran alimentar y sobrevivir junto a Alana.