Capítulo 15.

Las estrellas te extrañan. 

Legarda. 

Por fin le hemos puesto punto final. Me siento vació, triste o cualquier emoción mundana que hace un par de años atrás podía sentir como si fuera algo normal, pero en realidad ahora solo son emociones triplicadas, emociones que me dejan saber que aún tengo una parte dentro del mundo mortal. Al llegar a mi habitación en la entrada vi sus maletas de las dos. El viaje se ha terminado y no quiero que lo haga, no estoy listo para volver, en realidad no quiero regresar. No me siento listo para regresar a la realidad mi vida triste dentro de tantas paredes blancas sin brillo.

Visualice a Alex mirando por la ventana mientras Zoé está sentada en la orilla de la cama jugando con sus dedos. El aire es algo pesado como si una discusión hubiera pasado mientras yo no estaba y, ya que si lo creo teniendo en cuenta que Zoé está en desacuerdo en que Alex esté casada con un rey y ella sea una reina a medias es algo con lo que he tenido que lidiar desde hace un par de años atrás no tantos como los que quisiera tener yo pero sí algunos mientras que Alex le hace entender que lo hace para mantener la paz entre las familias ya que la suya es una bastante poderosa aunque no saben sobre sus tratos con el clan de los Black y el clan de los James.

—Me dirán que paso o tendré que averiguarlo yo mismo —hable para hacerme presente. Las dos estaban tan sumidas dentro de sus mentes que ni siquiera notaron cuando entre.

—Nada. Lo mismo de siempre Lu. Discutimos por…

—Por qué le conté a Zoé sobre algo que escuché hablar entre Shadow y Morgan, pero no importa ya, solo nos hizo detonar y llegar al mismo tema de siempre —dijo Alex aún está mirando a través de la ventana. Su mirada esta tan perdida que podría jurar que lo que esta penando es lo mismo que yo en este preciso momento.

—Entonces si se irán las dos, ¿eh? —hable de nuevo intentando no levantas más polvo entre las dos.

—Lu… —me llamo Zoé.

—Me quiero quedar un tiempo más, quiero pasar con Kate unos días quizás un par de meses. No me siento listo para regresar a Londres aun, no teniendo en cuenta que tú volverás a las calles con André en busca de los malos y poniendo tu vida en riesgo y la de los demás chicos mientras que Alexia regresa al reino élfico a lado de Dorian. No me siento preparado para regresar a la rutina de siempre.

—Tienes razón, Lu, se lo que sientes por esa chica y por qué lo haces solo ten cuidado. Mérida te vendrá a visitar en un par de días, no olvides mandarle tu ubicación por correo —dijo Alex con tranquilidad.

—¿Aun sospechas de él? —pregunto Zoé.

—No descartemos el hecho de que es un ángel caído y que está en busca de su ancla, aunque no esté ahora mismo caminando entre los vivos se muy bien lo que es capaz de hacer si encuentre a las personas cercanas a ella —volvió a hablar Alex con algo de temor en su voz.

—Alex tiene razón, Zoé, no sabemos si sea de confianza o no y todo este alboroto con Shadow solo es producto de que están buscando lo que hace años se perdió. Así como nosotros, bueno en realidad nosotros la buscamos a ella mientras ellos buscando algo que ya no existe o al menos no sabemos si aun exista. Creo que mantener las alertar no es mala idea.

Zoé no dijo nada solo se levantó de la cama en silencio y rodeo mi cintura con sus brazos. Sentí como le dolía esto, a mí también me duele bastante tener que verla irse y no poder ir con ella, no querer hacerlo. Alex no se nos quiso unir por qué conocemos sus motivos sucios, y aunque no nos los digo es difícil también para ella tener que regresar a ese lugar en dónde los recuerdos son más vividos y dolorosos, y por más que intenta amarlo, pero al final siempre termina queriendo quemarlo, quemar el lugar en dónde es reina de nada, pero al mismo tiempo es reina de todo cuando Dorian la deja tomar decisiones —cada que un huevo se le hincha demasiado—.

—No olvides de escribirme —susurró contra mi pecho la castaña.

—Nunca pasara eso, bonita, nunca dejare de escribirte —le asegure.

Dos horas después de eso ambas se fueron, no tuve el valor de acompañarlas hasta el aeropuerto sabía que si lo hacía probablemente querría que se quedasen más tiempo, las necesitaba más cercas de lo que era capaz de admitir en voz alta pero no podía, no podía pedirles algo así cuando su jornada de trabajo aquí a terminado al igual que la mía. Mirando al cielo note que está noche las estrellas están tristes, el cielo está cubierto de nubes y la luna no brilla tanto como otras noches, el cielo la extraña. Yo también la extraño.

Tomé mi celular y comencé a marcar el número de Kate sin importarme la hora que es, sé que ella está despierta; probablemente al aire libre mirando el cielo mientras se aferra a una manta sin querer entrar aun a su casa después de una buena charla con Trueno. Creo que la conozco bastante bien como para deducir ya lo que debe de estar haciendo en estos momentos, el tono sonó y después su voz apareció al otro lado de la línea.

—¿Para qué soy buena mi amado ser? —pregunto con una risita.

—Hola a ti también, mi vaquerita —saludé, aunque creo que eso la hizo reír un poco más.

Se lo mucho que le gusta que le diga mi vaquerita. La he apodado así desde hace dos años después de que me dijera por una llama que había ido a un rodeo con su mejor amiga Alicia y que a Jason lo habían hecho montarse en un toro mecánico del cual no salió vivo. O al menos no del todo vivo.

—Hola a ti también vaquero, ¿en qué te puede servir está vaquerita? —sarcástica.

—Solo quería saber si estás libre para pasar una temporada con tu cantante favorito —dije sin esperar una respuesta firme de su parte creo que esa es la mejor parte que nunca ella se esperaría algo así de mi parte.

—Por mí encantada de la vida de que vengas a Carolina del norte —casi puedo jurar que esta brincando de la alegría—. Tú solo dime cuando y yo aquí te espero con los brazos abiertos a que te unas al club de los vaqueros de rancho. Pero eso sí no te dejare flojear para nada, podrás ser mi ser más amado en este planeta, pero me deveras ayudar.