Una mala señal.
Legarda.
Gruñí tan fuerte que sentí como la sangre me comenzó a hervir. Alexia puede ser de las mujeres más duras de la puta legión de los nobles, pero también puede llegar a cometer locuras que ni ella misma se podría perdonar en su jodida vida. Odie saber que iba a regresar a California sola, haciendo tus putos tratos de mala muerte solo para dejar claro quien mandar y quien sigue mandando. ¿Quién carajo la crio? Mejor ni me respondo esa pregunta por qué fue la misma persona que a mí me crío y conmigo fue noble al igual que con Zoé, pero a ella, a ella la entreno para ser una reina no una plebeya. Ella nació para ser una buena líder igual que Darleen, ambas fueron criadas para liderar no para seguir órdenes. Pero Alexia cada vez se pierde más dentro de esa corona.
Tengo menos de 48 horas para que la princesa de los desastres no cometa otra de sus putas locuras de mierda que nos termine arruinando a todos. Como pude hice mi maleta, cogí el primer vuelo que encontré disponible antes que el de los chicos, claro que les avisé antes de salir corriendo como un maldito rayo. Me dolió bastante despedirme de Kate y de su familia que lo único que hicieron fue acogerme dentro de su hogar y hacerme sentir de nuevo parte de una familia. Antes de darle un beso en la frente a Kate, sentí como si regresase a la realidad, fuera de la ficción al mundo real, en dónde quedarme sería mi peor error, pero irme me terminaría por matar. No quería dejarla, no lo deseaba y por primera vez en bastante tiempo quería quedarme con alguien, quedarme a su lado, pero ¡mierda! Alexia tenía que hacer todo un maldito desastre para hacerme correr a su rescate. ¡Joder! Como quisiera que dejara de ser tan así.
El vuelo fue de lo más corto, pero de igual forma tentador y bastante frustrante no poder dejar de pensar en cómo hacer que no nos terminen por matar. Pase por mis maletas ignorando que tengo correos sin responder en estos días no he podido responderle a Elaine, pero ahora mismo lo que menos quiero es ser grosero con ella. Al salir, los vi. No me podía creer que Zoé había llegado antes que yo junto a André, Amelie, Román y Nora. Quien diría que después de casi cuatro años los volvería a ver y sentiría una gran paz en mi interior. Pero no es las circunstancias más apropiadas posibles.
—Bienvenido de nuevo, nene —me recibió con los brazos abierto Nora. Le devolví el abrazo aspirando su rico olor a menta—. Te extrañe.
—También te extrañe, loca —ambos soltamos una pequeña risa.
Sentí la mirada de Zoé y de Amelie clavadas en mí, pero también en los chicos, tome el vuelo de un hora y media antes de ellos por lo que cuando aterrice a ellos les quedaban menos de cuarenta minutos para aterrizar. Me separe de Nora, Román subió mi equipaje al coche y yo me gire para poder ver a los chicos, claro que nada de esto huele bien y es comprensible a mí tampoco me olía nada bien desde que dijo que estaría en la cuidad por trabajo. Ella no trabaja como comete errores.
—Los alcanzo por la noche. Tengo que hacer algunas cosas antes de ir con ustedes. —Mi voz salió igual de fría y seria que antes.
Ellos no dijeron nada, solo me regalaron una pequeña sonrisa. Termine de saludar a los chicos antes de que todos nos montáramos dentro del vehículo y André los pusiera andar.
Todos vamos en completo silencio y aunque no sea del todo incomodo me siento un niño pequeño de nuevo, el niño que tiene miedo a que todas las personas a su alrededor vuelvan a desaparecer y lo dejen, que cuando llegue sea demasiado tarde y no puedo hacer nada por ellos. No quiero perder más de lo que he logrado tener, pero a veces es necesario perder todo para poder comenzar desde cero.
—¿Qué es lo que tenemos? —le pregunto Zoé a Román.
—Al menos serán unos veinticinco neófitos, sin dejar a un lado a los renegados que seguramente querrán tomar su sangre de Alex. Parece un suicidio de su parte al querer ir sola, sin escoltas. Jefa.
—Así es ella, siempre tan valiente como para ir directamente a su muerte —hable con frialdad.
—Todos son unos guerreros —hablo Amelie.
—Ella tiene razón, Ame, somos guerreros y nunca dejamos a ningún soldado ir a la guerra sin un ejército. Darleen, nos educó para levantar la cabeza y nunca bajar la guardia.
Zoé, tenía toda la razón. Fuimos entrenados para luchar no para agachar la cabeza.
🎶🎤🎙️
Tardamos un rato hasta poder encontrar el sitio en dónde se reunirán, no fue nada fácil, pero es que Alexia sabe cómo ser completamente invisible ante los ojos de los mortales. Podía sentirla, pero no podía descifrar lo que sentía, por qué su mente estaba complemente en blanco, sabe lo que hace y en dónde está metiendo y eso solo me pone los nervios de punta. No sabemos con certeza con que trampa la hicieron tener que venir y que le tiendan una emboscada para hacernos salir a todos de entre las sombras y dejar de ser un mito.
—Jefa —Román llamo de nuevo a Zoé.
—¿Qué?
—Creo que debes ver esto —nos pasó la pantalla de su Tablet. Creo que quede mucho más sorprendido de lo que pareciera. Pero verlo es tener que creer que él también está vivo y según lo que recuerdo él está muerto—. Él es…
—Sabemos a la perfección quien es —dije.
—¿Por cómo carajo es eso posible? —se preguntó Zoé en voz alta.
—Solo existe una persona en el mundo que sabía lo que realmente paso esa noche —volví a hablar yo.
—Pero ella también se fue. Ella tampoco sabía con certeza si estaba o no muerto.
—¡Mierda! —masculle—. ¡Mierda, Alexia! ¿En dónde mierda te has metido?
—En dónde mierda nos fue a meter —farfullo enfadada Zoé.
Aprete tanto los dientes que en cualquier momento sentía como si se me fueran a romper. Él estaba muerto, pero al parecer todos los muertos regresan de entre las cenizas del fuego del infierno y aunque no lo estén y solo finjan es probable que Alexia solo busque respuestas, pero siempre las busca con la persona incorrecta. ¿Cómo carajo se le ocurrió con él? ¿Qué acaso no recuerdo lo que le hizo? Por qué vaya qué yo si lo recuerdo y eso solo hace que quiera arrancarle la puta cabeza, desangrarlo.