La última canción

Capítulo 37

Ella debe de regresa. 

Legarda. 

El regreso fue un poco más rápido, pero claro que estoy siendo bastante consciente de en qué gran problema me he metido; pero aun así creo que me dejo de importar cuando salí del departamento y me monté en el coche y comencé a conducir hasta detenerme frente a su casa. Tenía ver que a través de ella y así fue.

Deje el coche en el estacionamiento, intente meditar todas y cada una de las cosas que me dieran las dos al mismo tiempo sino es que ya se otorgaron un turno para comenzar una gran discusión. Mientras subía intente no seguir sosteniendo la misma cara de estúpido que me dejo Elaine después de casi pasar toda la tarde y parte de la noche escuchándola hablar sin parar.

Mientras caminado por el pasillo vi a los chicos a fuera haciendo lo que mejor saben hacer: nada. También escuchada el sonido de sus pisadas de una de las dos mientras la otra está sentada moviendo su pierna con ansiedad. Conocerlas bien hace que tengas al menos una gran idea de quien está caminando de un lado a otro mientras que la otra se está comiéndose las uñas por la ansiedad que le dan este tipo de escenarios.

Al abrir la puerta sentí la mirada asesina de Zoé sobre mí y claro sus insultos.

—¡¿Pero tú que putas te crees que eres, Legarda?! ¡Estás viendo que el puto submundo volverá a entrar en guerra con el mundo de los mortales y tú vas y sales con una maldita mortal! ¿Quieres hacer que nos maten? ¿Es eso? ¡No me jodas!

Espere a que Alexia me dijera algo, pero al parecer no dirá nada. O al menos eso creí los primero quince segundos después de que Zoé me hablara tan rápido que pareciera que estuviera citando algo en francés, aunque prefiero sus insultos en francés que en inglés o español.

—Zoé, tiene razón, Luke. Sí los vigilantes se enteran de que has estado saliendo con una mortal nos podrán en riesgo, no solo a los vampiros sino también a cualquier otra especie que viva dentro del submundo. Y yo no pobre detener a Dorian para que no los quiera exterminar. Tal vez tú no lo quieras ver de esta forma, pero nosotras sí, y esa chiquilla no te está haciendo nada de bien, Luke, tienes que dejarla ir.

—¿Dejarla ir? —ironice—. Dejar ir a la única persona después de años que me ha hecho sentir vivo, ¿quieren acaso que regrese a ser el mismo de antes, ha?

—Ella no es para ti —agrego Zoé con enfado.

—¿Y tú como sabes que no es para mí? —le pregunte.

—¿De verdad quieres que te responda tú puta preguntica de mierda, he Luke? —me reto con su tono de voz y su mirada—. Por qué de ser así claro que te lo diré, tú eres un maldito vampiro de casi quinientos años y ella una chica de tan solo veintiún años que morirá y tú seguras igual que cuando te vio por primera vez, pedazo de mierda.

—¡Eso no quita que pueda conocerla! —le grite.

—¡Quita que tú eres un pendejo que te vas a terminar enamorando y cuando más lo estés le romperás el puto corazón por qué pensaras que es real y cuando ella te diga el primer «te amo» tú no sabrás como putas actuar y le terminas por romper el cuello! ¡Porqué eso es lo mejor que sabes hacer cuando no tienes ni puta idea de que hacer, las situaciones pequeñas te quedan demasiado grandes, Fabio! —Contrata ataco mi comentario.

—Puedo controlarme, ya lo he hecho antes de conocerla a ella —le asegure.

—No. Claro que no puedes hacerlo y lo sabes, Legarda.

La tensión comenzó a ser más sofocante entre nosotros dos. Casi podría jurar que estamos a nada de comenzar a golpearnos. Hemos peleado juntos y entrenado, pero jamás nos hemos tocado fuera de los entrenamientos y está sería la primera vez que nos descargamos los dos de esta manera.

—Tú no sabes nada —dije.

—¿Qué yo no sé nada? —ironizo más irritada que antes—. Mirad Legarda, es mejor que te alejas de esa mocosa antes de que pase algo a mayores y tengas que olvidarte de volver a subirte a un puto escenario y regresar al lugar que tanto te disgusta por qué sabes que no está ella y aun puedes escuchar su voz y sus pasos hacia tu habitación cada que llegaba de alguna misión. ¿Quieres que siga?

Estuve a punto de decir algo, pero en eso Alexia se levando de la orilla de la cama y se colocó en medio de los dos para evitar algún inconveniente.

—Zoé, tiene razón, Luke —hablo sin mirarme a los ojos— pero también tenemos que tener en cuenta que no estamos solos en este mundo, ¿vale? En cualquier momento los monstruos de la noche pueden regresar o renacer entre estás calles y los mortales comenzaran a morir sin importar nada; nosotros no podremos hacer nada así que es mejor que todos regresamos a nuestras vidas normales, y Luke, de verdad olvídate de ella, por tu bien y no por el de nosotras.

—¿¡Pero por qué mierda debo de olvidarme de ella!? —pregunte irritado y sin entender la razón exacta.

Ambas se quedaron completamente calladas. Sentí rabia por su acción, pero sobre todo por qué ambas han bajado la cabeza como si supiera algo de lo que yo no soy consiente pero que ellas bien saben y no son capaces de decirme.

—Por qué por alguna razón a ella ya le has conocido de antes, Lu —me gire de golpe de nuevo hacia la puerta, las piernas me comenzaron a temblar cuando Mérida salió de entre las sombras de la oscuridad que adorna la habitación. Sentí como todo el aire denso se comenzaba a disipar y dentro de mi pecho se comenzaba a formar un gran vacío al ver sus ojos azules y su rostro ligeramente teñido de pecas que la hacen lucir aún más hermosa que hace un par de años atrás—. Todos en algún punto de nuestras vidas comenzamos a olvidar puntos importantes de lo que hemos vivido antes de hoy y después del ayer, pero hasta el vampiro más viejo y sabio sabe que hasta el recuerdo más olvidado siempre es el más importante y es por eso que el amor es tan peligroso como que Darleen sigua corriendo por las sombras observando y analizando todo, ¿lo sabías?




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