¿Qué es lo que dices?
Ximena.
Había estado ignorando al mundo entero por más de tres horas, veía como la pantalla de mi celular se encendía y se apagada con cada notificación nueva que iba entrando y las que parecían ser de más importancia como la de la banda las abría y las que no como mensajes de texto de Jorge y de Elizabeth los estaba ignorando diciéndoles que estaba ocupada estudiando para mis exámenes y sé que mentirles está mal pero ya me canse de salir siempre que ellos quieren, no estoy dispuesta a poner en riesgo mi hígado como ellos el suyo, no tengo tanto rendimiento y tampoco quiero darle un mal ejemplo a April. Estaba sentada en el porche trasero de la casa cuando mi celular comenzó a vibrar de forma frenética y observe que era un número desconocido pero que también era privado.
Aparte cualquier pensamiento de mi cabeza para poder descolgar la llamada.
—¿Diga? —contestes a la otra persona.
—¿Ximena Walker? —pregunto la voz del otro lado.
—¿Sí? ¿Con quién hablo?
—Jalila Chopra. Tal vez no tengas idea de quien estoy, pero soy la mejor amiga del hermano mayor de Elizabeth Jones, quizás ella me haya mencionado alguna que otra vez cuando era pequeña tiene demasiado tiempo que no la veo.
—Sí, sí. Ya recuerdo quién eres.
—Quería pedirte dos favores demasiado grandes.
—Vale, si ahora mismo me pillas bien.
—La primera es algo demasiado personal y la segunda en un gran favor. —Me comencé a morder el interior de mi mejilla, insegura, bastante consiente de quien es ella y a lo que se dedica y por qué tal vez esto sea una locura demasiado grande para mí sola. La escuche relaja un poco más su tono de voz.
—Prefiero relacionarme primero con las cosas personales y después con los favores, si quieres puedes empezar por ahí.
—Quisiera saber si Elizabeth regreso a las drogas. Se que eres su mejor amiga desde que tiene cinco años y la conoces mejor que sus padres y su hermano mayor, pero a él no le quiere decir nada y su comportamiento nos está causando un par de problemillas. He estado en contacto con su otra mejor amiga Billie, pero ella tampoco me sabe decir nada sobre ella y Jack me ha dicho que ustedes dos han pasado más tiempo juntas que con los demás. No es obstrucción a la vida privada de la hermana de mi mejor amigo, pero me importa su bienestar como a su hermano. Pero por favor ayúdame a saber más información sobre ella.
—No sé qué decirte, pero creo que la respuesta es sí, sí puedo ayudarte. Ahora el favor.
Me comencé a morder la uña de mi dedo gordo por los nervios.
—¿Conoces a Alexis Romanova? Tal vez ni siquiera la conozcas, pero sé que comparten una clase junto a Elizabeth y posiblemente sea su amiga o conocida si es así necesito que me lo informes para poder moverme y ayudarla y traerla a casa. No te estoy pidiendo que vayas a buscarla entre tus fotografías para ver si la encuentras únicamente me es conveniente una respuesta de una silaba.
—Claro, la conozco, aunque no le hablo.
—Eso me viene demasiado bien por ahora. Me ayudarías demasiado cuando vaya a California para poderla reconocer es que soy demasiado mala cuando me dan fotografías y tengo que reconocerlas en persona me cuesta demasiado trabajo hacerlo y no te preocupes no es para nada malo al contrario es para una buena causa.
Un silencio. Una pausa. Debe de estar imaginándome pensando.
—¿Qué es lo que quieres hacer?
—Por el momento solo alejarla de las drogas y fiestas.
—Lo más difícil del mundo.
—Lo sé, créeme que lo tengo demasiado claro, pero, ¿crees poder ayudarnos?
—Joder, Jalila —masculle llena de nerviosismos—. Amo demasiado a mi mejor amiga y se lo difícil que será para ella saber que su hermano mayor quiere ayudarle. Jack fue a la uncia persona que dejo acercarse cuando recayó en las drogas la primera vez y no creo que sea capaz de dejar que otra persona la ayude y menos si se trata de su hermano. Dudo que a mí me deje entrar y alejarla de todo ese, pero lo intentare.
Jalila suspiró y luego abrió la herida más grande dentro de mi pecho.
—No te estoy pidiendo que hagas gran cosa tampoco quiero ocasionarte problemas con tu novio, lo conozco así que mantengamos esto en secreto.
—No me juzgaras por eso, ¿verdad? Pero creo que tarde entenderemos las dos que esa no es vida.
—Mil gracias. Estaremos en contacto cuando pueda coger un vuelo a California.
Y sin decir más colgó. Me quedé un par de minutos más con el teléfono entre mis manos, el sol bañando aquel rincón de la casa vacía, el miedo de perderla me comenzó a paralizarme de nuevo al ver que Jack estaba llamándome y Elizabeth también mientras yo estaba hablando y no estoy demasiado segura de sí seré capaz de regresarles la llamada a los dos. Respiré lo más profundo que pude. Intente calmarme un poco. Lo intente…
Encendí el reproductor de música de mi teléfono y empezó a sonar You’ll be in my heart. Me tumbé en el suelo de intento de madera, sintiendo cómo mi pecho comenzaba a subirme y bajarme al compás de la música. Luego siguió Ruin y Mercy. Cada canción me alejaba más del rubio de los vecinos y de mis pensamientos para poderme acercar más a los de Luke como siempre.