Capítulo 65

Yellow.

Ximena. 

El día había llegado. Por fin habíamos terminado la universidad y todos habíamos aventado nuestros sombreros de graduados. El discurso lo había sentido demasiado que ni siquiera quisiera repetir las palabras que utilice dentro de mi cabeza, simplemente fue un momento único que no quería pasar con nadie más que con mi familia. Nada de parejas. Nada de amistades, simplemente mi familia, mi centro y mi felicidad.

Aun me sentía demasiado abrumada, el día había llegado de golpe y mis emociones cada vez iban creciendo más y más. Mi padre había dicho que era demasiado afortunado por haber criado a una hija guerrera que no se detiene ante nada y que lucha por sus sueños a pensar de qué no siempre sean sencillos de conseguir. Mi madre por su parte únicamente se dedicó a llorar toda la ceremonia y después de ella Cher no había sido capaz de controlarla, mi hermana por otro lado siempre estuvo ahí cuando más la necesite y fue mi apoyo muchas noches y el hombro en el que llore demasiadas veces por las mismas cosas y que ahora han dado sus frutos demasiado maduros como para dejar de sentirse un cero a la izquierda. April no entiende nada, pero igualmente le gusta que le estemos haciendo cosquillas y sacándole fotos para el recuerdo.

Todo ha sido maravilloso. Mamá hizo uno reservación en uno de los restaurantes más caros de la cuidad y como papá tiene muchos amigos lo cerraron únicamente para que nosotros estuviéramos en él.

Hemos conversado de muchas cosas, los vasos comenzaron a ser copas de vino y un poco de queso y otras cosas. April se quedó dormida en los brazos de Cher, mi madre no deja de reírse con los chistes malos de papá, como bien dije es un momento en familia, Hayley comprendió a la perfección que no iba a ser contemplada como familia, pero decidí que si es la pareja de mi padre debe sentirse parte de la familia, aunque Mitchell, no haya querido venir.

Después de un rato papá me saco a bailar y casi cuando ya era hora de irnos a casa comenzó a sonar de fondo, Yellow de Coldplay.

—Estoy demasiado orgulloso de ti, Elaine —me susurró al oído.

—Gracias por confiar en mí —le respondí hundiendo mi rostro en su pecho.

—Siempre confiare en mi pequeña, eres mi rayito de luz. Nunca dudes de contar conmigo.

—Te amo, papá.

—Yo te amo más —me abrazo y yo le respondí el abrazo— recuerda siempre brillas como las estrellas fugaces aunque tardes siempre vuelves a brillar.