911
Ximena.
Conseguí correr a la cocina para poder coger mi teléfono mientras aún estaba sonando y procurada que April no se fuera a caer del sillón. Descolgué distraída mientras regresaba a la sala para asegurarme de que no se fuera a caer y después comenzara a llorar demasiado fuerte que me haría crecer mi dolor de cabeza. La contemple tan divertida que justo cuando una voz desconocida comenzó a hablarme del otro lado de la bocina. Al principio no entendía demasiado bien lo que me decía tal vez por el shock o por qué no estaba prestando atención.
—¿Es usted familiar de Elizabeth Jones?
—¿Perdón? Me lo podría repetir, por favor.
—Claro, no se preocupe señorita.
—¿Estoy hablando con Ximena Walker? —otra voz hablo.
—Sí. ¿En qué le puedo ayudar? —pregunté algo confundida.
Algo dentro de mí comenzó a tener un mal presentimiento, por la forma en que la joven del otro lado de la bocina cogía aire me comenzó a poner los nervios de punta, la forma delicada con la que me hablaba era eso delicada y sutilmente como para no alarmar a nadie…
—La paciente Elizabeth Jones tiene registrado su número telefónico como contacto de emergencias. Está ingresada en el hospital… —la cabeza me comenzó a dar demasiadas vueltas—… ha tenido un accidente demasiado grave, ha perdido demasiada sangre.
Me deje caer al suelo sin tener tiempo de sostenerme al respaldo del sillón, mis piernas me temblaron demasiado que me hicieron caer. Y mi corazón… mi corazón ni siquiera tuvo el valor para aceptarlo. Fue demasiado rápido. No tuvo tiempo para reaccionar de la forma apropiada.
Pero el corazón siempre toma las decisiones primero que la mente.
—¿Pero ya la han ingresado al hospital?
—Están por llegar con ella.
—Iré lo más rápido que pueda.