La última canción

Capítulo 73

Recuerdos. 

Legarda. 

Mérida y yo hemos estado ya demasiado tiempo juntos y a veces me pongo a pensar en que debería proponerle que se case conmigo ya que para donde vaya ella tiene que ir conmigo. Es una de las personas a la que más confianza le tengo, pero también es a la que más miedo debería de tenerle; hacerla enojar significaría querer perder la vida. De todos los años que la conozco únicamente en dos ocasiones la vi utilizar sus poderes al máximo. Su poder es inigualable pero fácil de romper y sobre todo a ella. Mérida es una Mor’du una raza de brujos que se perdió debido a una decisión que la dejo a ella sola y lo ha aceptado demasiado bien por qué ahora nos tiene a los tres junto a ella y nosotros no pensamos dejarla sola ya que ella en ningún momento nos dejó solo nuestro trabajo es estar con ella por el tiempo que sea necesario, pero nunca la dejaremos sola.

Le comienzo a tener un poco más de afecto.

Demasiado para mí gusto, pero después de décadas junto a ella siento que sería un terrible error no desarrollar emociones por una mujer tan hermosa como lo es ella.

—Luke —me llamo desde el otro lado de la habitación.

—¿Mmm?

—Necesito que hagas una llamado por mí.

—Y, ¿por qué no la haces tú? Yo no veo que estés demasiado acopada —me queje haciéndome más pequeño en el sillón para que no me aventara nada. Suele aventarme hasta sus brochas de maquillaje cuando le respondo de esa forma pero que una madre adolescente.

La escuche murmurar algo que no entendí muy bien, pero por cómo se escuchó podría haberme maldecido y haber dicho una palabrota. Mérida no suele decir groserías es demasiado reservada como para decirlas, pero claro que se sabe muchas y otras mucho peores. Mujer que sabe ofender sin mencionar palabras grotescas es signo de que sabe a la perfección que no es necesario tener que hacer sentir mal a las demás personas sin dejarlas calladas solo utilizando el razonamiento y no la impulsividad.

—Necesito que la hagas por mí, Luke. Créeme que te conviene más a ti que a mí.

Cuando iba a responderle me dio su teléfono y ya estaba sonando. Me lo pegue a la oreja para escuchar las últimas notas antes de que se escuchara que descolgaron y entonces hablo la persona del otro lado. Al principio se lo iba a regresar, pero entonces escuché esa voz, ese timbre de voz y todo a mi alrededor se comenzó a preocupar y a paralizar de cierta forma comencé a sentir que el aire me faltaba.

—¿Diga? —respondió la otra persona.

Mire a Mérida quien me hace señas con la cabeza para que hable.

Esas no son formas de sorprender a las personas.

—¿Luke eres tú? —su voz es demasiado familiar para mí—. Luke si eres tú por favor no cuelgues, ¿sí? Entiendo si no quieres responderme con palabras o algo por el estilo, pero tienes que escucharme han pasado demasiados años desde la ultimas vez que nos vimos y quizás ya ni siquiera te acuerdes de mí, pero yo te pienso todo el tiempo al igual que en Zoé y Alexia, son parte de mí día a día y dejarlos a un lado me es difícil, pero lo hago juro que lo hago todos los días y a todas las horas posibles, solo… solo escúchame ¿quieres?

—¿Cómo… cómo es esto posible?

—¿Crees en los milagros?

—No. Nunca hemos creído en los milagros.

Ella se comenzó a reír desde el otro lado. No podía distinguir en donde es que estaba, pero por lo poco que podía percibir no estaba cercas no era eso posible debía de estar lo más lejos posible. El pecho se me contrajo y casi podía jurar sentirla detrás de mí respirándome en la nuca. Con esa sonrisa arrogante y al mismo tiempo satisfactoria por provocarme tantas cosas con un par de simples palabras.

—Tienes que prestarme demasiada atención, Luke —hablo de nuevo tomando un poco más de seriedad— las cosas no salieron como deberían de salir, ¿recuerdas la grieta de la que siempre preguntaban tú y las chicas?

—Sí, ¿qué tiene que ver la grieta como que estés viva?

—La grieta se rompió, Luke. Pero tienes que prestarme demasiada atención, no puedo evitar lo que va a pasar después de hoy, pero sé que en tú vida llego una chica especial, una chica por la cual eres capaz de dejar todo atrás para poder estar con ella, ¿estoy en lo correcto? —afirme con un sonido suave pero seguro—. Bien, entonces debes de ponerme toda la atención del mundo a lo que te estoy a punto de decir que solo repetiré una vez, Dorian es un idiota, pero es demasiado listo tiene a Alexia bajo su poder y aunque juntos son un peligro ándate Alexia sigue haciendo cosas que los ponen en peligro en realidad a los tres, tal vez a ti más que a ellas, pero escucha si alguien en algún momento te pone a escoger entre tú vida y la de ella escoge bien. Puedes perder demasiado si no sabes escoger, ¿me entiendes? No importa que tan difícil sea la decisión de quedarte o irte escoge con sabiduría no por ignorancia eso lo hacen todos, si quieres quedarte lo haces, pero si crees que irte es la mejor solución piensa cinco veces antes si así lo quieres porque a veces no se puede regresar a lo que era antes.

—No entiendo nada de lo que me estás diciendo.

—Luke los están buscando. Están buscando la conexión para llegar hasta donde esta ella.

—Pero si nadie sabe en donde está —recalque.

—Y ese es el problema que todos sabemos en donde esta, pero no lo podemos recordar, la compulsión que ella utilizo en todos nosotros antes o después sigue presente y demasiado fuerte. No se puede romper ni siquiera el mejor brujo o bruja del mundo te podría hacer recordar lo que más has querido olvidar. Nuestras mentes están bloqueadas y únicamente ella es la llave para poder desvelar todos nuestros recuerdos. Recuerdos buenos o malos, no importa si los que tienes ahora son los buenos y los malos detrás de esos existen otros peores que nos hizo olvidar por nuestro bien.




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