Capítulo 86

Colores en el cielo. 

Legarda. 

Una parte grande de mí sabe que nos queda poco tiempo, los chicos intentan hacerla sentir bien mostrándole el material con el que hemos estado trabajado todo el año y con el que posiblemente trabajaremos el año que viene, pero no lo sabemos a un con gran certeza. Jack dice que Elaine sigue preguntándole por mí, le ha dicho que hemos venido a Carolina del norte por qué Kate tuvo un accidenten y la hemos estado cuidado, todos acordamos que a nadie se le diría la verdad hasta que ella nos dijera que podíamos hacerlo y eso es lo que hemos estado haciendo.

He salido a tomar un poco de aire fresco al balcón de la habitación de Kate. El interior de la casa está demasiado lleno de personas con corazones que laten y el hambre es un poco más agresiva que antes, no me puedo quejar es la vida que yo pedí y es la vida a la que me até cuando decidí aceptar ser el medico de Kate. Hace demasiado tiempo que ya ni fumada, ahora mismo estoy por terminarme toda una cajetilla entera para poder controlar el hambre por un par de horas, aunque sea antes de irme al hotel para poderme alimentar bien. Todos hemos estado dándonos vueltas a cada hora para asegurarnos de que Kate siga estable pero realmente yo cada vez la observa más acabada. Quisiera haberle dado de mi sangre para no tener que decir que se nos terminara el tiempo juntos. Pero como bien me explico Carter sus anticuerpos rechazaron todos los tratamientos básicamente su cuerpo ya no resistiría mucho más de lo que ya lo ha hecho hasta el día de hoy. Eso fue demasiado duro de aceptar para Kate, pero Carter hizo demasiado bien al decirle que siguiera haciendo su vida con suma normalidad, aun puedo escuchar su risa, su dulce voz cantando desde la ducha y como le gusta dormir metiendo sus pies entre las piernas de la otra persona para calentarse sus pies, me gusta dormida abrazada y despertar y que lo primero que te diga sea un: “buenos están los días que amanezco contigo a mí lado, Lu”.

Me termine el cigarrillo cuando escuche a lo lejos el relinchido de Trueno. Todas esas historias en donde cuentan que ambos son demasiado unidos y que el caballo siente cuando Kate está en peligro ahora mismo puedo comprobar que no se equivocaron, él también siente que se está muriendo de poco a poco y no podemos hacer nada para ayudarla. Podría darle un poco de mi sangre para mantenerla fuere, pero sería una estupidez darle veneno a alguien que se está muriendo. Terminará de matar sus células y ahorrarle el dolor o causárselo más fuerte.

Apague la colilla en el cenicero antes de sentir la presencia de Margot detrás de mí.

—Luke.

—¿Mande?

—Creo que ya es hora de llevarla al hospital.

—¿Estás segura de que ya llego el momento?

Margot asintió con la cabeza.

—Vale avísales a todos que nos vean en el hospital y que Carter pida una habitación con ventilador.

—¿La vas a entubar? —pregunto sorprendida.

—Es únicamente por si necesitamos ayudarle a respirar, sé que ella firmo la orden de no resucitarla, pero no pudo dejarme morir así de fácil, no hasta obtener los resultados de cómo están sus glóbulos rojos, en caso de que ya sea tarde para hacerle algún otro procedimiento no será necesario.

—Eres su ángel lo sabes ¿verdad? —dijo al mismo tiempo que me tomo de la mano.

—Ella es nuestro ángel, Meg. Ve anda, avísales que ya nos iremos en diez minutos.

Margot no tardo en salir de nuevo de la habitación y yo detrás de ella.

Tenía una idea vaga de lo que sería pasar por esto de nuevo, pero no tenía idea de lo duro que sería tener que ser yo quien la llevara, tampoco quería declararla muerta, pero eran sus peticiones y yo solo quería cumplirlas. La historia de Kate no tendría el final feliz que todos hubiéramos querido que tuviera, pero tendrá un final en donde ella sea una estrella de pop como siempre lo soñó y de eso me encargaría yo. No dejare que sus sueños mueran y alimenten al boulevard de los sueños rotos.