Capítulo 90

Maybe 

Legarda

Me quede observando el cielo oscuro de la noche mientras todos a nuestro alrededor hacen algo mejor de lo que yo hago, ya sé que observar el cielo no es una de las cosas más productivas del mundo, pero siempre me ha ayudado a darme cuenta de dónde estoy y porque sigo aquí sin importa todo el dolor del mundo a nuestro alrededor. Pero al menos mis amigos hacen algo que no sea tan deprimente como lo que estoy haciendo yo dejando que mi mente juegue conmigo una y otra y otra vez hasta que me haga perder el control de mí mismo. Enero está por terminar y se cumpliera un mes desde que Kate se fue y ya entendí que ella no volverá y que tengo que seguir con mi vida. Pero en realidad no sé que está pasando me gusta recordar lo que pensé la primera vez que la vi y las preguntas que me hice esa vez, ¿de dónde viene? ¿y por qué te tomo tanto tiempo? Pero ahora se que todo lo que siento es una de las cosas más reales que he sentido en toda mi vida, claramente algo cambia dentro de las personas cuando ven a otras. Kate siempre decía que mis ojos no podían mentir y también decía: “son tan malditamente hermosos… y me encanta que a veces se te vean verdes y otras veces cafés… es demasiado obvio tener que decirte que he enamorado”. Así que tal vez, tal vez siempre estuvimos destinados a conocernos como si todos creyéramos en el destino.

—¿En qué tanto piensas Luke? —la voz de Alonso me hizo bajar mi vista del cielo.

—En ella.

—¿De nuevo?

—Es difícil olvidarla, Alonso, Kate, será por lo mismo inolvidable por un par de años.

Se recargo junto a mí observándome de nuevo con esos ojos perro a medio morir.

—¿Ya hiciste lo que te pidió que hicieras? —su pregunta me hizo lanzarle una mirada fulminante.

—No soy idiota, Alonso. Claro que hice lo que me pidió, aunque fue de las cosas más difícil que he tenido que hacer en toda mi vida —le respondí.

—Yo hablaba de firmar el contrato para la gira, Luke, no lo de las entregas personales.

—Lo firme mucho antes de que ella me lo pidiera. Aún tengo demasiadas cosas en las que debo de pensar sobre lo que pasara después. Aun siento que es demasiado pronto para pensar en algo a futuro, ¿no lo crees?

—Para nadie es demasiado pronto cumplir las promesas que le haces a una persona especial. Tú se lo prometiste a ella que te subirías al escenario y el dedicarías todos y cada uno de nuestros próximos conciertos en su honor así que tú siempre has sido un hombre de palabra, ¿qué es lo que ahora mismo te pasa en verdad?

No necesitaba más personas diciéndome lo mismo.

—No quiero más sermones de los que ya me han dado hasta ahora sobre lo mismo, Alonso, solo necesito tiempo para asimilarlo eso es todo, un par de días más o incluso un par de semanas más pero no ahora precisamente ahora. Aun no soy capaz de poder cerrar los ojos y no sentir su mirada observándome con los brazos cruzados y haciendo esos gestos que me hacían reír cuando se enojaba. La extraño demasiado y no creo ser capaz de poder ver ese video…

—Padme aun no deja de llorar por las noches así que no eres el único que la extraña todos sentimos la perdida y como tú bien sabemos las personas tienden a superar las cosas a ti ritmo, cuando creen estar preparados no siempre lo hacemos todos de la misma forma —comento.

—Lo sé por qué yo mejor que nadie debería de saberlo y también te lo he dicho muchas veces, se supone que soy el doctor, pero tal vez solo el documento lo avale porque no me siento como un doctor debería de sentirse.

—Realmente no creo que me lo hayas dicho con esas palabras exactamente, pero creo que van de mala en peor ustedes dos. Son las dos únicas personas que aún no la dejan ir por completo y eso es aferrarse a una persona que ya no está.

—Tal vez porque fuimos las dos personas más unidas a esa loca vaquerita, ¿no lo crees?

—No me voy a poner a pelear contigo ahora mismo —dijo dándome la espalda de nuevo.

Creo que él tiene razón en estos últimos días ambos hemos estado demasiado neuróticos y casi no estamos prestando atención a lo que pasa a nuestro alrededor, pero es difícil hacerlo. Únicamente nos hemos estado enfocando en Kate, en todo lo que tenemos de ella y lo que hemos tenido que dejar atrás. Una de esas cosas importantes que me obligo a prometerle que me llevaría seria su guitarra que la firmaría como ella la tiene firmada y después se la tendría que enviar a su persona especial como regalo dentro de un par de ellos, ella mismo especifico que día quería que fuera y yo el que se la mandara. No tuve otro remedio que cargarla y eso es algo que no me agrada del todo ya que el verla me hace recordar cuando ella la tocaba con tanta pasión y luego se ponía a cantar con los ojos cerrados porque le daba pena que la vieran directamente a los ojos.

—Bien —me rendí ante su silencio—. No solo es Kate, también son Zoé y Alexia sé que han regresado a Londres y están bien, pero yo ya me estoy cansando de hacer estás cosas, ¿tú no te cansas?

—Luke, yo no fui quien estudio para doctor y después se anda quejando de que está demasiado cansado —sé que se intentó burlar de mí de forma civilizada—. Te cansas de no querer comer y por eso es que estás de mal genio, ¿no es así?

—No creo que está conversación vaya a terminar en un buen estado —me comencé a reír.

—¡Eres un completo idiota!

—Al igual que tú por algo somos amigos.

Nos reímos un poco antes de que él regresara al interior de la habitación con Padme, yo me quede unas tres horas más observando hacia la nada, sintiendo como todo a mi alrededor regresa a ser paz y armonía como antes. El silencio me recuerda a lo bien que se sentía estar junto a ella, platicando abrazados en el balcón de su habitación mientras platicábamos de música, de las cosas que le gustaban hacer de pequeña y sobre todo de lo que quería ser cuando terminara la universidad. No llego a cumplirlo, pero sé que alguien hará que su sueño se cumpla en un par de años más adelante solo espero que lo amen tanto como yo lo ame cuando lo leí por primera vez. Tal vez fue demasiado, pero al mismo tiempo tiene toda la esencia de ella.