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Ximena
Tengo una rara costumbre de revisar el clima antes de salir de viaje no me gusta llevar ropa de más si no la voy a utilizar, a petición de Billie he empacado una muda de ropa de color negro y blanca, las demás prendas de mi maleta son de colores claros, se supone que el sol estará normal, aunque muchas veces los pronósticos no nos ayudan demasiado.
Mitchell nos prometió que no le diría nada a nadie hasta que no se llegara el día en que cogiéramos ese avión y voláramos hasta allá. Me gusta la idea de salir de mí cuidad e ir a conocer otro.
Billie había estado hablando de nuevo sobre su pasado, su lugar de nacimiento y entre otras cosas que posiblemente habría hecho Elizabeth, antier hemos ido a visitarla y fue demasiado duro leer las letras de su lapida, le hemos comprados sus flores favoritas y le hemos decorado con una tira de corazones, a ella le hubiera encantado que fueron faros de luz, pero por desgracia la tierra no tiene interruptores. También hemos estado hablando con Jack sobre cuando regresa y ese tipo de cosas y aun no nos lo asegura del todo, pero antes de que de vaya Billie ya estaría de regreso en la cuidad, lo hecho demasiado de menos aun no nos cuenta nada sobre que hace en Carolina del norte, pero espero que cuando regrese lo haga.
Revise por milésima vez mi maleta asegurándome de que no me allá olvidado de nada.
No quiero ser igual que siempre, la mayoría de las veces en las que salimos de vacaciones siempre terminada olvidando algo importante y, no creo que esa mala maña ya se me allá quitado.
Mi teléfono comenzó a sonar dos veces, al principio creí que sería Mitchell quien me estuviera mandando mensajes como siempre, pero después del segundo mensaje comprobé que no era él, Mitch, siempre suele enviarme cinco mensajes antes de darme una noticia buena o únicamente me envía tres mensajes seguidos para captar mi atención. Extendí mi brazo hasta mi mesita de noches para poderlo coger y cuando leí el nombre en la pantalla el aparato se me resbaló de entre los dedos cayendo sobre mi rostro causándome un gran golpe. No puedo creérmelo. Después de revisarme que no me haya creado un maldito moretón en la cara desbloque mi teléfono con los dedos temblorosos abrí su chat.
Luke: ¿Estás despierta?
Luke: ¿Podemos hablar?
Intente no gritar, pero fue demasiado emocionante hasta para mí.
Yo: Son las diez de la noche, aun no tengo sueño, ¿y tú?
Hice todo lo posible por no ponerme a brincar sobre mi cama como niña pequeña. Él realmente es un bipolar de primera (espero que no lo sea en realidad).
Luke: No me has respondido a mi pregunta, Elaine.
Yo: ¿Cuál de todas?
Luke: Únicamente te he escrito dos y me refiero a la segunda.
Hasta por mensajes es demasiado serio. Suspire y rebuzne como burro antes de responderle.
Yo: ¡Claro!
Yo: ¿Quieres que sea por mensaje o por… llamada?
Ni siquiera le había llegado mi mensaje cuando la pantalla se ilumino de nuevo mostrándome su nombre y una fotografía que le había tomado cuando está distraído.
—¿Qué es lo que quieres, Legarda? —mi intento de seriedad fue un maldito fracaso.
—Buenas noches a ti también, Ximena —es la primera vez que me llama por ese nombre—. No quiero ser imprudente, pero creo que ya debes saber por qué te estoy llamando ¿verdad?
¡Te voy a asesinar Mitchell!
—¡Ni siquiera me lo quiero imaginar!
—Eras demasiado evidente para ser sincero.
—¿A qué te refieres con eso? —pregunte.
Del otro lado de la bocina se escucha una canción de fondo que no termino de reconocer hasta que la vos de Luke vuelve a aparecer.
—Tengo demasiada experiencia como para decirte que eres demasiado predecible, tal vez te haya expresado mal mis intenciones contigo, pero tenemos un amigo en común que no sabe guardar secretos después de un límite de tiempo ¿lo recuerdas? Pero por si no lo has recordado de llama Mitchell y se apoda dramático. —Se comenzó a reír. Me gusta escucharlo reír.
Deje a un lado el sonido de su voz concentrándome únicamente en la canción: To who I really am, come take my hand, I want the world to see, What you mean to me, What you mean to me.
—Claro que lo recuerdo demasiado bien, es un maldito traidor. —Brame intentando no reírme—. Te puedo hacer una pregunta.
—Dime.
—La canción que está sonando de fondo es ¿What you mean to me? —pregunte esperando a que la respuesta de su parte fueran un sí.
El silencio que se hizo me provoco un fuerte escalofrío.
No me agrada tener está conversación después de la última, pero algo dentro de mí se emociona tanto que hacerme la dura no funciona, no con él.
—Oh, sí —volvió a hablar él—, es la última canción que he estado escuchado, ¿la conoces?
—¡Esa canción me encanta!
—Es una muy buena canción, me gusta la parte de la película en donde él se la canta a la chica y todo así super lindo, que fantasía sería que no fuera actuación y pasara en la vida real.
Sí que fantasía.
Seguimos hablando un par de minutos más hasta que lo llamaron me pido disculpas por lo que había pasado esa tarde y por su comportamiento, me explico que no la estaba pasando también como para querer ser sincero del todo conmigo y que tampoco era su intención descargarse de esa forma frente a mí, pero no sabía cómo manejar la situación. Le dije que no se preocupara que eso me ayudo a darme cuenta que en realidad no estaba sanando de la forma correcta que era todo lo contrario a ello, también me dijo que le pasara toda la información sobre a qué horas aterriza mi vuelo y en que aerolínea para que fuera él quien me pasara a recoger antes del show. Esa parte me hizo gritar, pero me alegra que al menos hayamos podido platicar bien como dos personas civilizadas. Algo en lo más profundo de mi ser me grita que puedo llegar a conquistarlo tal vez no con la belleza, pero tal vez sin con el interés que le pongo en las cosas que él más ama en el mundo, apoyándolo y celebrando sus logros.