One Last Time
Legarda
Había decido dejarla ir, tenía decidido dejarla ir para siempre y olvidarme de ella como antes lo había hecho con otros intereses amoroso que había tenido pero no pude, simplemente cuando Mitchell abrió su boca diciendo que había comprado los boletos para venir y que también ya tenía los pasajes de avión sentí que debía de regresar, tenía que pedirle perdón y decirle que soy un completo idiota por desquitarme de esa forma que lo hice con ella, pero estaba demasiado presionado y ahora que Kate ya no está siento que me han quitado una carga demasiado pesada para mí pero aun así no debería de justificarme por cómo me comporte con ella esa noche, no es que ya la haya superado o algo por el estilo pero simplemente me acostumbre a la idea de que ya no está sufriendo y que pude estar con ella hasta el último latido de su corazón. La parte más importante de mi vida, la pieza que completo mi rompecabezas cuando más me sentí perdido. Kate siempre será mi mayor tesoro, mi camino, pero Elaine es diferente y Kate lo sabía, ella sabía cosas que ni siquiera yo lograda entender pero que ella mi hizo entender.
Padme se ofreció a venir conmigo a recogerla. Ella la quiere tanto que tiene miedo de dejarla ir.
—¿Crees que venga sola? —se volvió a escuchar la voz de Padme. Había estado hablando que los últimos quince minutos ambos guardamos silencio.
—Por lo que me entere viene con el único interés amoroso de Mitchell.
—¿Ya lo ha aceptado?
Negue con la cabeza.
—No aún sigue negándose a la posibilidad.
Padme se comenzó a reír.
—Era de suponerse, Ann, me lo había dicho, pero no sabía si era verdad o no.
—¿Has estado hablando con Ann? —pregunte demasiado sorprendido—. No sabía que ya había regresado de la cuidad de los muertos.
—Volvió hace un par de semanas, ella declaro que no quería que te lo dijera, ya sabes cómo es a veces de sería y como son sus cambios de humor demasiado grotescos.
—Pues debo admitir que la he extrañado demasiado —hable con sinceridad. Detuve un momento el coche porque el semáforo se pudo en rojo, Padme miro la pantalla de su teléfono en donde pude observar que tiene una foto de los tres, Ann, ella y yo abrazados en uno de los primeros conciertos que tuvimos.
—Ella también te ha echado de menos —dijo sin despegar su vista de la pantalla.
—¿Le has comentado algo sobre Elaine? —pregunte. Ya sabía la respuesta, pero aun así me quería asegurar.
—Conoces mejor que nadie el don de Ann y aun así me lo preguntas —protesto mirando hacía enfrente de nuevo—, ella te lo había dicho desde antes que nos subiéramos al avión para california. Pero como siempre no hiciste caso y ahora bueno, estamos yendo hacia el aeropuerto por ella, ¿no crees que es demasiado lógico que ella te lo dijo y tú no le creíste nada? —sé que se está burlando de mí.
Okey sí lo tengo que admitir. Tengo el recuerdo de una Ann mirándome directamente a los ojos demasiado presente que ahora mismo me hizo sentir ese escalofrió que solo ella sabe provocar dentro de mí. Y entonces el recuerdo llego a mi cabeza mientras volvía a poner andar el coche.
Nos miramos fijamente a los ojos, el silencio se había extendido lo suficiente como para sentirme incomodo frente a ella. Es hermosa, piel morena, cabello castaño claro el color de sus ojos es café claro y cuando se coloca bajo el sol con color miel, tan hermosos como su sonrisa perfecta pero que a ella le disgusta por muchos factores, pero menos por los importantes.
—¿Ya quieres que te diga lo que vi o todavía no? —pregunto a regaña dientes.
La he estado evitando desde que me dijo que era un maldito engreído poco hombre.
—Solo sí me dirás algo nuevo, no la misma mierda de siempre, Ann.
Puso los ojos en blanco, pero al fin el ambiente se aclimato siendo menos sofocante que antes.
—¿Qué es lo que sabes sobre el amor a primera vista? —su pregunta me dejo confundido. A veces ella es la que comienza a hablar sobre incoherencias, pero si le llevas la contra se enoja—. Bueno para ser más precisa, ¿crees en el amor a primera vista?
Asentí lentamente observando cada uno de sus movimientos.
—Al fin vas a encontrar a esa persona que llevas esperando siglos, Lu, vas a encontrar a esa mujer que te haga volverte loco, que su sangre te atraiga demasiado hasta el punto de quererla matar. Tú amor será correspondido de la mejor forma, pero cuando sea demasiado tarde tendrás que escoger entre protegerla a ella o exponerte a ti y a los de nuestra raza y esa no será una decisión fácil de tomar —no encontré ninguna pisca de mentira en su tono de voz y dentro de sus iris. Odio sentir esto por ella, pero es una bruja una autentica bruja con colmillos y muchos años de experiencia.
—¿Me voy a enamorar de verdad?
Ann me fulmino con la mirada antes de que el color café de sus ojos se tornara morado. Una verdadera bruja descendiente de un clan de vampiros con mucho dominio sobre las artes oscuras por lo visto.
—Te estoy dando una oportunidad de conocer antes tu futuro, Lega, pero eres tan orgulloso e idiota que no vas a creerme hasta que la mire a los ojos y sientas ese gran deseo de matarla me vas a creer y cuando te vuelva a ver tendré que decirte en la cara un gran y orgulloso: te lo dije idiota.
—Te creo, pero mi deseo más grande es saber cómo conseguiste esos hermosos ojos morados qué tu posees para robar corazones tan fácilmente como el mío ahora mismo, ¿me dirás cual es tú más oscuro secreto para conseguirlos? —le cambie el tema como siempre termino haciendo cada que nos sentamos a hablar sobre futuros prometedores.
—No te lo diré, pero ten cuidado, Legarda, abre bien los ojos…