La noche se ha convertido en un mar de terror más allá de sus más horrendos y macabros sueños, cuando se enteran de que el juego provoca la muerte de quien lo juega.
A medida que avanzan en el juego, sienten como si la muerte se les acercara a cada uno de ellos, y como si sintieran de que morirían de formas cada vez más mórbida y agonizantes posibles.
Los jóvenes buscan una forma de escapar del demonio que se oculta detrás del juego, pero los misteriosos acontecimientos desencadenados en torno a ellos a lo largo de los minutos que pasaban, hacen que su búsqueda sea cada vez más difícil, y que el tiempo corra en su contra.
El temor los lleva a lidiar con monstruos de sombras e imágenes que dejan la piel helada a cada paso que dan, y su corazón golpea bien fuerte. Ya sea la sombra del demonio que hacen que se percaten de que no están solos, o el pánico que les invadiría si pensaran que hay alguien acechándolos, la noche se les ha vuelto aterradora y ahora entienden lo que es el miedo verdadero y lo que se siente al estar a un paso de la muerte. No siendo capaces de distinguir la realidad de la fantasía, los jóvenes intentan escapar de este infierno, pero, a medida que avanzan en el juego, compiten entre sí para ver quién será el primero en llegar al final antes de que la muerte los alcance. Se arriesgan lo más que pueden para lograrlo, y se arriesgan hasta el final, pero, será su suerte, que no pueden controlar, lo que decida su destino.
Jean: ¡Dios mio!, ¿¡EN NOS HEMOS METIDO!? –Gritó alterado mientras se arrodillaba en el suelo orando porque no le tocará a él.
Lucia: No te preocupes Jean, saldremos de esto si lo hacemos reír o si aguantamos hasta las seis – decía con un tono tranquilizador.
Jean: ¡¿SALIR!?, ¡NO PODREMOS SALIR!, ¡ESTAMOS CONDENADOS A MORIR AQUÍ!
Lucas: No es así Jean – decía mientras lo intentaba tranquilizar - Aun nos queda una salida.
Jean: ¿Y cual es? – decía con la voz temblorosa llena de miedo, angustia y desesperación.
Todos voltearon al escuchar las palabras de Lucas y se quedaron viéndolo fijamente en espera de una respuesta que pueda sacarlos de ese juego infernal.
Lucas: Aun nos queda llegar al amanecer.
Jean: Tienes razón – decía con un tono más calmado – solo tenemos que hacerlo reír y aguantar al amanecer.
Todos estaban desesperados para encontrar una forma de hacer reír al demonio qué se encontraba en aquella silla de muerte tan fría y lúgubre. En esos instantes el dedo índice de María comenzó a sangrar, ella presa del pánico fue corriendo a la cocina y agarro el cuchillo ms cercano y se lo empezó a acercar lentamente a la yugular, mientras sus amigos gritaban de que no lo hiciera, qué había una forma de salir de todo eso, todo mientras pensaba en sus amigos, familia, y su novio, todo mientras en lagrimas y un sollozo decía:
Maria: Dios... Por favor... Apiadate de mi alma... Esperame... Kevin.
Y como si fuera un impulso incontrolable, el cuchillo voló de sus manos y se clavó en la pared, ella, aun sin creerlo, volteo lentamente su cabeza, solo para encontrarse con aquella figura alta y sin forma elegible que anteriormente había matado a su novio. Solo para que el demonio la arrastrara del brazo para llevarla a la sala, volverse a sentar y decirle con una voz más elegible:
¿No creías que...
Te iba a dejar ir tan fácilmente...
Verdad?
Por un momento a todos los presentes en la sala se les heló la sangre el escuchar una voz de ultratumba, tan maligna, llena de odio.
En ese momento el ser maligno le ordenó a María que fuera su bufón y que lo hiciera reír. No obstante María se negó a hacerlo, todos le gritaron qué obedeciera, pero ella seguia sin obedecer a las ordenes del rey.
¿¡TE ATREVES...
A DESAFIAR LAS ORDENES...
DE TU REY?!
De un momento a otro, las manos de María se empezaron a acercar a su cara sin que pudiese hacer nada, ella gritó para qué alguien la ayudará, pero nadie quería hacer enojar a ese demonio. Posteriormente a eso, María se arrancó lentamente los ojos de su cráneo, y con las manos temblando los botó al suelo, para luego, en una escena qué sólo podía ser de una película de horror explícito, empezó a vomitar sangre oscura y espeza por su boca mientras que le brotaba sangre de los hoyos donde antes se encontraban sus ojos, hasta que por su boca salió algo grande, parecía un animal, y resulta que, en una escena qué seguramente solo se ve en los peores de los infiernos, su corazón, aun palmita te, cayó junto con María agonizando de dolor en el suelo.
ESTO PASA...
CUANDO ME HACEN ENFADAR
Todos se quedaron atónitos por lo acontecido, algunos incluso vomitaron del horror de haber visto tan brutal escena. En eso se apagó otra de las velas, y todos vieron con horror como aquella sobra sin forma comenzaba a retorcerse y, poco a poco, comenzó a tener un aspecto humanoide. Todos en aquel momento entendieron qué, con cada muerte el demonio qué se hacía pasar por rey, lo que quería no era reírse, si no, quería que todos estuvieran muertos.
Editado: 24.06.2023