Un par de días después, Alina, Melissa, Andy y una nerviosísima Luisa se estaban despidiendo de Alma en el aeropuerto.
—Espero que salga todo fenomenal, vais a ser muy felices—dijo Alma abrazando a sus amigos.
—¡Ojalá no fueras tan cabezota!—le recriminó Alina—Nos gustaría muchísimo que nos acompañaras.
—Todos sabéis que tengo razones de peso para no acudir, pero os prometo que estaré con vosotros aunque sea en espíritu.
—Bueno dejad ya el drama, mujeres. Tenemos que irnos ya—apresuró Andy.
—¿No quieres que le diga nada a… mamá?—preguntó Melissa.
—No, con que tú le cuentes tus planes estará más que satisfecha—respondió a su hermana—Luisa—se dirigió a su vecina que estaba algo nerviosa por ser la primera vez que montaba en avión—Tú tranquilita ¿Eh? Ya verás que se pasa pronto.
—A ver si es verdad corazón—le dio un abrazo a Alma—Riégame las plantas que no quiero que se me chuchurran.
—No hay problema—miró el reloj en el panel del aeropuerto—¡Vamos qué vais llegar tarde!—le dio un beso a cada uno y minutos después se encaminaron hacia la puerta de embarque.
Varias horas después, aterrizaron en Ámsterdam. Andy y Luisa lo miraban todo con curiosidad, ninguno de ellos había salido nunca de España, mientras que Alina y Melissa reían a causa de sus reacciones. Finalmente tomaron un taxi que los llevaría hasta Volendam.
Tocaron a la puerta y Gladis la abrió, la mujer se llevó una grata sorpresa al verlas.
—¡Señoritas ya han vuelto!—se abrazó primero a Melissa y después a su prima—Los señores se van a alegrar mucho de verlas—miró hacia fuera ya que había un joven y una señora que no los conocía, tenía la esperanza de que alguien más hubiera regresado—¿No viene la señorita Alma con ustedes?
—No Gladis, no ha podido venir, tenía bastante trabajo—mintió Alina—¿Están mis tíos en casa?
—Sí señorita, están en el salón—les indicó la asistenta.
Alina cogió a Andy de la mano y Melissa a Luisa, que seguía mirando todo con los ojos como platos.
—¿Estáis ocupados?—preguntó Melissa al llegar al salón.
—¡Melissa!—Marta fue la primera en abrazar a su hija.
—¿Y yo qué, no hay sitio para mí?—Alina fue a saludar a su tío, el cual también la abrazó.
—¿Qué hacéis aquí?—preguntó Marta—No sabíamos que vendríais, de haberlo sabido os hubiéramos ido a buscar.
—Hemos venido porque queremos ponernos al día con vosotros. Digamos que España, nos ha cambiado un poco la vida—fue en busca de Andy y su madre que no habían entrado aún—Tíos, os presento a Andy, mi prometido y ella es Luisa su madre. Y ellos son Milek y Marta, mis tíos favoritos a los que quiero como si fueran mis padres.
—Encantado de conocerlos señores—Andy estrechó las manos de ambos.
Después de las presentaciones todos se relajaron un poco más, pero Luisa seguía mirando a Marta con mala cara, allí estaba la mujer que le dio la vida a su niña, era demasiado transparente como para fingir simpatía por ella, pero no quería ser desagradable ya que era la familia de su nuera.
—¿Y cuando tenéis pensado casaros?—quiso saber Milek.
—En cuanto sea posible, por eso estamos hemos venido…Queremos casarnos aquí—respondió su sobrina.
—¿Cuándo? ¿Ahora?—Marta se sorprendió.
—¡Ojalá!—rieron todos menos sus tíos—Mañana mismo empezaremos a prepararlo todo, como no queremos una gran boda será rápido. ¿Qué opináis?
—Sigo sin entender porque tenéis tanta prisa, a no ser…—Marta miró a su sobrina y Alina se puso colorada como un tomate—¿Estás embarazada?
—Sí—reconoció—Por eso queremos hacer las cosas bien, no era algo que estuviéramos buscando pero bueno, estas cosas pasan.
—Cariño—Marta la cogió de la mano—Soy la menos indicada para hablar de maternidad, pero si es lo que vosotros queréis, adelante. Esto demuestra que sois muy valientes—recordó lo que le hizo a su hija mayor y su mirada se tornó vidriosa.
—Os casaréis en cuanto localices a tu hermano y hables con él—sentenció Milek—Ya sabes cómo es en lo que a ti concierne, nosotros os damos nuestra bendición.
—He llamado a Yahir un montón de veces pero lo tiene apagado, le escribí a su correo y nada, no tengo ni idea de donde puede estar, desde que se marchó de Málaga no hemos sabido nada de él. En parte también quise venir para buscarlo, pensaba que estaría por aquí.
—¿Yahir estuvo con vosotras? No teníamos ni idea. ¿A qué fue allí?—preguntó su tía extrañada.
—En principio iba a obligarnos a Alina y a mí a volver aquí pero, las cosas se liaron demasiado—intervino Melissa—Es una larga historia, pero él se marchó de allí seguramente hecho una furia, a saber dónde está.
Dejaron el tema de Yahir, y se centraron en la boda, todos daban su opinión acerca de todo, las horas volaron y sólo dejaron de hablar cuando Gladis anunció la cena.
—¿No ha ido tan mal, verdad?—Andy se acercó a la posición de su prometida.