La venganza de la Ceo adolescente

La vida tras bambalinas

Encontré varios enlaces de revistas de chismes y noticiarios en línea:

¿Qué pasó con Michellet? Pues Luz María Escobar, manager y madre de la influencer, han guardado total hermetismo sobre lo sucedido, pero los corresponsales de este canal, lograron entrevistar a testigos de los hechos.

Michelet salió ese domingo con un grupo de amigos a un paseo en trajinera por los canales de Xochimilco. Según relatos de visitantes que pasaron cerca de su embarcación, los jóvenes de entre 18 a 25 años, bailaban y bebían sin ningún control. Terminado el paseo, recorrieron la zona dando tumbos y subieron a uno de los puentes, desde el que ella cayó, presumiblemente por el estado de ebriedad en el que se encontraba. El enlace de la policía declaró a los medios que su rescate fue una verdadera hazaña, ya que normalmente los sedimentos y las plantas acuáticas de la zona, impiden que quien cae al agua, sobreviva. Debido a la caída, sufrió múltiples fracturas y heridas en cuerpo y rostro.

Sin embargo, un informante que prefiere permanecer anónimo y que estaba en el lugar, le dijo a nuestro reportero que Michelet parecía diferente, actuaba eufórica a un instante y se aislaba al siguiente. El grupo de amigos había terminado de cruzar el puente cuando notaron que ella ya no estaba y mientras la buscaban, escucharon que algo cayó al agua. Fue entonces que pidieron ayuda.

¿Serán ciertos los rumores de la depresión que sufre la estrella? ¿La presión mediática fue demasiada? ¿Su decisión de estudiar diseño de modas en una Universidad prestigiosa de Estados Unidos le está pasando factura por el nivel de exigencia? ¿Después de todo, lo que dijo Gilberto Alberto en su programa sobre sus padres y como manejan su carrera es cierto a pesar de que lo demandaron por difamación?

Se me enfrió el estómago. ¿Quería decir eso que Michelle atentó contra su propia vida? Sentí una enorme tristeza, no pude evitar pensar en mi Lina, después de todo se parecían más de lo que ella quisiera; ambas eran hermosas, exitosas, amadas por sus padres, con muchos amigos y gente que las quería… ¿Lina se sentirá así de presionada también? ¿Me equivoqué en algún momento, exigí demasiado? Me llevé las manos a la boca para no gritar. Pensé que quizá por eso, yo, que tenía tantas ganas de vivir, entré en su cuerpo, y ella que quería morir, fue desplazada al mío que no tenía salvación.

Aun así, no me parecía justo. Esta niña tenía tantas cosas por delante, tanto por hacer, por vivir, por descubrir… Me propuse que, así tuviera que estar en este cuerpo un día, meses, años o el resto de su existencia, trataría no sólo de arreglar mí vida y el desastre que había quedado tras mi muerte, también trataría de ayudarla a ella, al menos para sentir que su sacrificio había valido la pena. Un flashazo me dio en media cara y no vi de quien se trataba porque quedé cegada por la luz. Minutos después, escuché los gritos del personal de seguridad y de los padres de Michelle afuera de mi cuarto.

  • ¡Unos buitres! ¡Eso es lo que son! ¡¿Cómo te atreves!?
  • ¡Rápido, llamen a una patrulla!
  • ¡No hice nada ilegal!
  • No puede ingresar a estas áreas sin un permiso. ¿Cómo logró pasar por recepción?

Mi vista regresó poco a poco, aunque aún veía manchas. Era un paparazzi buscando una nota. Empezaba a notar que la vida de esta chica no era nada sencilla ni parecida a la de una joven normal de su edad. Tenía que indagar más sobre lo que sentía, soñaba y pensaba antes de su accidente. Recordé un día que hablaba con Lina sobre el diario que yo llevaba de adolescente.

  • ¿Tú también tienes tu diario?
  • ¡Ay mamá, por favor! Quien va a escribir un diario en estos días pudiendo escribir en la nube o en la computadora o mejor, hacer un videoblog…

Tenía que encontrar si Michelle guardaba algo así. No había nada en su teléfono, así que necesitaba ver su computadora. Luz María entró de un golpe con cara de angustia.

  • ¿Estás bien hija? Esos malditos reporteros…
  • Estoy bien mamá, no te preocupes.
  • Tú padre ya le habló a la patrulla y los va a acompañar a la estación para levantar la denuncia.
  • No creo que sea para tanto…
  • En unas horas tu foto estará en todos los sitios de chismes y no quiero ni pensar en todas las cosas que dirán e inventarán…

Se santiguo repetidas veces y casi me empiezo a reír. Pero ahora tenía la excusa perfecta.

  • Tienes razón mamá. ¿Me podrías traer mi computadora?
  • ¿Tú computadora? ¿Para que la quieres?
  • Sí publican cosas sobre mí, necesito estar a al tanto para poder contestarles.
  • No quiero que nada te altere, ni te provoque un ataque de ansiedad…
  • Eso no va a pasar, te aseguro que ahora soy más fuerte y se cómo defenderme.

Me miró de un modo muy extraño. A las madres es difícil engañarlas. Estaba segura que, en el fondo, sabía que su hija no era la misma que tenía enfrente, aunque se viera igual.

  • No sé qué fue lo que te pasó realmente hija… Ni lo que te llevo a… Al accidente que tuviste. Pero en estas semanas que has estado de recuperación, te desconozco… Y no sé si eso es bueno o malo. Le voy a preguntar al doctor si es conveniente que tengas a mano tu computadora.




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