El me dejó y yo no sabía ni dónde estaba ni que pasaba. Mi corazón estaba latiendo acelerado. No es que mi vida s3xu4l con Mario hubiera sido mala. Nuestros hijos fueron fruto de noches apasionadas y excitantes y, habíamos vivido momentos que no puedo contarle a casi nadie. Pero hacía más de cinco años que nuestro momento más sexy, era un beso en los labios cerrados cada mañana para despedirnos rumbo al trabajo. No es que yo no tuviera ganas. Nunca dejé de verlo atractivo. Simplemente, no nos rendía el tiempo. Teníamos horarios desfasados y cuando uno iba, el otro volvía. Si coincidíamos, estábamos tan mortalmente cansados que nos quedábamos dormidos al poner la cabeza en la almohada. ¿Habrá sido por eso qué…? Me reí para mis adentros con amargura. Claramente me escupió lo feliz que era con mi muerte porque así se terminaban “las humillaciones”, y yo seguía siendo tan 1d1ota para tratar de encontrarle explicación a su traición y hasta querer asumir parte de la culpa. Quizá simplemente la que había dejado de parecerle atractiva, era yo.
¿En serio me dijo tigresa baby? Por Dios…
Me mareé un poco y el techo parecía dar vueltas. Vinieron a mi mente imágenes sueltas, como si fuera una película a alta velocidad. Había un grupo de jóvenes como de la edad de Lina que se reían de una pareja que discutía a unos cuantos metros. Eran Michelle y Lucio. Al parecer, este último había salido la noche anterior con unos amigos y le habían tomado unas fotos un tanto sugerentes junto a una morena de curvas pronunciadas. Él le decía que no había pasado nada, que sólo era para mantener su imagen y había sido idea de su manager. Imaginé que también era influencer o actor o modelo. No pude evitar sentir que se me hacía agua la boca al ver sus nalgas firmes, sus brazos y bíceps bien desarrollados y sus labios carnosos. Pero mi hijo era más inteligente seguro. Pero que bien se veía ese chico. Definitivamente llevo demasiado tiempo célibe.
El chico, que lo que tenía de suculento era inversamente proporcional a lo que tenía de inteligente (es decir, le faltaba poco para hablar con gruñidos), miró al vacío como haciendo cálculos y se notaba que iba perdiendo.
Esto cada vez me fastidiaba más. No entendía nada de esto de las redes y los seguidores y los fans y todas esas cosas, pero me quedaba claro que era muy importante para Luz María, lo cual me indicaba que estaba estrechamente relacionado con los temas del dinero. Me empezaba a doler la cabeza.
Cuando repartieron inteligencia este hombre se perdió y se formó en la fila de músculos solamente…
Era Leonardo. Me sonrío de un modo extraño y entre protestas de aquellos dos, los sacó de la habitación.
Se río y me miró sorprendido.