La venganza de la Ceo adolescente

Máscara contra cabellera

¿Dijo mamá? ¿Me habré descubierto?

  • Lina…
  • ¿Tú crees que yo le iba a contar eso a esta? Y además, yo no sabía eso. Hay una base de colchón que tiene parte de la madera quemada en el cuarto de visitas, y cuándo le pregunté a mi mamá porque guardaba eso y no compraba uno nuevo, sólo me dijo que hay cosas que no compra el dinero.

Sí. Eso era cierto. Lo guardé porque me recordaba que casi perdí a mis niños por un accidente.

  • Como sea. Yo no creo en esas cosas. Si Víctor quiere ayudarte, pues que él se encargue. Yo de todos modos voy de salida.

Santiago salió como si lo persiguiera el diabl0. Lina frunció la boca y subió hacia su cuarto.

  • Disculpa semejante recibimiento. Si aún quieres quedarte, como dijo mi papá, en la casa de la piscina estarás cómoda.
  • Si, aún quiero quedarme. Gracias. Conozco el camino.
  • ¿Cómo?
  • Digo que… ¿Esa que se ve por el ventanal es la alberca no? La casa debe estar a un lado…
  • Sí… Así es.

Tengo que trabajar en dejar de ponerme en evidencia. Aunque ahora con eso de que creerán que veo fantasmas, igual me sirve para disimular. Tomo mis cosas para ir hacia el jardín, cuando escucho la puerta abrirse de nuevo. Es Abril.

  • ¡Abril!!Qué bueno que si pudiste venir!

Exclama Lina saliendo de su habitación con auténtica emoción y yo siento que se me retuercen las entrañas. Víctor aprieta los dientes.

  • Te dije que con todo gusto venía ayudarte… ¿Tú?

Se dirige a mí con sorpresa y una mueca de altivez. Quiero tirarle los dientes de un golpe.

  • Michelle es mi invitada, se va a quedar en la casa de la piscina. Si vas a ser parte del servicio de esta casa, entonces supongo que estarás también al pendiente de lo que ella necesite.

Veo como se le enrojece la cara y escupe fuego por los ojos. Tengo que hacer un esfuerzo descomunal para no soltar una carcajada.

  • Abril sólo vino a ayudarme a organizar las cosas de mi mamá, para saber que se queda y que se va.
  • No veo porque ella tendría que ver nada de eso. Son asuntos de familia. Y tampoco tendrías porque verlo sólo tú. Somos tres, y con papá, cuatro.
  • Mi papá no quiere saber nada y Santiago y tú no quieren involucrarse, no entiendo porque reclamas.

Yo si lo entiendo. Mi hijo está resentido también con la pequeña z0rr4 porque siente que le ponía más atención que a ellos. Quizá su intuición le diga que algo más está mal con ella. Lina está tan inmersa en su dolor y su mundo, que no nota las intenciones de esa malagradecida.

  • No creo que tú madre quisiera que nadie moviera sus cosas.

Abril se ríe sarcásticamente y me barre de arriba abajo. Lina está a punto de decirme algo con todo su odio, cuando una voz del exterior la para en seco y cambia su semblante por completo. Es Mayra.

  • Estoy completamente de acuerdo, aunque lo diga esta mocosa insoportable que no entiendo que hace en esta casa.

La miro interrogante, ella hace un pequeño guiño. Cierto. Tiene que odiarme al menos por el momento o perderá la confianza de Lina.

  • El Doctor Estrada le dijo muy claramente…
  • Lo que diga el doctor Estrada me tiene muy sin pendiente, y si tanto le interesa que me entere, que venga y me lo diga en mi cara, no necesito recaderos.
  • No puede…
  • La que no puede eres tú. Eras la asistente de Verónica y ahora que ella no está, pues lo mejor es que empieces a buscar otro trabajo porque no veo como que injerencia tengas en las cosas de esta familia o de la empresa incluso.
  • Yo le pedí que me ayudara con las cosas de mi mamá, tía. Cómo ustedes estaban peleadas y nunca te has llevado con papá y no fuiste al funeral…
  • No fui al funeral porque tu padre y esta est4p1da no me dejaron pasar y no quise hacer mayor escándalo por respeto a su memoria. No importa si estábamos peleadas, ya sabes como soy yo y cómo era ella, lo hubiéramos arreglado de una u otra forma. Con las cosas de tu madre te ayudo yo, esta puede irse a joder a otro lado. ¡Ándale! Te estás tardando.
  • Voy a marcarle al doctor…
  • Márcale a tu madre si eso te hace feliz. ¡Ah, cierto! Qué no tienes. No me importa a quien le llames, pero afuera. ¿Qué no entiendes? ¡Qué te largues! Y sólo recuérdale al Doctor Estrada, que esta casa la pagó mi amiga y es de sus hijos y aquí los que deciden son ellos, no él y mucho menos tú. ¿Necesitas ayuda para que te saque arrastrando?

Mayra no se andaba con medias tintas. Lina lo sabía y también los gemelos. Abril se veía muy segura por lo que tenía con Mario, pero al verla tan enojada, empezó a titubear. Víctor dio la estocada final.

  • Ya escuchaste a mi tía. Vete y por favor no regreses. Si dudas de la palabra de ella, entonces escucha la mía. No me importa que diga mi padre, no quiero verte en esta casa de nuevo. ¿Entendiste? Mi madre te protegía, pero nosotros no tenemos por qué hacerlo.
  • ¿Lina?
  • Lo siento Abril. Es mi culpa por haberte llamado. Si necesitas alguna carta de recomendación con gusto te ayudo en lo que pueda. Ahora tienes que irte y como dijo mi hermano, lo mejor será que no vuelvas.




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