La venganza de la Ceo adolescente

En busca del nuevo CEO

Me levanté sin ganas y pensando que tendría unas ojeras gigantes, pero la piel joven se comporta diferente, lo había olvidado. Estaba fresca como lechuga después del baño. Recordé que en esta casa guardé la ropa que ya no me quedaba, así que rebusqué entre los trajes sastres para ponerme algo adecuado antes de ir al hospital. Estaba decidida a trabajar ahí y poder averiguar que planeaban las altas esferas.

Encontré uno color gris que me quedó perfecto, con una blusa blanca que dejé un tanto abierta. Lo suficiente para que el escote fuera atractivo sin ser vulgar. Había comprado unos tacones bajos, con este cuerpo no necesitaba más. Me puse un maquillaje muy ligero, pintando apenas los labios y un poco de sombra. Tomé una bolsa que hacía juego para guardar el juego de llaves que Víctor me había dado, unos pañuelos y parte del dinero que había sacado de mi oficina, además del celular de Michelle, desde donde llamé a un taxi.

Al llegar al hospital, no pude evitar sentirme feliz. Era como volver a mi rutina de siempre. Lamentaba que mis hijos creyeran que ponía el trabajo por encima de ellos, pero es que esto era algo que disfrutaba hacer y además, lo hacía mejor que nadie.

Me acerqué a recepción y les pedí que le avisaran al “Doctor Estrada” que había llegado. Escuché una risa burlona a mis espaldas. Era Abril.

  • ¿Se puede saber qué haces aquí?
  • Vengo a una entrevista. ¿Y tú?
  • Yo trabajo aquí.
  • Trabajabas.

Una voz profundamente varonil resonó a nuestras espaldas. Era el Dr. Leonardo Bianco.

  • Dr. Bianco, no entiendo a qué se refiere.
  • Eres la asistente e Verónica. Ella desgraciadamente ya no está con nosotros. El nuevo o la nueva CEO decidirá quién será su asistente, pero hasta que eso suceda, tú no tienes nada que hacer aquí.
  • Usted no es nadie…
  • Pero yo sí.

Reconozco la voz. Es el Dr. Baeza, subdirector médico de otro de los hospitales.

  • Dr. Baeza, ¿Qué lo trae por aquí? Y no entiendo…
  • Te lo explico. El Dr. Guzmán fue retirado de su cargo como director de este hospital y yo lo estoy sustituyendo.

Así que Mario se está quedando sin aliados. Miro la cara satisfecha del Dr. Leonardo y sospecho que tuvo algo que ver, pero no tengo idea cómo un jefe de residentes podría lograr algo así.

  • También soy parte de la junta de accionistas, así que, tengo la autoridad para comunicarte que tus servicios ya no son requeridos. Puedes pasar a la oficina de recursos humanos para que te den tu liquidación y una carta de recomendación.
  • Yo… Seguramente el Dr. Estrada…
  • El puesto del doctor Estrada no justifica tener una asistente administrativa. Puede darte una carta de recomendación si así lo decide. Ahora, por favor deja tu credencial en recepción. Señorita Jiménez, acompañe a la Srita. Aguirre a la puerta por favor…

Yo no quepo del gusto al ver su semblante desencajado. Que la saquen de este lugar es tan satisfactorio…

  • Buenos días, ¿Usted es?
  • Es la Señorita Tapia, le había platicado de ella Doctor. Estudia con la hija de la Licenciada Luna y además es creadora de contenido.
  • Ah, sí, me dijiste que podría ser una buena opción para modernizar nuestro equipo de marketing y explorar nuevas opciones de promoción.
  • Así es. Puede ser nuestro puente con las nuevas generaciones.
  • Gracias. Justo tenía una cita con el Doctor Estrada para…
  • No tienes nada que tratar con Mario. Su área no tiene nada que ver con nuestro departamento de relaciones públicas. Lidia, por favor avísale que la Señorita Tapia está aquí pero no lo verá, que yo arreglaré esto personalmente.
  • Si Doctor.
  • Por favor, acompáñeme a mi oficina. Dr. Bianco, ¿Va con nosotros?
  • No creo que sea necesario. Michelle, te veo más tarde en la cafetería.

Apenas asiento con un gesto. La oficina del director está tal como la recuerdo, aunque ahora se ve más luminosa y tiene mejor olor. Será que ya no está una rata como Guzmán. Le envío mi CV al director quien lo revisa minuciosamente, pero luce complacido.

  • Yo no entiendo mucho de estas nuevas maneras de hacer publicidad, pero confío en la palabra de Leonardo y, además, si funciona, será entrar con el pie derecho cómo director. Así que, bienvenida a la familia Medi Core Associates. Por favor, preséntese mañana a las oficinas centrales de Relaciones Públicas, con el Licenciado Medina.

Salí feliz, pero me aterré al segundo. Michelle era la que entendía todo esto de las r3des s0ciales y la promoción tecnológica, yo no tenía ni idea… Una voz me sacó de mis pensamientos.

  • ¿Cómo te fue?
  • Todo bien gracias, y me imagino que tuviste mucho que ver.
  • Sólo soy el jefe de residentes…

Sus ojos tenían un toque de picardía y su sonrisa decía que ocultaba un secreto. Ese hombre era realmente atractivo.

  • Pues creo que eso es sólo tu fachada, pero no voy a preguntar más. Me dijiste que averiguaste…
  • Como te dije hace poco, la junta no ha logrado el voto unánime por un o una nueva CEO.
  • ¿Quiénes son los candidatos?




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