La venganza de la Ceo adolescente

La novata

Esbocé la mejor sonrisa que pude y los miré a todos.

  • Pero no soy bienvenida porque no me eligieron, sólo les avisaron que trabajaría con ustedes. ¿Cierto?

Se revolvieron en sus sillas, incómodos.

  • Independientemente de cómo llegué aquí, quiero que sepan que mi única intención es ayudar a mejorar la promoción de la empresa y que el rango de edades de aceptación que arrojan las encuestas, se amplíe…
  • Ya que nos estamos sincerando. ¿Cómo puede una influencer de moda de alta costura saber nada sobre un hospital?
  • El mundo del espectáculo y la moda me han vuelto quien soy y generaron mis miles de seguidores; el investigar y estudiar sobre el rubro, me ha dado las herramientas para hacer un buen trajo.

Me miraron con un gesto de burla.

  • A ver… Explícame la estructura básica de un hospital como este…

Me reí para mis adentros. Cuando ellos estaban saliendo de la secundaria, nosotros abríamos las primeras cinco sucursales y establecíamos el organigrama… Me tomé mi tiempo para explicar lo que me habían preguntado, tratando de sonar como alguien que lo investigó y no como Verónica, que sabía al derecho y al revés todo lo referente a este lugar. Sus caras eran para cuadro. La quijada se les iba hasta el piso.

  • ¿Me faltó algo?
  • No… Básicamente es como lo dijiste…

Agradecí y saludé de nuevo con gesto y me senté en el cubículo que me asignaron tratando de aguantar la risa. Nunca fui de humillar a nadie, pero tampoco he permitido que me humillen.

A muchos les parecería frívolo que un hospital tenga un departamento de mercadotecnia, de relaciones públicas y que se preocupe por el tema de las r3des s0ciales, pero los tiempos han cambiado. Un mal comentario puede hacer que se caigan años de buen trabajo. Así mismo, cada día hay más competencia y demostrar que eres el mejor en tu rubro, no es fácil. Mi celular sonó. El nombre en la pantalla me sorprendió. Era Lucio. No había pensado en ese chico desde que se apareció de la nada en el hospital e hizo que a este cuerpo se le aflojaran las piernas. Me levanté discretamente y entré a la sala de descanso.

  • ¿Si?
  • ¿Te vas a seguir escondiendo de mí tigresa baby?
  • No me estoy escondiendo…
  • Te busqué en la casa donde te estabas quedando, pero tu madre antes de correrme, me dijo que no tenía idea donde estabas. Creo que respiró aliviada al darse cuenta que no era conmigo.
  • Sí… Los dejé hace unos días. Necesitaba respirar.
  • Eso no me molesta, al contario, porque así podremos estar juntos sin tener que ocultarnos, pero, ¿Por qué no me hablaste a mí para ayudarte? Como te dije, deberíamos regresar a la Ciudad de México… Ya sin ellos, tú y yo apareciendo juntos, estaremos en todas las revistas, hablarán de nosotros en todos los programas…

Cierto. Ellos pertenecían a este mundo de apariencias donde lo importante era mantenerse en el ojo público como fuera. Hacerse famoso por un escándalo, por un romance, por una pelea… No importaba que la gente te 0diara, siempre y cuando viera tu contenido…

  • Lo siento Lucio… No puedo volver ahora. Hay… ciertas cosas que tengo que hacer aquí. Estoy trabajando en el hospital.
  • No me digas… ¡No pudiste pagar la cuenta y te obligaron a trabajar para ellos!… Firma un pagaré tigresa baby…

En verdad… ¿Qué vio Michelle en este chico? Me acordé de su físico… Ah, sí, ya sé que vio.

  • No, la cuenta está pagada. Estoy trabajando aquí por mi gusto. Estoy en el área de mercadotecnia, ayudando con las r3des s0ciales.
  • Tú mamá dijo que habías perdido muchos seguidores cuando se supo que éramos novios. ¿Tan grave fue que necesitas trabajar?

Esto era peor que hablar con una piedra.

  • No. Simplemente es algo que quiero hacer.
  • Entonces te ayudo.

Estaba a punto de negarme, pero no era una mala idea. El chico tenía una imagen agradable, muy acorde con los clientes VIP del hospital. Leonardo iría perfecto para nuestra parte más filantrópica. Pensaba lanzar esa campaña cuanto antes para retrasar los planes de Gil y Ian.

  • Muchas gracias baby shark…

¿Qué dije? ¿De dónde salió eso? Los recuerdos residuales de esta chica me toman por sorpresa.

  • Desde el accidente no me decías así… Parece que ya estás volviendo… ¿Qué tal si me dices en donde te quedas para hacerte recordar mejor lo bien que la pasábamos?

Sentí como el calor subía desde mis entrañas y mis piernas temblaban.

  • Pronto… Mejor en cuanto puedas, ven al hospital. Yo estaré aquí hasta las seis de la tarde.

¿Qué iba a hacer cuando apareciera Lucio? ¿Podría controlar el deseo de Michelle por él? ¿Me dejaba llevar? Después de todo, es el novio de esta chica, qué más da… No vendría tan mal un poco de pasión en mi vida, no es como que le esté faltando a nadie…

  • ¿No te pasó recursos humanos nuestra política respecto a los celulares?




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