La venganza de la mejor amiga

[6] Excelentes gustos literarios.

—Yo quiero ir a casa, a casa, yo quiero ir a casaaaa. Yo quiero ir a casa, a casa, yo quiero ir a casa.

 

—¡Quieren callarse ya!— . Vocifera el guardia de turno interrumpiendo nuestro recital— . Juro por Dios que si no lo hacen le meteré mis calcetines en la boca y los ataré con cinta adhesiva, no será nada agradable para ustedes, por supuesto, para mi, será el placer más culposo que haya tenido jamás y para sus vecinos de celda también lo será—amenaza. Miro a la celda frente a nosotras donde un enorme tipo tatuado consuela a otro que cubre sus oídos y llora como si han matado a su gato.

 

—¡Qué agresivo!—. Exclama Tiffany sacándole la lengua—. Así nunca conseguirás novia, Nadie te querrá por gruñón— afirma con énfasis.

 

Él solo bufa haciéndonos una señal obscena con las manos.

 

—Yo quiero ir...—Empiezo a cantar otra vez, pero soy interrumpida por un llanto incontrolable que se escucha en el pasillo uniéndose al de nuestros vecinos de celdas.

 

—No puedo creer que haya dicho que no-mis sentidos se ponen en alerta al conocer la voz que se acerca hacia nosotras.

 

Nos levantamos como resorte cuando escuchamos a Deborah gimotear cada vez más cerca, empiezo a preocuparme creyendo que le hicieron algo malo en el interrogatorio.

 

—Anda, dímelo tú, ¿no te parezco atractiva?— . Interro al guardia que la acompaña hasta la celda cuando este empieza abrir las rejas para que entre—. ¡Osea, acaso está ciego!, mira lo buena que estoy-suena ofendida—. Mira, toca, toca—coloca las manos del guardia sobre sus pechos y nosotras nos miramos sorprendida a excepción de Tiffany quien la ve con una sonrisa en el rostro como quien se siente orgullosa de la hazaña de algún pupilo—. Son mías, naturales, mira, mis glúteos también lo son—intenta que el vigilante toque sus glúteos pero éste se aleja asustado.

 

—Si, si señorita, están muy bonitas—elogia un poco temeroso, intimidado por el atrevimiento de la chica.

 

—Entonces, ¿por qué me dijo que no?—insiste haciendo que muera de la curiosidad por saber a qué se refiere—. Es más, él se lo pierde—levanta orgullosa la frente y alza un poco el trasero como si de esa manera sus palabras adquirieran más valor, pero en cuanto repara en nosotras vuelve a echarse a llorar.

 

El guardia termina abriendo la puerta logrando que entre para luego cerrar y salir prácticamente corriendo de allí.

 

Su mirada recorre todo el interior de la celda hasta reparar en mí, corre al lugar donde me encuentro y cuando estamos frente a frente se lanza en mis brazos sollozando.

 

No sé cuándo minutos pasan hasta que por fin, entre todas, logramos que se calme y nos cuente qué ha sucedido. Miles de cosas pasan por mi mente, desde torturas hasta extorsión, sin embargo, ninguna de ellas se acerca a lo que nos cuenta.

 

—Le acabo de pedir matrimonio a nuestro abogado—dice con el semblante tan serio que asusta —. Él muy cobarde me dijo que no se puede casar conmigo-ahora su expresión es de total indignación—. Dime, ¿quién no querría casarse conmigo? Solo mírame—se señala aclarando un hecho que todos parecen ignorar, incluyendo sus nuevas amigas, es decir, nosotras.

 

—Quién lo iba a pensar Samantha, tu ego encontró a su media naranja— Valery se burlaa—aunque no sé si esa relación podría durar mucho tiempo por eso de que los polos iguales se repelen—una mala mirada en su dirección es suficiente para hacerla callar, pero esto no impide que la sonrisa en su rostro se ensanche.

 

—Ja, ja, muy graciosa—levanto mi mano derecha en su dirección enseñándole la perfecta manicura de mi dedo medio.

 

—Lo que dices es absurdo-habla Nathaly por primera vez haciendo que vuelva a prestarle atención a Deborah—. ¿Cómo es que quieres casarte con alguien que apenas conoces?—nos han asignado un abogado de oficio, por lo que es casi imposible que ella lo conociera antes de esto, a menos que no haya sido la primera vez que la arrestan.

 

—La santa tiene razón—concuerda Tiffany. Desde que la vio no ha dejado de llamarla así. Todavía nos preguntamos cómo es que una chica que parece ser un ángel fue a relacionarse con el demonio que es Josh Mathew. Ella no ha querido contarnos, pero espero que cuando se sienta lista y en confianza lo haga. Aunque a estas alturas compartir orinar en una minúscula celda debería ser la clave para que la confianza esté por las nubes en esta extraña amistad.

 

—Ya deja de llamarme así—pide, es que no es capaz ni de alzar la voz a alguien.

 

—No—es toda la repuesta de Tiffany.

 

—Deborah, explícanos, ¿qué te llevó a pedirle matrimonio a nuestro abogado?—indago sin poder soportar un rato más la incertidumbre.

 

—Es que vi que tenía un ejemplar de Persuasión en su maletín que me dejó hechizada, y entonces, por varios minutos hablamos de Jane Austen y de sus obras célebres, no lo resistí más, le pedí que se case conmigo y el resto es historia—un encogimiento de hombros es toda la importa que le amerita el hecho.

 

—IEstá bien, deja ver si entendí. Le pediste a un hombre que conociste más o menos hace media hora matrimonio porque cargaba con un libro de Jane Austen en su maletín. ¡Definitivamente debes de estar bromeando!—. Paso la mano por mi cabello no creyendo lo que cuenta.

 

—¡Ustedes no lo entienden!—alza la voz—. Es Persuasión, mi libro favorito en el mundo, escrito por mi autora favorita en el mundo, ¿cuándo volveré a encontrar a alguien que tenga tan buenos gustos literarios como los míos? Existe la posibilidad de que tenga que mudarme a otro planeta para conseguirlo-finaliza haciendo un puchero ridículo.

 

Si estoy en prisión por intento de asesinato e intento volver a matar a alguien, pero esta vez con motivos de peso dentro de la misma cárcel, ¿me condenarán por una víctima o por dos? Porque me estoy replanteando seriamente asesinar a Deborah.



#17156 en Otros
#2663 en Humor
#6377 en Joven Adulto

En el texto hay: universidad, mejores amigas, arte

Editado: 03.06.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.