La venganza de la mejor amiga

[7] Caperucita y el lobo

No lo puedo creer. La idea de entrada triunfar que teníamos no se compara con esto.

Habíamos decidido que hoy llegaríamos a la Universidad haciendo una entrada única que deje a todos con la boca abierta por la sorpresa que causaremos cuando vean tanta perfección junta.

Me imaginé una entrada como de personajes de acción, aquellos que van caminando como super modelos de Calvin Klein mientras detrás hay una explosión colosal que no llega a tocarlos, o en su defecto, una parecida a la de los Ángeles de Charlie en Los Ángeles de Charlie—solo para aclarar—. Todo estaba ensayado para que saliera a la perfección, claro, que el factor amanecer en la cárcel y con resaca no entraba dentro de los planes. 

Es ahí donde aparece el fallo de nuestro plan, porque en vez de parecernos a las modelos de Victoria Secret en pleno desfile de trajes de baños, parecíamos una jauría de perros que se la pasó peleando contra otra hasta el amanecer. Es que ustedes deben imaginarselo para que así se den cuenta que no exagero. Fácilmente podríamos ser comparadas con mapaches ebrios, y a juzgar por nuestro aspecto eso sería un halago. 

—Odio mi vida—me quejo al visualizar las escaleras que tengo que subir para llegar a mi primera clase.

Lo peor del caso es que esa clase es la peor materia que podrían haber inventado "Dibujo" es que ni carqueado me sale un círculo redondo, aún no comprendo qué tiene que ver esa materia con mi carrera, pero la muy maldita está en mi pensum y no hay forma de eliminarla.

Este es el segundo semestre que la inscribo y espero que me vaya mejor que el anterior, porque si vuelvo a verle la cara de amargada a la señora Juls juro que me lanzaré de un tercer piso.

Exagerada

Mucho tardaste en aparecer —crítico a mi conciencia.

—¡Buenos días! Señora Juls—saludo al ingresar al aula.

—Llega tarde, señorita Suárez—ven lo que les digo, donde está el ¿Cómo amaneció señorita Suárez?

—Sí, lo que pasó...—trato de explicarle, pero me interrumpe en el acto.

—No quiero saber las razones. La próxima vez no entrara a mi clase, ahora tome asiento y dejé de hacerme perder el tiempo—. ¡No es exageración!

Me deslizó por el salón tratando de hacer el menor ruido posible hasta dar con un asiento vacío. No he logrado acomodar bien mi trasero en la silla cuando la puerta es abierta una vez más interrumpiendo la clase de la señora Juls. Sonrió internamente al pensar en la reprimenda que le espera al que ha llegado tarde.

Levanto mi cabeza y recuerdo "El Titanic" es que todo se ha paralizado a alrededor, así como se paralizó el cuerpo de Jack al congelarse en el agua—lamento si eso sonó cruel, pero ningún pensamiento coherente pasa por mi cabeza en estos momentos. 

No creo que eso sea una novedad. 

—Tu no te metas—reprendo a mi conciencia.

Hace tiempo que no veía algo tan perfecto. 

—Puede sentarse al lado de la señorita Suárez—habla la señora Juls al dios del Olimpo que acaba de ingresar al aula. No me quejo por su decisión—. Por favor,  trate de que no se le peguen sus manías—no creo que esa sea una muy buena carta de presentación para mi futuro esposo, porque si de algo he estado segura en mi vida, es que este hombre será el futuro padre de mis hijos aunque tenga que rogarle a Dios día y noche para que mande otro diluvio y extermine a la raza humana con la excepción de a él y a mí.

Sus ojos se dirigen hacía el lugar que señala la señora Juls, al dar con mi mirada sonríe por breves segundos y vuelve a posar sus ojos en nuestra maestra.

—Lo intentaré—le escucho decir, su voz es como un coro de ángeles en una escala 4-40. La perfección misma.

Camina entre los asientos vacíos hasta llegar al lugar que le indicó la maestra. Toma asiento y sus ojos se posan en mi, espero el destino no sea cruel conmigo y no tenga alguna baba saliendo de mi boca.

—¡Hola!—saluda y creo morir en paz.

—Supongo que tú eres la señorita Suárez—sonríe al decirlo. Sé que debo tener cara de boba, sin embargo, no le doy importancia—, de la que debo cuidarme-—añade. 

—Si, para comerte mejor—confirmo y a mi mente llega la escena de Caperucita y el lobo—, perdón, para servirte mejor—intento arreglar lo que acabo de decir extendiendo mi mano hacia él—. Aunque aclaro, estás tan bueno que tampoco duraría en comerte—resto  importancia a lo expresado anteriormente a lo que él enarca una de sus cejas divertido.

—Bueno… en ese caso, me cuidaré la espalda no vaya a ser que un día de estos aparezca en una gran olla de aceite hirviendo como en la mitología griega.

—No creo...—pienso en la forma en que quiero comerlo y una olla con aceite no entra dentro de mis planes. 

—Señorita Suárez, algo que compartir con la clase—habla nuestra maestra interrumpiendo la conversación.

—Nada que les vaya a interesar, señora Juls—comparto observando al frente mientras de reojo veo al chico guapo sonreír divertido.

—En ese caso, ¿quieres prestar atención?—interroga, más bien no es una pregunta, es algo como "Si vuelves a interrumpirme, la sacaré al pasillo" 

Asiento prestando toda mi atención, porque lo que menos necesito es volver a reprobar esta materia.

Al finalizar la clase tomo mis cosas a toda prisa, he quedado con las chicas en la cafetería para concretar algunas cosas para la primera fase del plan. Cuando estoy a instante de salir, recuerdo al chico guapo y giro dispuesta a ofrecerle mi ayuda en su primer día, pero al hacerlo me doy cuenta de que no la necesita, las demás chicas del curso lo están rodeando como buitres, en ese momento siento cierta pena por él y pienso en ayudarlo, sé lo difícil que puede ser que te acosen de esa manera, no obstante, al ver su sonrisa petulante lo descarto, agarro mi mochila y camino hacia la cafetería siguiendo mi plan inicial. 

Echo andar por el pasillo sin sacar de mi mente al Adonis que será mi nuevo compañero de asiento y que está más bueno que comer con las manos, sacudo mi cabeza para alejar todo pensamiento relacionado con él, porque a pesar de que lo quiero como el futuro padre de mis hijos, no puedo distraerme, lo único que importa en estos momentos es mi mejor amiga Valery, y seguir con el plan de hacer sufrir al desgraciado que le hizo daño.



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En el texto hay: universidad, mejores amigas, arte

Editado: 03.06.2021

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