Capitulo: 4

El contrato:

  La cercanía abrumaba a Dimitri, Lucy se sentía incómoda y no por el echo de estar sentada en un diván de cuero, si no todo lo contrario. Los ahora marido y mujer se encontraban junto al abogado Gastrone el cual mostraba una sonrisa cínica, Lucybell se sentía de más en aquel lúgubre lugar pero era su “deber” o eso entendió cuando Dimitri le amenazó aquella mañana. El regordete hombre había tomado un vuelo temprano para Italia y poder firmar el contrato que tanto su amigo Leonardo le había rogado, el rubio lentamente deslizó aquella hoja de papel tenía una mala corazonada y efectivamente así fue, se levantó indignado al leer lo que tenía escrito mientras que Lucy sin entender su actitud recogió aquel papel que descendió al suelo.

  –De los ambos aquí casados quién decida desestimar el matrimonio la otra parte pasará a tener todos los negocios, acciones, y las cuentas de banco pasarán a su nombre– Lucybell leyó en voz alta.

  –¿Qué es eso?– Preguntó furioso Dimitri empujando bruscamente a la pelinegra.

  –Tu padre me dijo que sin falta agregara esa parte ¿A qué mola?– El abogado imitando el gesto de Dimitri se levantó y salió del despacho rápidamente. 

  Sin prisas Lucy limpiaba el polvo de su vestido color beige, ancho, largo y viejo mientras miraba con desagrado al rubio. Dimitri se pasó las manos por su cara preguntándose a si mismo que debía hacer, él no quería atarse a nadie y menos a Lucybell pero al parecer su padre otra vez le arruina la vida, no podrá divorciarse sin perder todo así que la única forma es que ella sea la que lo haga y así no perderá nada, la idea del rubio no era mala pero lo que no sabía era que la pelinegra había entendido todo lo que sus ojos habían leído y no estaba dispuesta a que Dimitri se saliera con la suya.

   Fabiola había llegado dónde aquel hombre le había citado, recordaba su barba blanca y aquellos ojos hermosos pero por culpa de su mejor amiga ella jamás pudo tener algo con su amado, es cierto que ella se casó y que actualmente tiene varios hijos pero en su corazón solo estaba él, ahora que su amiga murió esperaba con ansías que aquel hombre se fijara en ella y eso era lo que creía, pero lo que no sabía la bruja era que aquel hombre solo quería venganza por lo ocurrido.

  –Oh que bueno que ya llegaste– Fabiola se levantó y educadamente le dió un beso en la mejilla.

  –No podía perderme verte otra vez querida– Fabiola se ruborizó por las palabras dichas del barbudo.

  –Hay no digas eso que me pongo roja– La rubia agitó su mano como si fuera un abanico mientras que su acompañante sonreía –Bueno… cuénteme algo– El ojos de chocolate volvió a sonreír ya que pronto llevaría a cabo su plan.

  Hubo una turbulencia haciendo que el pelirrojo se agarrara con fuerza del brazo del asiento donde estaba sentado.

  –¿Algún problema amigo?– Le preguntó Faster a Jacobo, el ojiazul parecía nervioso.

  –Lo que no entiendo es ¿Cómo eres capaz de subirte a un avión teniendóle miedo?– Dijo burlón el castaño mientras revisaba una de las tantos negocios suyos.

  –Porque estoy enamorado de ti y no puedo dejarte solo– Faster habló irónico pero empujando su espalda al asiento.

  –Que bueno…– Fué lo único que alcanzo a decir el castaño cuando una azafata de les acercó.

  –¿Desean algo señores?– Dijo amable la trigueña con una sonrisa.

  –¿Cuando llegamos a tierra?– Preguntó Faster luciendo sumamente nervioso.

  –Solo falta una hora– La chica esbozó una sonrisa encantadora.

  –Abril tráeme una copa ¿Vale?– Jacobo levantó su vista para dirigirla a la chica.

  –Vale señor– La trigueña dió un leve asentimiento de cabeza para luego dirigirse a otro lado.

  –Una hora– Habló burlón el castaño para autoseguido reírse de su amigo.

  Abril caminó lentamente donde su jefe para susurrarle al oído, Jacobo asentía a todo hasta que…

  –¡¿CÓMO?!– Faster miraba raro a su amigo ya que anteriormente había gritado.

  –Como oye Sam, Natalia a sido asesinada de un disparo en la cabeza y adivine quién fué– La trigueña era amiga de la mencionada pero llevaba más años trabajando para los D'Angelo.

  –Otra más que se nos va…¿Está segura de que Dimitri no sabe que tiene gente infiltrada?– Preguntó Jacobo asiendo asentir a Abril.

  –Cien por ciento segura Sam– La chica se levantó de andar en cuclillas –¿Te traigo algo rojito?– Preguntó burlona dirigiéndose a Faster, éste le vió con odio fingido.

  –Hodgson– Abril miró a su jefe y amigo de años –Recuérdale a tu hermano el otro paquete que debe enviarle a los Lugosi, eso no puede faltar– Jacobo volvió a retomar su vista dónde antes escuchando un leve "vale" por parte de ella.

  Por otro lado un hombre de cabellos negros algo largos y ojos olivos reía animadamente hasta escuchar el ruido del aparato llamado teléfono, de mal humor respondió pero esa actitud cambió al escuchar su voz dibujandose así una sonrisa, una vez la llamada fue cortada el pelinegro marcó otro número, al tercer timbre fue correspondido.

  ~ Hola amigo, Kevin averiguó algo de gran utilidad teniendo que ver con la chica…~ Esperó a que la persona detrás de la línea respondiera ~Un contrato del matrimonio…~ Volvió a esperar ~Es imposible que Dimitri se divorcie sin perder todo y todo es todo~ Se rascó la nuca escuchando la voz de su amigo ~Pero… si acaso es ella la que cancela su matrimonio todo incluyendo propiedades pasarán a nombre del desgraciado…~ Aguardó un poco ~Exactamente, ella tiene dos propiedades como te envié en el documento que me pediste y al parecer te lo leíste~ El pelinegro rió mientras escuchaba el gruñido de su amigo ~Bien, cortaré la llamada… nos vemos amigo… tu hermana está bien… sí… chao~ Una vez terminó su llamada dirigió su vista a su mujer.