25: "Teorías"

    El cielo gris anuncia lluvia mientras conduzco el auto a través de las estrechas calles de una ciudad en el medio de la carretera.

    El viaje nos tomó más tiempo del que esperábamos. Hace dos semanas cruzamos la frontera hacia el país vecino, lo cual fue una aventura por sí misma, pero aún así no estamos muy cerca de Grustre y lo más seguro es que tan solo llegar al país nos tome unas tres semanas más.

    Desde el intento desesperado del Árdigan por dejarme fuera de combate Einar y yo comenzamos a ser mucho más cuidadosos. Cada vez que él siente su presencia cerca me avisa de inmediato, sólo por si acaso, e intentamos no estar muy lejos el uno del otro nunca. Hace algunas semanas eso me habría parecido lo más incómodo y frustrante del viaje, pero con el pasar de los días simplemente me acostumbré a tener a Einar cerca, incluso podría decir que es buena compañía.

    — Deberías aprender a conducir.

    Llevábamos ya un buen rato en silencio, lo cual era cada vez más raro entre nosotros.

    Mi repentino comentario le sorprendió.

    — ¿Por qué? No me servirá de nada.

    — ¿Siempre evalúas todo en base en si te servirá de algo o no?

    — Sí. — Su convicción no me sorprendió.

    — Eso no es cierto.

    — No lo sabes.

    — Sí lo sé. — Repliqué sin despegar la vista del camino. — Llevas casi cinco meses protegiéndome, y que yo sepa eso no te servirá de nada cuando todo esto se termine.

    Por algunos segundos guardó silencio, noté por el rabillo del ojo que sigue en la misma posición sin despegar la mirada de la ventana. Lo único que se escucha es el auto en movimiento y los ruidos de la ciudad a nuestro alrededor a través de las ventanillas abiertas.

   — Prefiero no contestar a eso. — Me respondió.

   — Sabía que dirías algo así, no esperaba que me contestaras en realidad. — Se encogió en su asiento mientras hablaba.

   Nunca desperdicio la oportunidad de sonsacarle la razón por la cual se preocupa tanto por mí, sobre todo los últimos días. Analizo cada palabra que dice al respecto, aunque no son muchas.

   No soy un humano cualquiera. Al menos, no para él, y cabe la posibilidad de que los demás Dioses crean lo mismo, pero eso no lo sé. De todas formas, sé que Einar se preocupa por mí, le importo y se hizo evidente en cuando comencé a prestarle más atención a la hora de interactuar conmigo.

    Con el transcurso de los días también llegué a otra conclusión; yo me preocupo por él tanto como él lo hace por mí, y no me sorprendí al darme cuenta. Llevamos viajando juntos por más de tres meses, es normal que al final le haya tomado cariño y él a mí, pero en todo eso hay un pequeño detalle que no encaja: se supone que los Dioses no tienen sentimientos humanos.

    Desde que era pequeño me crié escuchando a mi madre contándome las leyendas de los Dioses y sus aventuras, me sé casi de memoria la historia de cuando crearon a las Fizhas, cómo exterminaron a los vampiros cuando su existencia atentó contra la supervivencia de la raza humana, o la razón detrás del cambio de las estaciones, y en todas esas historias siempre se repetía lo mismo; que los Dioses actúan de forma lógica, no tienen sentimientos humanos, y por esto son tan eficientes siempre. Cuando conocí a Einar, nunca me paré a pensar en ello, pero por fin le presté atención hace una semana.

    Einar es un Dios, escuché sobre él en muchísimas leyendas, leí sobre él en varios libros. Todo indica que él debería actuar de forma fría, calculada, eficiente, y sin embargo aquí está; dentro de un auto conducido por un humano y protegiéndolo desde hace meses sin razón aparente. Si Einar fuera el Dios despiadado, frío y eficiente que todas las leyendas describen, entonces no estaría a mi lado ahora mismo. Lo más lógico es encargarse de los Árdigans cuanto antes; si yo no soy útil para eso, no hay razón para protegerme tanto, y si lo soy, tampoco hay razón para cuidarme tan diligentemente. Einar podría haberse transportado conmigo a cuestas a pesar de los efectos secundarios que eso conlleva para mí, o podría haberme arrstrado consigo a pesar de mis protestas en vez de constantemente respetarme cuando me alejé y no detenerme. Mierda, podría haberme arrastrado en el minuto exacto en que me encontró y podría estar encerrado y a ciegas ahora mismo mientras él se encarga de todo. No había necesidad de que yo supiera todo lo que sé más allá de que yo quería saberlo, ¿Por qué decirmelo entonces? No tiene sentido.

    No sé por qué parece tener sentimientos pero no quiero creer que los está actuando, ¿Cuál sería la utilidad de eso? Mi única conclusión es que las leyendas están equivocadas pero, ¿Por qué? Y además, ¿Cuál es el sentido de protegerme tanto si no resultaré útil cuando todo esto termine?¿Qué otra razón podría haber?

    Mil escenarios diferentes se reproducen en mi cabeza cada vez que le doy vueltas al tema, y ninguno termina muy bien para mí. Lo curioso es que no tengo miedo de Einar, aún a pesar de que las cosas no señalan nada bueno no puedo evitar confiar en él plenamente.

    Giré el rostro hacia él por un breve instante y él me imitó, mostrándome así una sonrisa relajada.

    No sé qué papel juego yo en todo esto, pero sé que hay algo en mí, sé que no soy una persona ordinaria, hay una razón detrás de todo lo que está pasando y algo me dice que no es simplemente que la criatura se encaprichó con matarme porque me le escapé la primera vez y ya está. Está obsesionado conmigo, soy su objetivo. Einar está empeñado en que yo salga de esta situación sin un solo rasguño, y yo necesito saber por qué.

   Le devuelvo la sonrisa antes de volver la mirada al frente y seguir conduciendo. 

   ———

    — No puedo creer que no puedas leer un mapa.

    El auto está aparcado a un lado de la carretera y él está intentando descifrar en dónde estamos con el mapa extendido en el capó, mientras tanto yo me relajo en la hierba. El sol se está ocultando en el horizonte y pronto será de noche otra vez.