Capítulo 10

Había tal silencio que sentía  una angustia alarmante. ¿En dónde se encontraba el resto de la gente? De pronto apareció ante ella un duende. Después de todo lo que había pasado, ya no creía que lo que había vivido hubiera sido un sueño, no  pensaba hablar con uno. Intentó ignorarlo y salió de la casa, a recorrer la aldea, para ver si se encontraba con alguien. El duende la siguió por todo el recorrido que ella hizo. Al ver que nada había cambiado desde que se despertó a ahora, se sentó en el suelo a la sombra de un árbol. El duende se paró enfrente de ella, y no pudo seguir ignorándolo.

-¿Qué es lo que quieres?- Preguntó sin muchas ganas de escuchar una respuesta para ello.

-Quiero ayudarte.- Dijo el duende.

-La última vez que un duende prometió ayuda, mi alma era el precio, gracias, pero no.- Le respondió.

-Ya sé de lo que estás hablando, pero yo no soy el duende con él que se hizo el trato. Aparte no te voy a pedir nada a cambio. Primero escucha todo lo que pasó después de tu muerte, y después decide que harás.- Le dijo el duende, y le contó todo lo sucedido. 

    No podía creer que había resucitado para quedarse completamente sola. Lloró durante días la pérdida de sus hijos y de su marido. En todos esos días el duende se había convertido en su fiel amigo, la acompañaba mientras lloraba en silencio, le contaba historias y le llevaba alimentos. 

    Cansada de llorar un día se levantó con un nuevo propósito, si Dios o quien fuere le había dado la posibilidad de volver a la vida, ella viviría y disfrutaría de la misma. Se levantó de la cama y se fue a bañar a un arroyo que había cerca de la aldea, que era el que proveía de agua a la aldea. Se miró en el reflejo del agua y para su asombro se veía más joven de lo que recordaba. Mientras se bañaba miró sobre su espalda, y en ella tenía un dibujo, era la primera vez que lo veía. Era el dibujo de un ave con las alas extendidas, muy bello. Parecía que tenía vida propia.

    Cuando salió del arroyo, y se puso ropa limpia, volvió a aparecer el duende y le dijo que si estaba preparada la escoltaría a una aldea en la que ella podría vivir. Decidida a dejar atrás todo el sufrimiento acepto. Antes de llevarla a su nueva vida, el duende la llevó a donde estaban enterrados sus hijos, para que tuviera la oportunidad de despedirse de ellos.

    Fue un momento duro, pero necesario. Luego, como le prometió, el duende la escoltó a una nueva aldea, fueron 5 días de viaje a través del bosque. Cada vez que se hacía de noche, encontraban preparado un refugio para poder descansar, y comida fresca para poder comer.

    Al final del quinto día, llegaron a una aldea un poco más grande de la que habían dejado atrás. Fue muy bien recibida, por lo que le dijo su nuevo amigo, él les comunicó con anterioridad su llegada. Allí vivió el resto de su vida, encontró con los años un nuevo esposo, y tuvo una hija con él, quien continuaría con el legado de su línea de sangre. Fue así como la maldición perduró hasta la actualidad.

    En cuanto termine de leer el libro, pude entender un poco, no del todo, lo que había pasado. Por lo que decía el libro, yo provenía de esa línea de sangre, esa bruja, la de la historia, era un antepasado mío. Y por alguna razón en mí se había vuelto a cumplir la maldición. En el libro no aclaraba cómo saber a quién en la línea de sangre le tocaría la maldición, o qué requisito debía cumplir la persona para que pudiera renacer.

    Al levantar la vista del libro me doy cuenta de que no solo había amanecido, sino que ya era más de media mañana. No se percate de todo el tiempo que me llevó leer el libro. Mire el reloj que se encontraba en la biblioteca, y efectivamente era más de media mañana, para ser más específicos faltaban solo 5 minutos para el medio día.

    Al levantarme del sillón sentía que todos los músculos de la espalda me dolían. Fuí a la habitación para buscar ropa limpia, me bañe y fui a la cocina a prepararme un rico almuerzo. Al terminar me encontraba muy cansada. Estuve casi toda la noche despierta, y lo poco que dormí, fue un sueño que me había dejado muy inquieta. Sentía los párpados pesados, por lo que deje los platos sin lavar, los lavaría en cuanto me levantará. Después de todo me encontraba sola, y nadie me molestaría por unos platos sucios.

    En cuanto apoyé la cabeza en la almohada, me quedé profundamente dormida. Cuando me desperté ya era tarde noche. Mire el reloj que se encontraba sobre la mesa de noche que marcaba las 8 p.m. No tenía ganas de levantarme y lidiar con esa nueva información en este momento, por lo que fuí a buscar la computadora portátil que había quedado en la biblioteca, me preparé un sándwich en la cocina, y me llevé todo a la cama. Prendí la computadora y busque las últimas noticias, mientras comía el sándwich leí los titulares de los diarios más importantes.

    Parece que el mail que envié fue un gran golpe para el futuro matrimonio de Clara. Aunque por las noticias tal vez no haya matrimonio después de todo. “¡Escándalo total! Se suspende el matrimonio del magnate multimillonario Arian Müller Wagner”, dice uno de los portales de internet, otro “¿Los Rossi en quiebra?”, “¡Clara Rossi buscaba casarse para salir de la ruina de la familia!”, y más títulos de ese tenor. Dentro de los articulos, se dice que la familia Rossi está en quiebra, y que al enterarse de esto la cabeza de familia Wagner, sintió que estaban utilizando a su hijo para poder salir de ella.

    Después de ver que la primera parte del plan para vengarme de Clara estaba saliendo a la perfección. Apague la computadora y la deje sobre la cómoda junto con el plato ya vacío. Y me volví a acostar, mañana debía continuar con la segunda parte de mi plan.